Introducción

1085 Words
UNA RELACIÓN EXTRAÑA  Escrita por: Ana Martínez Osorio  REGISTRADA EN SAFE CREATIVE BAJO EL CÓDIGO: 2101066514406 *****  Después de 10 horas de vuelo y 2 para salir del aeropuerto por fin llego a mi casa, se acabó la actuación, es hora de descansar. Me siento extremadamente cansada, no sólo por las largas jornadas que tenía en el set, si no por las incontables fans que me han hecho que mi salida del aeropuerto sea bastante pesada. No tengo nada en contra de ellos, y suelo ser amable para dar fotos y autógrafos, pero a veces suelen ser un poco imprudentes provocando que en verdad no quiera hablar con nadie, esta vez tuve que fingir y comportarme a la altura a pesar de todo. Mientras abro la puerta de mi casa en Madrid y sueño con el momento en que mi cuerpo toque ese delicioso colchón ortopédico sin embargo, comienzo a escuchar algunos ruidos que me ponen de peor humor.  Entro y pongo mi maleta al lado de la puerta mientras me quito la bufanda y el abrigo para colgarlos en el perchero. Noto el abrigo de otra mujer y unas botas, baratas, que sé se quitaron con prisa. Camino por el pequeño pasillo mientras noto que el ruido que escucho son gemidos que viene desde la sala, entro y lo veo a él sentado sobre el  sillón mientras una rubia voluptuosa se mueve sin piedad sobre él y las ropas de ambos sobre el piso. Me recargo sobre la pared hasta que él nota mi presencia.  —Para, para, linda —le dice de inmediato mientras la aleja para ver bien mi cara. Ella se queja.  La chica se voltea enojada pero al verme cambia completamente el semblante —¡Eres Adela Carasusan! —me dice ilusionada mientras sigue encima de él —¡Un gusto en conocerte!  —No puedo decir lo mismo —digo sin ninguna emoción — Gael, abstente de hacer eso en las áreas comunes de la casa, por favor —le digo en un tono neutral mientras termino de quitarme los guantes.  —¿Me permites? —escucho a Gael  que le dice a la rubia y luego se levanta del sillón y comienza a vestirse de nuevo.  Sin observar como se pone cada prenda, regreso a la puerta y tomo mi maleta para subir a mi habitación que se encuentra en el primer piso. Puedo sentir que Gael  va detrás de mí siguiéndome, entro a mi habitación y dejo la maleta sobre un taburete que está cerca del armario, él entra detrás de mí.  —Pensé que llegarías mañana  Adela —me dice descaradamente.  —No sabía que tenía que avisarte antes de regresar a mi casa Gael , pensé que teníamos un acuerdo. Puedes traer a tus amigas pero cogetelas en tu habitación ¿tenemos reglas recuerdas?  —Lo siento,  no pude hacer nada -.  —Pues haz algo —le digo mientras volteo y la veo parada en el marco de la puerta.  Gael  se voltea y va a la puerta de mi habitación. Después de unos minutos escucho que la chica baja por las escaleras y sale de la casa. Gael  regresa y se queda en la entrada mientras yo termino de quitarme la cadena, los aretes y la alianza de matrimonio que arrojo sin piedad en el joyero.  —Un día tus amiguitas te van a jugar una mala jugada y todo este sacrificio que estamos haciendo se irá a la basura —le digo y él hace una mueca.  —Hay contratos de confidencialidad que firman —responde de inmediato.  —Sí, Gael Salvatierra se mueve por contratos —contesto fría —Pero ¿todas lo cumplirán?  —Lo hacen, he tenido varias amantes en este año  y hasta ahora ninguna ha hablando.  —No cabe duda que la suerte corre de tu lado, a pesar de que eres un reverendo cabrón — Le digo seria mientras busco entre los cajones ropa cómoda cambiarme y así acostarme a dormir —¿Ya terminaste? —le digo a él mientras me observa.  —Tú empezaste, yo me estaba divirtiendo.  —Gael,sal de mi habitación, muero de sueño estoy muy cansada, y mañana será un día largo.  Él se aleja de del marco de la puerta mientras yo camino hacia allá para cerrarla —Te voy a pedir que no utilices las áreas comunes para cogerte a tus amantes, vete a tu piso  que no has querido vender o en tu habitación —le sentencio.  —La pasión a veces es traicionera esposa mía.  —Es en serio —le digo seria – Sé que me pones el cuerno pero no me lo echas en cara. Ten un poquito de dignidad ¿quieres?  —Hablas de dignidad de nuevo... Wow, la chica que se "enamoró" de mí, lo siento cariño pero si yo soy tu popularidad y éxito, yo tengo derecho a coger en la sala.  —¡Sólo salte! —le digo frustrada  mientras trato de cerrar la puerta —Y si va a regresar la rubia al menos ten un poquito de prudencia y no hagan tanto ruido, necesito descansar —y cierro la puerta dejándolo afuera.  Siento el el corazón me late fuerte y respiro para no llorar ¿Por qué decidí continuar con esta farsa que nos mantiene a los dos prisioneros? ¿Desde cuándo todo el amor que nos teníamos se convirtió en ésto? Me desnudo completamente y me meto a la ducha rápidamente, esta vez no quiero disfrutar el agua, sólo quiero sentirme más limpia para poder entrar en las deliciosas sábanas y taparme con esa cobija de lana que me mantendrá caliente en en este invierno que es más frío que el anterior.  Salgo de la ducha y después de secarme el cabello con la toalla mientras veo por la ventana recuerdo que mi divorcio ya está cerca, sólo necesito aguantar un poco más, en sí sólo tengo que pasar por ese estúpido proceso que la agencia de Gael y nuestros abogados han puesto, terapia de pareja. Si no es por amor, al menos lo haré por mi carrera, debo ser un poco más lista que él. Dejo la toalla y sin más reparos me meto en la cama, abrazo la almohada que está a mi lado y caigo dormida. Tal vez cuando despierte mi vida ya no sea una pesadilla, una que vivo desde hace un año que ambos pudimos terminar si tan sólo hubiéramos actuado a tiempo.
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