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El secreto del marques.

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Blurb

Clara Elizabet deberá ser la institutriz del pequeño Patrick, el hijo de ocho años de Elliot Steed Granchester, el marques de lacock, un pintoresco pueblo de Inglaterra, labor que solo podrá realizar si esta dispuesta a cumplir con las extrañas condiciones que establecerá el marqués. clara Elizabeth no comprenderá como es que al pasar el tiempo su corazón sentirá amor por dos hombres de la mansión Elliot y su primo Evans, dos hombres muy diferentes pero con muchas cosas en común, en una época donde la moral era muy elevada, los misterios podrían considerarse brujería, y la hoguera era el castigo para los "pecadores". el secreto del marques será la explicación de todo... descubre cual es y disfruta esta apasionada historia.

prohibida su copia total o parcial, obra registrada en safe creative con derechos de autor.

historia basada en la época de 1890, investigo para tratar de ajustarme a la realidad de la época, hago lo que puedo, espero les guste..

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la propuesta.
La señorita Elizabeth contempla el fuego de la chimenea, a la vez que sus pensamientos se trasladan a la pequeña Gloria. ¿Cómo estará? se pregunta. Ya hace dos semanas que no la ve. Desde que los Roderichk fueron de Londres para expandir sus negocios, Elizabeth tuvo que separarse de la niña, de quien era institutriz desde hace un año. surgió un cariño especial entre ellas y la niña sufrió al saber la noticia. Eso fue lo que más le pesó a la institutriz. Ella siempre tuvo en claro que encariñarse no era una opción en una profesión como esta, pues las familias inglesas son impredecibles y con frecuencia tienen la oportunidad de cambiar de estancia por razones de negocios. Ya imaginaba ella que encariñarse solo terminaría por romper un corazón o como en este caso, dos. _ya deja de soñar despierta, Elizabeth ¿me estas escuchando? _ la interrumpe su madre haciéndola volver de sus pensamientos. Ella suspira y le dedica una dulce sonrisa. _perdón madre ¿qué me decías? _ que te ha llegado correspondencia, ruego a Dios que sea algún padre padre padre requiriendo tus servicios hija mía, la alacena está quedando vacía_ Elizabeth y su madre doña Elena Covenhay heredaron las tierras y los negocios de don Fermín August Covenhay, terrateniente muy responsable y honrado quien se esforzó arduamente por dejar a las dos mujeres protegidas y aseguradas de morir pronto, cosa que sucedió de esa manera, pero al ser doña Elena, una mujer inexperta por estar totalmente comprometida al cuidado de su hija, a su casa y claro también a su esposo, confió el manejo de sus negocios a Frederick, su hermano menor quien perdió todo en las apuestas dejando a las dos mujeres en la ruina. Afortunadamente les quedaron algunas extensiones de tierra, pero la naturaleza en los últimos años no ha sido tan benevolente con ellas al darles más sequía que lluvia, así que los campesinos debieron ser despedidos y la vida para estas dos mujeres se tornó difícil. Pero la destreza, la eficiencia y la sabiduría de don Fermín se transmitieron muy bien a Elizabeth, quien en cuanto a conocimientos es muy privilegiada. Sabiendo sacar ventaja de eso usándolo para pasar a las generaciones más jóvenes dicho conocimiento y ¿por qué no? recibir remuneración a cambio. Elizabeth toma de las manos de su madre los sobres. Sonríe al ver el primero. _es la pequeña Gloria madre_la abre de inmediato con un brillo especial en sus ojos. "querida señorita Elizabeth, espero se encuentre bien y no me haya olvidado, tengo mucho que contarle, mamá contrató a una nueva institutriz, la señorita Margaret, es buena persona pero no es como usted, es muy seria, a veces me da miedo, pero sé que es buena, nuestra casa es bonita, tiene un gran patio trasero. Ah, y papá me construyó un columpio, como el que teníamos en nuestra otra casa, le comento que tengo una amiga, se llama Violet, es hija de los tíos Camphertens, viene muy seguido a jugar conmigo. La extraño señorita Clara. Espero poder verla de nuevo. Con amor Gloria ". Elizabeth suspira luego de leer la carta en voz alta, una lágrima sale de sus ojos. _ extraño mucho a mi pequeña, madre debo ir pronto a verla_ dice colocando la carta en su sobre y tomando el siguiente. _no es tu pequeña, ya déjala ir_ le dice doña Elena, una mujer aún joven pero de fuerte carácter, carácter adquirido por el deber de tener que cuidar sola de su hija. _tienes razón madre, no sé por qué me cuesta tanto despegarme de ellos_ dice abriendo el segundo sobre. _que extraño, es del marqués del pueblo vecino_ Elizabeth pensaba leerla en voz alta tal como la primera pero las primeras líneas de la misiva se lo impidieron. "le ruego mantener discreción con respecto a esta carta señorita Clara Elizabeth Covenhay, he sabido de sus servicios de institutriz, me gustaría poder conversar con usted en persona, estaría muy agradecido si pasa por mi estancia lo más pronto posible, adjunto le envío la dirección, espero su pronta visita ". Elizabeth levanta los ojos y mira a su madre. _ ¿Qué? .. ¡Ya dime hija! _ Exclama esta muy curiosa. _debo presentarme ante él madre, pero desea que sea discreta, te ruego no lo comentes con nadie_ le dice Elizabeth. _ ¿Con quién lo he de comentar muchacha grosera? _ Pregunta esta cruzándose de brazos. _te conozco bien madre, sé que no resistirás la tentación de contarle a tus encopetadas amigas que tu hija recibió carta del marques, solo para presumir eh_ esta se finge ofendida y luego Elizabeth se levanta y la abraza. _te amo madre, pero recuerda, es confidencial, no me metas en problemas_ dice y besa su mejilla. Doña Elena acepta ser discreta y guardar el secreto. _te prometo ser discreta, pero me pregunto qué querrá un marqués con una humilde institutriz, ¿estará interesado en tus servicios? aunque no se le conoce hijos ... dicen por ahí las malas lenguas que tiene uno, pero nadie jamás lo ha visto, parece que es bastante receloso con él, en fin, es un hombre misterioso, también dicen que es bastante guapo pero no se le conoce esposa, ¿acaso será viudo? _ pregunta doña Elena como para sí misma, Elizabeth niega con la cabeza. _vaya madre, ya veo de que tanto hablan cuando te reúnes con tus amigas para tomar el té_la besa para irse de su presencia un instante. _voy a mi habitación, debo escribirle a Gloria, luego te ayudo con la cena madre_ Elizabeth responde a la pequeña niña, luego ayuda a su madre con la cena como le prometió, A la mañana siguiente Elizabeth se arregla para salir con un modesto vestido, pero se preocupa por lucir muy presentable, luego de terminar de arreglar y desayunar se prepara para ir a la dirección que le dio el marqués. No sin antes poner la carta para Gloria en el buzón. Una vez colocada la carta, detiene un carruaje, entonces pide ser llevada a la dirección que tiene anotada en un papel. _hemos llegado señorita, es aquí_ dice el conductor. _gracias _responde entregándole unas cuantas monedas. Elizabeth se detiene admirando la hermosa casa donde fue citada, en vez de casa, es más bien una hermosa mansión. Se deleita observando los magistrales jardines rebosantes de coloridos tulipanes, un guardia la hace pasar luego de explicar la razón de su visita, agarra aire y camina por el empedrado observando las hermosas fuentes que son rodeadas de sembradíos de rosas blancas, camina observando las hermosas flores que acompañan al empedrado, pero ni los exquisitos fresnos, ni las florecidas magnolias, ni los manzanos logran disipar los nervios que siente Clara al recordar que estaba punto de encontrarse cara a cara con un marqués. Respira hondo y camina hasta la puerta. Un hombre alto de porte elegante la recibe abriendo la misma. _soy la señorita Clara Elizabeth Covenhay, el señor marques pidió venir. _si claro señorita, pase adelante, el señor la atenderá en breve_ responde este con amabilidad. Elizabeth se sienta en un cómodo sillón en color blanco con acabados de madera fina, mientras afloja los guantes de sus manos sudorosas. Mira para toda dirección notando lo grande y lujosa que es la mansión del marqués, luego de esperar un rato se levanta y comienza a observar los lujosos retratos que cuelgan de la pared. Personas desconocidas para ella, pero al parecer de muy buen linaje. Le llaman la atención los marcos de los retratos, muy llamativos, bañados en oro, o al menos a su vista le parece y no lo pone en duda, pues ante tanto lujo, era lo más seguro. Los toca atraída por la curiosidad, cuando escucha un carraspeo tras de sí. Se sobresalta. _oh, Dios, perdone_ dice acomodando el jarrón que estuvo a punto de tirar al piso al volverse. Aún no ha mirado a quien la sobresaltó. Entonces levanta la mirada y lo ve, él ríe divertido ante la graciosa escena. Ella ruboriza de la vergüenza pero siente admiración por tan galante presencia. _disculpe, yo solo admiraba los .. los ... retratos, muy ... lin ... lindos_ dice ella titubeando y mostrando una sonrisa nerviosa. _si, son muy antiguos_ dice él acercándose. _son algunas de las generaciones de mi familia, algunos de seguro ya se han vuelto polvo _dice el pasando su mano por algunos de los retratos. _son cuatro generaciones de los Granchester_ ella mira los retratos detenidamente mientras él habla. _ ¿ ve a esta hermosa dama? _ pregunta señalando uno de los retratos, ella asiente. _es mi madre en su juventud. _ ¡Lo lamento! _ Dice ella enseguida. _ ¿Por qué? _ pregunta el frunciendo el ceño. _usted dijo que ya deben estar hechos polvo_ responde ella con inocencia. El ríe divertido. _mi madre aún vive señorita. _ah, uh, lo siento_ dice y ríe apenada. _ ¿Siente que aún viva? _Pregunta el cruzándose de brazos. _no, no, no, perdone, lo que siento fue lo que dije de que ya debería estar hecha pol ... vo .... eh, soy la señorita Clara Eli ..._ dice ella intentando darle un giro inmediato al tema pero siendo interrumpida por él. _si, lo sé, es usted Clara Elizabeth Covenhay, la institutriz. _ ¿Y usted es? _ Pregunta ella estrechando su mano. _soy Elliot Steed Granchester, el marqués_ Elizabeth ruboriza. _lo lamento, no pensé que fuera usted el marques_ dice ella haciendo una improvisada reverencia. _no se disculpe tanto señorita_ dice el intentando ser amable y comprensivo. _es que lo creía mayor, imaginaba que usted seria el hijo o tal vez el nieto_ se excusa. _no se deje engañar por mi juventud, pero a lo acordado, me gustaría explicarle para que la hice venir. _usted dirá milord. _sígame por favor _le pide él y camina a su despacho, al llegar ante una puerta él abre, le indica que pase y luego él entra tras ella. _siéntese por favor señorita Covenhay_ dice el marqués señalando una silla frente a su escritorio. Él se sienta tras el mismo. Ella lo mira y un suspiro impredecible surge de lo más recóndito de ella, por alguna extraña razón, o tal vez no tan extraña siente un cosquilleo recorrerla ante su mirada, no está acostumbrada a estar en la presencia de alguien con tal gallardía, él la mira y le ofrece una sonrisa cordial. Ella se dio cuenta que esa sonrisa tan perfecta solo podría ser digna de un dios, mínimo un ángel tomando forma de hombre se encuentra frente a ella. Si alguna vez imaginó al hombre perfecto en sus mejores novelas de amor que solía leer en sus breves momentos de ocio, este era. Entonces se siente cometer un pecado ante tal manera de pensar. ¡Debes ser seria y muy profesional Elizabeth! ... se corrige mentalmente. _bien señorita, iré directo al asunto que me hizo traerla hasta mi despacho, me gustaría contratar sus servicios como institutriz. _ ¿A quién he de instruir milord? _Pregunta ella tratando de parecer relajada pero en realidad su corazón se sobresalta ante tal propuesta, había trabajado antes para familias importantes, pero no para alguien de la realeza, aunque le entusiasma la idea también le angustia responsabilidad similar. _a mi hijo _responde él. _no sabía que tenía usted un hijo milord_ dice ella, él sonríe, a ella le parece muy joven, además siempre se ha comentado en los pueblos adyacentes que es un hombre solo. todo el tiempo se lo imaginó como un hombre mayor, tal vez viudo, sin hijos, pero los chismes no tienen por qué ser siempre verdad, las amigas de su madre siempre hablando de la realeza y ella restandole importancia a esas conversaciones aburridas, una vez oyó decir a su madre que tal vez no se le miraba por ahí por qué probablemente era un anciano sin fuerzas para salir y a otras de las mujeres que lo contrario podría también ser cierto, a lo mejor era tan guapo y joven que evitaba salir para no tener que lidiar con las damiselas enamoradas del pueblo, puras estupideces pensaba Elizabeth. _ soy muy cuidadoso con mi vida personal señorita, sobre todo en lo que tiene que ver con mi hijo _ dice Él haciéndola salir de sus pensamientos. Ella asiente y guarda silencio en espera de más información. _no se moleste en mostrarme recomendaciones, me tomé el tiempo de investigar sobre usted, sé que lleva tres años como institutriz, sus patrones anteriores me dieron muy buenos informes suyos, también sé qué hace dos semanas que ha terminado su último trabajo _ella se sorprende pues no tenía ni idea de que el marqués supiera tanto de ella, claro, es comprensible, no pondría a cualquiera a cargo de la instrucción de su hijo. _ ¿Qué me responde? _ Pregunta él. _es una propuesta tentadora milord, verá usted, estoy en búsqueda de empleo, mi madre y yo no estamos en muy buena posición que se diga así que creo que debería aceptar. _que bien, aunque aún debo explicarle las condiciones que debe cumplir señorita. _ ¿Condiciones? ... muy bien, lo escucho milord. _ verá, de aceptar mi propuesta, hay algunas cosas que debo decirle, en primer lugar, nadie debe saber que usted trabaja para mí_ le dice Elliot atento a cada mínimo cambio en la expresión de la institutriz. _ necesitaría estar al tanto mi madre milord. _por supuesto, solo asegúrese que ella sepa ser discreta. _puede contar con eso_ responde ella enseguida. Ya verá cómo se las arregla para que su madre sepa guardar el secreto. _bien, otra condición, el niño jamás, nunca debe salir de esta propiedad_ ella frunce el ceño. _pero ¿cómo? es solo un niño, querrá alguna vez explorar el mundo exterior_ le refuta, con un tono de voz calmo pues no desea dar la impresión de faltar el respeto al marqués. _le aseguro que todo lo que Patrick necesita lo tiene aquí señorita Elizabet_ dice el cruzándose de brazos. _y si enferma de gravedad y usted no se haya presente ¿qué se supone que deba hacer? _es un niño bastante sano, pero de ser así usted mandará a buscar a nuestro médico de cabecera, vendrá a la hora que sea, se lo aseguro. _mmm _responde pensativa _ ¿hay alguna otra condición? _hasta ahora estas son las más importantes señorita, y bien, ¿aceptará trabajar para mi bajo mis términos? _ Elizabeth piensa un momento. _si desea pensarlo mejor, podría dejarla sola un momento_ dice él levantándose pero ella lo detiene. _no hace falta milord_ dice y agarra aire _lo haré ... ¿cuándo debo empezar? _ahora mismo si es posible, saldré de viaje en una semana y quisiera que el niño se familiarice bien con usted antes de irme. _ ¿Ahora? pero tendré que ir a mi casa y traer algunas de mis cosas. _no hay problema, pediré a alguien que la lleve ahora mismo. _vaya, veo que le urge, antes me gustaría conocer al niño milord, si no tiene inconveniente. _claro, no hay problema_ dice y suena una campaña que está sobre el escritorio. _ ¡Milord! _ Dice el mayordomo entrando en respuesta. _ Augusto, ¿podrías por favor traer a Patrick? _ ¡Claro milord! _ El mayordomo va en busca del niño y Elizabeth espera ansiosa mientras que el marqués la observa detenidamente. Sentir sus penetrantes ojos negros sobre ella la incómoda un poco. Siente sus mejillas arder y mira nerviosa en otras dirección, él le sonríe y ella le devuelve una sonrisa forzada. _ ¿Y la madre del niño? _ Pregunta ella en un intento desesperado por enfriar la tensión que provoca en ella su mirada. _ ¡Murió! _ Se limita a decir. _ ¡Lo lamento! _ dice y tocan a la puerta. Augusto entra con el pequeño niño. _ ¿Me mandaste llamar padre? _ Augusto se retira. _si Patrick, saluda a la señorita Elizabeth. _buenos días señorita_ Elizabeth se conmueve ante tanta ternura en tan pequeña personita. _ Hola joven Patrick ¿cuántos años tienes? _ Pregunta ella inclinándose a su altura. _ ¡Ocho! _oh, eres todo un hombrecito_ dice batiendo el cabello del niño. El ríe divertido. _ ¿Viste padre? ... ya estoy grande_ dice y corre a abrazar a su padre. _ ¡Claro Patrick !, Pronto estarás tan grande como tu padre_ le dice y besa su cabeza. _ ¿Sí? ... ¿así de grande? _ Pregunta intentando medir la altura con sus brazos. _si ... y mucho más _dice Elliot cargándolo y girándolo por los aires. Patrick ríe a carcajadas y Elizabeth se conmueve ante esa escena tan dulce. ¡Se nota que son muy unidos y se aman! ... piensa. Elliot lo coloca de nuevo en el piso. _Patrick ¿te gustaría que la señorita Elizabeth se quedara a vivir con nosotros? _ ¿Te vas a casar con ella? _ Pregunta el niño con chispeante inocencia. _oh, ¡no, no, no! _ dice sin poder evitar reír y más al ver el rubor que la respuesta del niño provocó en Elizabeth. _ ¡Ven! _ Le dice sentándose y dándose palmadas en las piernas para que el niño se suba a ellas. El niño corre hasta él y se sienta en las piernas de su padre. _la señorita Elizabeth será tu institutriz ... ¿qué te parece? _ el niño salta de sobre sus piernas. _¡Siiiii! _. Grita eufórico. Corre por el despacho con sus brazos extendidos cual planeador. . _¡Se lo contaré a la abuela! _ menciona y se va corriendo del despacho. Elizabeth y Elliot se miran y ríen con gracia ante la reacción del niño. _le gustó la idea _ Ella asiente sonriente. _ ¿La abuela? _ Pregunta Elizabeth. _si, le dije que mi madre aún vive señorita, pero está mayor, de modo que me vi en la necesidad de buscar ayuda para la educación del niño, ya la conocerá_ ella sonríe. _ ¿Y qué le pareció el niño? _ Ella muerde su labio pensativa. _me agrada, es muy simpático. Pero imagino que la apariencia la heredó de su esposa, pues veo que es muy diferente a usted_ el semblante de Elliot cambia de inmediato. _perdón milord ¿dije algo imprudente? _ pregunta preocupada. _le prohíbo que vuelva a hacer mención de la apariencia del niño, espero nunca vuelva a repetir algo como eso_ ella se sobresalta y su semblante se descompensa. _perdóneme usted milord, yo no quise ..._ el marqués se pone de pie. _ ordenaré a algún servidor la lleve por sus cosas señorita _ dice ignorando sus disculpas y saliendo del despacho. Elizabeth se queda con una sensación incómoda por lo sucedido. ¿Por qué se pondría así? Oh, Dios de seguro pensará que soy una entrometida. Piensa .Luego de un rato de espera entra un servidor al despacho. _ ¿Señorita Clara? _ Pregunta. Ella asiente. _debo llevarla a su casa por sus cosas _ Ella se levanta, él camina y ella lo sigue. Se siente un poco decepcionada de que el marqués no haya vuelto al despacho. Eso podría significar que se encuentra molesto por su comentario irreflexivo. ¡Oh quizás esté ocupado Elizabeth! ... se corrige. Antes de atravesar la puerta de salida oye pasos correr tras ella. _ señorita Elizabeth, señorita Elizabeth_ es Patrick. Ella se detiene y le sonríe dulcemente. Él niño se coloca frente a ella y levanta su cara para mirarla bien. Elizabeth observa sus ojos hipnóticos, no sabe si azules o quizás verdes, recuerda las cálidas aguas del mar, aunque sus facciones son muy diferentes hay algo en ellos de su padre, sin duda. Ella acaricia su cabello. _ ¿Si joven Patrick? _ Le pregunta. _ ¿Ya se irá usted? _ Pregunta él con algo de tristeza en su mirada. _debo ir por mis cosas_ le responde y bate su suave cabello tan dorado como el oro mismo. _ ¿Pero volverá, cierto? _claro, volveré_ le dice y le sonríe. _señorita, está listo el carruaje_ dice el servidor. _si claro, hasta luego Patrick_ él contesta y muy alegre se pierde entre los pasillos. Elizabeth observa los alrededores desde la ventanilla del carruaje. Respira hondo mientras piensa en su nueva responsabilidad. Luego sus pensamientos se embotan al recordar la mirada y la sonrisa del marqués. Siendo arruinado el dulce momento por el recuerdo de la mirada de reproche que vio en esos profundos ojos negros luego de que a ella le diera por hablar de más. ................................ _si madre, empiezo hoy mismo, pero vendré los fines de semana y te enviaré dinero_ le dice Elizabeth a su madre mientras guarda algunos vestidos y demás atuendos en su baúl, el servidor la espera afuera. _me alegra hija, aunque ... me dejaras sola_ Elizabeth pone sus manos sobre los hombros de su madre. _ Pídele a la tía Dorothy que venga, sabes que vendrá deprisa, ella hace lo que sea por escapar unos días de su dominante hijo y su según ella entrometida nuera. _si, eso mismo haré, esta misma tarde le envío una carta invitándola _le dice mientras Elizabeth continúa haciendo su equipaje. _madre, tienes que jurarme que nunca le dirás a nadie que trabajo para el marqués. _te lo juro hija_ responde su madre, si algo tiene ella es ser fiel a su palabra, aunque le carcoman las ganas de gritarle al mundo que su adorada hija trabajará para la realeza. _pero cuéntame hija, ¿cómo es? ... ¿es tan guapo como dicen? ¿O es un anciano sin fuerzas? ¿En verdad tiene hijos? _ay madre no seas curiosa_ le dice pero su madre insiste. _si, es algo guapo madre, solo te diré eso _ Elizabeth no desea reconocer ante su madre que el marqués es un hombre interesante, y muy guapo. ...................... Elizabeth baja nuevamente del carruaje, esta vez frente a la casa del marqués. El servidor carga su equipaje y Elizabeth es recibida por madame Eleanor, la madre del marqués, una mujer hermosa. Elizabeth nota que Patrick heredó sus rasgos, es una mujer rubia con ojos tan azules como el mar. Pero algo marcada por las huellas del tiempo. _ ¡Madame! _ Saluda el criado, dejando el baúl en el piso y retirándose. _señorita, soy Eleanor Beatriz viuda de Granchester, la madre del marqués. Mi hijo me habló de ti, no imaginé que fuera tan joven, y tan guapa_ dice rodeándola mientras la observa de arriba abajo. _ Mucho gusto madame, empecé algo joven sí, pero tengo 26 y he acumulado suficiente experiencia _ le contesta Elizabeth intentando parecer serena. _mmm. Me imagino que es así, de lo contrario mi hijo no le había escrito para que viniera señorita_ entonces toca una campaña y una criada viene casi que de inmediato. _ ¿Llamaba señora? _si Petruska, por favor conduce a la señorita a la habitación que se ha arreglado para ella _ la joven muchacha asiente y le sonríe amigable a Elizabeth, esta le devuelve el gesto. Entonces toma el baúl y Elizabeth la sigue por las escaleras. _ ¡Esta es! _Dice deteniéndose frente a una puerta la cual abre y los ojos de Elizabeth casi se salen de su sitio al admirar lo grande y hermosa que es la habitación, más grande que la de ella y su madre juntas. Una amplia cama cubierta con una hermosa ropa de cama, un escritorio con una cómoda silla y una biblioteca de pared sobre él, Elizabeth sonríe al ver la biblioteca. La lectura le apasiona, incluso tanto que algunas de sus amigas la acusaban de perder el tiempo leyendo en vez de aprovechar las fiestas de la sociedad para conseguir un marido rico que le diera todos los gustos que cualquier chica joven de su tiempo anhelaría. Ella no piensa igual, leer enriquece sus conocimientos y además afianzar lo que ya sabe le da de comer, _ Gracias ¿Petrus ... ka? _ Ella le sonríe y asiente. _yo soy Elizabeth_ le dice extendiéndole la mano. _lo se señorita, ah, a las ocho se sirve la cena, comerá en la cocina con nosotros, la señora Eleanor lo ordenó _ ella sonríe, no esperaba otra cosa. Sabe que solo será una empleada en ese lugar. La mu cama sale de la habitación y Elizabeth comienza a vaciar su baúl y guardar la ropa en el armario. Luego, se tiende sobre la cama con los brazos extendidos a cada lado mirando el techo. está ansiosa por comenzar su trabajo pero esa semana será solo para interactuar con el niño, la semana siguiente comenzará con las clases. Elizabeth se levanta, abre la puerta de lo que se imagina es un cuarto de baño y no se equivoca, mira una hermosa tina en color rosa y preparada para un baño, una taza de baño y un pequeño cajón donde hay algunos artículos de baño como aceites y pastillas jabonosas para el lavado, Levanta una pierna sosteniéndola sobre el empotrado de la tina y suelta las trenzas de su bota la cual saca y luego sus medias, hace lo mismo con la otra pierna, una vez descalza sigue soltando su vestido. Entonces comienza a cantar una canción que oía mucho cantar a su padre y que ella canta cuando se encuentra feliz, no sabe porque pero así se siente, comienza a recordar su niñez, cuando su padre solía contarle historias impresionantes de monstruos marinos y embarcaciones, sonríe y sale del cuarto de baño con el vestido colgándole sobre uno de los brazos y las botas en una de sus manos para dejarlos sobre un cómodo mueble que tiene también en la habitación. Alguien había estado tocando la puerta y ella no escuchó, la tocan de nuevo pero está tan sumergida en sus pensamientos que no se da cuenta. Está en ropa interior, un delicado camisón con lo cual se resalta su silueta, la puerta se abre y Elizabeth intenta cubrirse de prisa como puede. Es el marqués. Siente cómo su cara sonroja de la vergüenza y baja su mirada intentando cubrirse. _lo siento, lo siento _ dice él y se retira de inmediato cerrando la puerta tras de sí. El marqués camina de prisa y se detiene antes de comenzar a bajar las escaleras. Quería dar la bienvenida a la joven y decirle en qué cosas debe dar atención principal a Patrick, nunca esperó encontrarla en poca ropa, se detiene a pensar en esas curvas, esa diminuta cintura, y como la ropa ligera resaltaba sin duda sus. .. el marqués sacude la cabeza. ¿Qué hace su mente deleitándose en su empleada? ... que dicho sea de paso la providencia fue muy generosa con ella al darle tan hermosa forma física ... termina de bajar las escaleras y deja de pensar en eso. La hora de la cena llegó y la señora Eleanor, Elliot y Patrick están a la mesa mientras una criada les sirve el estofado que ha preparado Corazón, la cocinera. _es extraño que la señorita Elizabeth no ha bajado a la mesa ... Corazón ¿se le informa que cenamos a las ocho? _ pregunta a la cocinera que también está presente mientras Dorothy sirve, esta mira de inmediato a la señora Eleanor, Elliott mira a su madre _ ¡Madre! _ Si, se le informó que comería con la servidumbre _dice esta. _ Elizabeth no es de la servidumbre madre, Dorothy ... por favor sirva otro plato y Corazón dígale a la señorita Clara que se le espera en la mesa _ ordena él. El semblante de Eleanor se descompone de inmediato. _no te enojes madre, Elizabeth debe interactuar con Patrick, será muy cercana a él, su influencia en el niño solo dará frutos si él se siente en confianza con ella y la acepta ... comerá con nosotros, hoy y mientras viva aquí madre _ le dice él y luego le sonríe a Patrick. Luego de un instante Elizabeth se presenta. _ ¿Mandó a buscarme usted milord? _ Le pregunta. _si señorita Clara, la esperábamos para cenar _ le dice y señala un puesto en la mesa. _ disculpe milord, preferiría comer en la cocina si no le molesta. _como verá señorita ya se le ha servido su plato, no le haré ese desaire a Dorothy, ¿cierto? _ ella respira hondo. _ ¡Claro que no milord! _ Dice dedicándole una sonrisa a la joven muchacha. Elizabeth se sienta, por un momento ha olvidado que el marqués la vio casi desnuda esa tarde. Pero al recordarlo siente vergüenza y más al notar que él la mira insistentemente.

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