Capítulo 1

1017 Words
Ángel.* - Muévete maldito humano idiota. - Grito enfadado Jonas unos de los guaridas. Asentí y baje la cabeza pasando de largo sin dar más problemas. Me envió un momento mirando a las chicas que están encerradas en jaulas, esta es la vida de una chica humana hoy en día, aunque siempre me ha tocado verlo. Nací siendo un humano por completo, pero lo hice aquí, mamá estaba embarazada cuando encontró y fue en este lugar donde me dio una luz para después ser una candidata a un hombre lobo. No lo digo porque lo recuerdo o algo parecido, eso fue lo que ellos me dijeron. Soy el único hombre de este lugar, aunque mi apariencia no es muy varonil ni nada de eso. Mi cuerpo es pequeño y delgado, me comentan que así era mamá, pequeña y frágil. Sonreí sin poder evitarlo, deseando algún día tener el privilegio de verle, de saber quién es, aunque lo más probable es que ahora tenga una familia al lado de un lobo y no me recuerde a mí. - Ey tú. Deja de perder el tiempo y ve por las mujeres. - Ordenó Jack. Asentí y me puse de pie yendo hasta las jaulas y quitando uno de los candados. - Ángel ... Tú puedes ayudarnos. - Dijo Susan sonriendo con cierta desesperación. Negué asustado, no puedo hacer algo como eso sin que todos terminemos muertos o extremadamente heridos. - No puedo hacer eso. Este es nuestro destino ..— Dije sin más dejando que salgan para que se las lleven y las escuchen para esta noche. Cada tres noches se hace una gran subasta en la casa del alfa encargado de todo esto. Invita a muchos alfas o hombres lobo con dinero para que compren humanos.  Yo nunca he sido subastado, en alfa dice que yo no estaría comprado porque soy débil y mi aroma es horrible, que no le gustaría a nadie ... Ulises. * Miro a mi Beta con una ceja alzada al escuchar las tonterías que está diciendo. - No iré a ese horrible lugar. Seguro solo hay humanas. - Dije haciendo una mueca. - ¿No has caído en cuenta ya que posiblemente es una humana la que te espera? - Dijo con obviedad. Negué, tiene que tocarme una mujer lobo, nuestro linaje debe mantenerse, de ser así los humanos se sentirán importantes al ver que la reina, mi mujer será una humana. - No quiero eso. - Dije desviando la mirada. - No actúes como un niño cuando sabes que eso no lo decide tú. No pierdes nada si vamos, tal vez haya posibilidad de que no esté ahí. - Dijo intentando que le haga caso. Solté un suspiro podría llegar a mi mano a mi rostro, si una humana de ahí es mi alma gemela no tendré de otra más que traerla conmigo, aunque tampoco está muy mal que digamos, lo único que deseo es encontrarla y hacer una familia. - All Right. - Murmuré como si necesita más por obligación que por gusto. Sonrió y asintió cruzándose de brazos dando que está satisfecho por mi decisión, creo que al igual que yo desea que ya por fin tenga un descendiente ... Ángel.* Me quedé frente a la puerta, mis piernas tiemblan y tengo miedo. Hace poco el alfa Fernando me ha llamado, no sé la razón pero tengo un poco de miedo. Toque la puerta de manera lenta un par de veces hasta que escuche su voz. - Pasa. - Dijo del otro lado. Tomé la perilla y la giré abriéndola y especificaron que entre a la oficina. Camine hacia él quedándome de pie, hizo una mueca y señales para que me acercará a él. Su mano tomó la mía y me acercó a un más. - Ven aquí, siéntete. - Pidió despacio. Asentí, estoy algo acostumbrado a esto, el Alfa dice que es debido a que intenta quitar mi aroma horrible para que no fastidie a los demás. Tomó mi rostro y lo alzó dejando al descubierto mi cuello, pegó su nariz un poco haciendo roce en él.  Sus ojos están cerrados y al parecer disfruta lo que hace. Abrió sus ojos y yo aleje la mirada de él debido a que no le gusta que le mire. - Gracias a mi aroma el tuyo ... Es delicioso, incluso para cualquiera. - Dijo tomándome con fuerza del brazo. Bajo su vista a mi cuerpo se mordió el labio. - Haces que mi lobo se altera de solo olfatearte un poco. - Murmuró nuevamente pegando su nariz a mi cuello. Estoy algo extrañado, había dicho que tengo un olor a feo, aunque posiblemente esté alterado porque es malo. - Tu extraño aroma solo pueden detectar los Alfas, si los bastardos de allá podrían hacerlo ... Serías solo un pedazo de carne por lo usado que estarías. - Dijo con burla. No entiendo muchas de las cosas que dice. Solo sé que soy un humano cualquiera. - Asegúrate de no salir durante la subasta. - Recordó tomando mi mentón. Le una afirmación y solo yo quedé ahí esperando a que dijera que podría salir y marcharme de una vez. - Ya sal, ve a alistar a las chicas y cuidado donde hagas algo estúpido. - Advirtió. - Si alfa. - Dije bajando la cabeza. Salí de la oficina yendo ha la habitación donde están las chicas. Al entrar mire que Jonas estaba ahí dando las instrucciones, cada vez que hay subasta les dados lo mismo, que deben ser buenas con quiénes son las compren sino que quieren sufrir. Al parecer me pareció ya que se giró a mirarme un momento. - Ya era hora inútil. Comienza a ayudar y limpia el salón antes de que sea la hora. - Ordenó pasando por mi lado. Baje la mirada ya que no le gusta que lo observé, cuando llegó hacerlo me da bofetadas. - Tienes que ayudarnos Ángel. - Pidió Lucy con sus ojos llenos de lágrimas. Lleve mi mano a su mejilla retirándola con delicadeza. - No puedo hacer nada, al igual que ustedes estoy condenado, yo también soy dañado. - Dije mirándola. - No es verdad. Tú no eres vendido, en cambio todas nosotras si. - Gritó molesta. Baje la mirada y apreté los labios ... Tienen razón, soy un inútil. Espero que les guste.  Gracias por leer. Voten y comenten.
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