1. Investígalo

2118 Words
Primer paso: Investiga; primero que nada, debes conocer cosas sobre él como sus gustos, sus aficiones, como piensa y demás cosas que te servirán para iniciar el proceso de enamoramiento. — Recuérdame algo, ¿Por qué te voy a ayudar en esto?  — Porqué eres mi amigo y me quieres tanto como yo a ti. — Me convenciste — rio guiñando un ojo en mi dirección. — ¿Crees que funcione? — pregunté apoyando mis codos en el escritorio. — Nop — respondió haciendo estallar la p con sus labios. — Gracias por tu apoyo — dije sarcásticamente. — Sabes que bromeo, Wink — dijo esbozando una sonrisa — ¿Qué tal si vamos por un helado y aprovechas de ver a tu enamorado? — ¡Trato hecho! — chillé emocionada, no sé si por el helado o porque vería a Yoongi. Perseguí a Jin por las escaleras, pasando por la cocina hasta llegar al garaje donde estaba su linda honda CB190r (Juro que me hizo aprender el nombre) roja y negra.  Jin siempre decía que era privilegiada por ser la única chica que montaría su fabulosa moto, incluso me dejó aprender a conducirla, ese día todo de él emanaba preocupación y no sabía si era por mi o porque le pasara algo a su querida moto. Me pasó mi casco personalizado, sí, el mismo lo había mandado a hacer con mi nombre en la parte posterior, subió a la moto y luego lo hice yo pasando mis manos por su cintura justo por debajo de su chaqueta; y salimos de su casa hacia la heladería. La campana sobre la puerta hizo un leve tintineo al entrar, Jin y yo caminamos hacia el mostrador para pedir nuestra orden y ahí apareció él, con su cabello rubio y sus labios rosa pálido. Yoongi esbozó una sonrisa que sacudió todo dentro de mí. — Bienvenidos a CakeUp ¿Que desea pedir? — preguntó sin dejar de sonreír.  — Yo quiero un banana Split ¿también quieres uno, Wink? — preguntó mi amigo. Realmente amaba los banana Split, y con Jin lo comíamos casi siempre, pero el temor a que Yoongi me creyese una niña por pedir eso se aferró a mí. — No, quiero un twisted — dije apuntando a uno de los helados en copa del catálogo. — Está bien, en un momento alguien se los llevará a su mesa. — Gracias — le dije. Yoongi me sonrió y sentí como la sangre se acumulaba en mis mejillas. Nos sentamos en una de las mesas que daban a la ventana dejando ver a las personas que pasaban por fuera de la tienda. En pocos minutos una de las camareras nos trajo nuestros helados, muy poco disimuladamente miro a Jin y se tomó su tiempo arreglando las copas en nuestra mesa, yo solo me limité a evitar reír por su intento de seducir a Jin lo que, claro está, no pasó inadvertido por él y le guiñó un ojo antes de que ella se fuera contoneando exageradamente su cadera. Esa vez sí que no aguanté una carcajada y la dejé salir. — ¿De qué te ríes?  — De ella — respondí sinceramente — Es linda, podrías pedirle una cita. — Hum... Se ve bien — dijo mirando descaradamente las piernas de la chica — Tal vez lo haga. — Eres un idiota. — Pero aun así me amas — dijo mostrando su lengua en mi dirección y como buena amiga, le devolví el gesto — ¿Ya averiguaste algo? — No mucho — respondí — Lo busqué en f******k y sólo vi algunas de sus fotos, le gusta el básquetbol y el hip hop. — Se ve pequeño como para ser basquetbolista.  — Pero ha de tener mucho talento — dije suspirando — Mañana debes despertarte temprano para que investigamos más sobre él. — Agh, pero Wink — se quejó Jin en un alarido — Mañana es mi día de descanso, ni siquiera estaré despierto a esa hora. — Entonces deberás prestarme tus llaves para ir a despertarte yo misma. — ¿Por qué mejor no te quedas conmigo? — preguntó de repente haciéndome atorar con mi helado. — ¿Q-que? — pregunté mientras Jin daba leves golpes a mi espalda. — Eso, quédate conmigo durante todo el mes; así estaríamos a mano. — ¿A mano?  — Claro, yo te ayudo con el chico ese y tú me ayudas en el taller con los autos. Vamos Wink, ambos sabemos que amas estar en mi casa y eres una buena ayudante, a partes son vacaciones y no tienes que estudiar. ¿Qué dices? — Está bien — acepté. La casa de Jin siempre de sintió como un hogar para mi desde que había llegado a Seúl y si me quedaba con él todo sería más fácil. — Genial, llevaré el auto y pasaremos a buscar tus cosas del departamento. — ¿Ahora? — pregunté. — ¡Ahora mismo! — grito Jin. (.❀.) — Y esta es la última — dije cerrando la maleta que quedaba sobre mi cama ya vacía — Aún no sé porque me hiciste empacar tantas cosas si solo estaré un mes. — No me estaré dando viajes hasta acá solo para buscar una remera, Wink — abrí la boca para decir algo, pero la cerré inmediatamente al darme cuenta de que no tenía nada que decir — Vamos, este lugar es tétrico — dijo mirando las paredes grises. Tal vez no lucía de lo mejor, pero era bueno y la renta lo era alta. Jin bajo con casi todas mis maletas por los escalones. Le había dicho que yo también podía llevar algunas, pero se negó diciendo que los caballeros no debían dejar que las mujeres cargarán cosas y no me dejo llevar ninguna, hasta que una se le cayó y la recogí por él. Me subí en el asiento del copiloto justo al lado de él y el auto comenzó a andar en dirección a su casa. La casa de Jin era grande como para que una sola persona viviera ahí, constaba de dos pisos y el gran garaje o como Jin lo llamaba su taller donde reparaba los autos. Él no tenía ninguna necesidad económica y aunque dejase de trabajar no le afectaba en nada ya que sus padres tenían un buen estatus económico, y Jin al ser hijo único había obtenido una herencia a los 21, pero a él le gustaba eso y sólo lo hacía ya que sentía que esa era su vocación.  Jin dejo todas las maletas sobre el suelo y se lanzó a la cama desordenándola por completo. — Esta es ahora tú habitación, ya sabes cómo se maneja todo lo otro así que no debo explicarte nada más ¿o sí? — Nop, todo está correcto. — Está bien cariño, ahora voy a dejar que te pongas cómoda y yo me iré a dar una ducha, si me quieres acompañar eres bienvenida a entrar conmigo. — Hugh Jin, ya te pasaste — dije lanzándole una almohada que chocó en la puerta. Por un momento me sentí como una princesa. Siempre me sentí cómoda con Jin a mi lado y nunca había tenido algún otro sentimiento que no sea agradable con respecto a él, pero mudarme a su casa de todas formas era un gran paso, y solo esperaba no echarlo a perder por algo estúpido. Puse todas mis pertenencias en sus respectivos lugares y al igual que Jin, me lancé sobre la cama tomando mi celular. Miraba una y otra vez la foto de Yoongi preguntándome si esto saldría bien. — Ah, Yoongi ¿por qué eres tan bonito? — repetía pasando mi pulgar por la pantalla antes de caer profundamente dormida. A la mañana siguiente desperté por el horrible sonido de la bocina de un auto afuera de la casa. Traté de conciliar el sueño nuevamente, pero se me hizo imposible. Salí de mi habitación y un exquisito olor inundó mis fosas nasales, llegué a la cocina encontrándome con Jin poniendo panqueques uno sobre el otro. — Buenos días, Wink ¿Te desperté? — Buenos días — dije dando un bostezo — Me despertó ese auto ¿Quién era? — Soomi — respondió dejando un plato de panqueques frente a mí. — ¿La pelirroja? — asintió en respuesta. Como había dicho antes, SeokJin tenía demasiadas seguidoras (e incluso seguidores, no lo voy a negar), pero había una en específico que me ponía los pelos de punta, y era Soomi.  — ¿Qué quería? —pregunté. — Cree que su auto está fallando. — ¿Por décima vez en el mes? —pregunté y no mentía, la chica había venido más de diez veces al taller de Jin con la excusa de que su auto necesitaba una reparación. —¿Por qué no te invita a salir y ya? Es una mejor forma en vez de andar gastando su dinero en revisiones que no valen la pena. — Lo dice la que busco siete pasos para enamorar a un chico. — Es distinto — resoplé — yo no derrochare mi dinero en eso. — Como digas, Wink. Ve, come antes de que se enfríen. (.❀.) — ¿Realmente es necesario todo esto? — preguntó Jin quitándose el cubrebocas n***o que le había puesto hace unos minutos. — ¡Claro que sí! Nos podría reconocer.  — No quiero ser aguafiestas, pero dudo que él sepa quién eres. — Agh — gemí de frustración por el hecho de que mi amigo tuviera la razón. Las conversaciones que había entablado con Yoongi solo eran para hacer mi pedido y dudo que recordase mi nombre — Tienes razón. Habíamos estado siguiendo a Yoongi por más de dos horas y habíamos conseguido un poco de información relevante sobre él, al parecer nunca permanecía por más de quince minutos en un lugar hasta que por fin se había quedado en un lugar, la cancha de básquetbol. — ¿Qué tenemos hasta ahora? — le pregunté a Jin sentándome en la grada. — Hum... Sus amigos lo llaman Suga, ¿Suga? ¿Qué clase de apodo es ése? Wink, ¿segura de que no era Sugar? — Segurísima, ¿Por qué sería Sugar de todos modos? — Sugar, azúcar, blanca ¿no te suena característico? — preguntó frunciendo una de sus cejas. — Estas loco — respondí riendo — continúa. — Es gruñón, parece asocial, es débil y flacucho, también es teñido y... — ¿De donde estás sacando eso? ¿y que tiene que sea teñido? Tú también lo estás. — ¡Es mi punto de vista, Wink! Y a mí se me ve mucho mejor el rubio. — Egocéntrico — canturreé quitándole la libreta de sus manos — ¿crees que con esto baste para iniciar una conversación? — Siempre puedes iniciar una conversación con solo decir hola, Wink. — Estoy preocupada, Jin — confesé. Yoongi era el primer chico que me gustaba de verdad y no quería arruinarlo con él. — No deberías, aún no sé porque estás haciendo todo eso. Eres linda y divertida, el chico que te tenga será muy afortunado. — Te quiero, un montón— dije acomodando mi cabeza en su hombro. Me sentía bastante cómoda en todos los aspectos. Por otro lado, Jim me ayudaba a estar menos nerviosa, digamos que hacía que me sintiera más segura conmigo misma. — Ya lo sé — dijo riendo, golpe su pecho con mi mano y rio más fuerte— También te quiero Wink, de aquí al infinito — agregó besando mi cabeza. Observe a Yoongi jugando en la cancha hasta que mi vista se desvió a un rostro bastante familiar. — ¿Namjoon? — solté mirando al chico acercarse a nosotros en las gradas. — Hey chicos, ¿Que hacen aquí?  — ¿Nam? — Jin se levantó bruscamente y me dejó detrás de él. — Tranquilo Jin, ___(TN) y yo hemos arreglado todo ¿no es así, Wink? — No le digas Wink — gruñó Jin. — Jin, está bien— dije saliendo de detrás. Hace unos cuantos meses atrás Jin no me dejaba estar cerca de Namjoon, cada vez que estaba cerca de mi Jin aparecía de la nada y me sacaba de ahí. Hablé con Jin al respecto y confesó que Namjoon gustaba de mí, pero que él no quería que alguien con la reputación de Namjoon, un mujeriego sin reparación estuviera conmigo y terminar haciéndome daño. Días después de eso, Namjoon apareció afuera de mi universidad para hablar, conversamos sobre lo sucedido, él entendió el motivo de Jin y terminamos solo siendo amigos. — ¿y que hacen aquí? — preguntó Namjoon, de inmediato sentí los nervios apoderarse de mí, apreté lo dientes mientras miraba a Jin. — Quería venir a ver un partido de básquetbol y Wink me acompañó — dijo naturalmente — Ese chico de ahí es muy bueno. — ¿Suga? Es el capitán del equipo. — Trabaja en la tienda de helados — agregué. — Si, y en Le Bain — dijo refiriéndose al club nocturno más prestigiado de la ciudad — rapea ahí, si quieren pueden ir el sábado, les conseguiré entradas y podrán escucharlo. — no creo que sea una bue... — ¡Iremos! — dije cortando a Jin, él me dio una mirada incrédula y me acerqué va él susurrándole en el oído: — Así podemos avanzar al paso dos. — Está bien, iremos — dijo Jin dando un largo suspiro. Yoongi, ¿Será que podré llamar tu atención? Primer paso ☑
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD