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1178 Words
Clover Dawson ajusto sus lentes de sol sobre él puente de su pequeña nariz. Soltó un suspiro de falso cansancio. Se había transferido tan solo el día de hoy al triste pueblo de Sparrow y ya comenzaba a odiarlo. Lo único que podía ver eran carreteras solitarias al rededor de un pueblo grande pero retraído. A sus dieciocho años, -a pesar de saber que no debería esperar mucho de un simple intercambio escolar- tenía grandes expectativas de ese cambio, trajes de baño, diversión y comunicación física con el sexo masculino. En cambio a eso, se dio cuenta de que lo único que iba a recibir mientras miraba a una vaca comiendo pasto a un lado de la carretera, era nieve, abrigos pesados, resfríos y clases en una secundaria nueva. Ugh. -Adivino qué debe ser un cambio de clima muy abrupto para ti. La voz de Marylin Brycer era simpática, la mujer que se ofreció a darle alojamiento durante el intercambio, sonaba alegre y cálida mientras conducía a través de la ruta. Ella tenía el cabello castaño con ligeras ondas hasta sus hombros, ojos marrones con un tinte verdosos, sonrisa acogedora y un aura de felicidad. Clover rascó la comisura de sus labios, asintiendo con pereza y mirando la ruta desolada. -Ni que lo diga, señora Brycer. Él intercambio no hablaba de un clima -Clover froto sus dedos, como si eso la ayudara a buscar la palabra menos ofensiva-.¿Helado? Siento que la silicona de mis corpiños sé congelará contra mis senos. La sonrisa de Marilyn tembló al principio por las palabras de la adolescente, pero finalmente soltó una pequeña carcajada por el particular humor. -Lo que esta bien, ¿verdad? Tendré mas copa y podre usar vestidos un talle mas. Lo lamentable es que luego de la magia del push up vuelva a la varita mágica, los chicos se decepcionarán -Clover se encogió de hombros-. Pero eso realmente no es importante. Marilyn chasqueo su lengua. -Oh cariño, no debes preocuparte por eso. Esta altamente prohibido la relación con él otro sexo, me tome la libertad de aprenderme el libreto de reglas del intercambio -la mujer mayor canturreo. Clover sonrío un poco, la mujer no solo estaba asumiendo el estado de su vida amorosa como algo que debía apegarse a un libreto, también pensaba que ella seguiría esa regla. Clover era experta en no seguir las reglas. -No sé preocupe, señora Brycer. Planeo mantenerme casta hasta el cautiverio, que ahora en la cultura popular se le llama matrimonio -la adolescente le dio la sonrisa mas dulce que tenía. Su voz suave conquisto los sentidos maternales de la señora Brycer, a pesar de que sus palabras no eran dulce en lo absoluto. Pero la mujer, demasiado enternecida al recordar su sueño de tener una niña, lo pasaba por alto. Estuvo demasiado emocionada durante el primer mes que sé entero que tendría una visitante en su casa, como si se tratara de una recién nacida la señora Brycer había decorado una habitación especialmente para ella. -No té preocupes por tus corpiños, Clover. Hice que mis dos niños despejen la habitación mas grande de la casa, antes habían cosas guardadas y viejas de ellos. Me encargue de sacarle el polvo.. Clover puso los ojos en blanco bajo el vidrio de sus lentes, por mas adorable que le resultara la señora Brycer, su lengua era demasiado larga. No se lo podría haber esperado, pero tenía que lidiar con niños. Lentamente su cabeza hizo distintos escenarios que incluían insoportables enanos, no solo uno, si no dos. Ese iba a ser un invierno muy largo. ✨✨✨ Paxton Brycer, jugador de fútbol a medio tiempo, con un impecable futuro tanto en el deporte como en su desempeñó académico había esperado ese momento todo el día. Fumar un poco de hierba. Él usualmente descargaba tensión de otras maneras no tan convencionales, pero no estaba con ganas de sufrir todo el proceso que aquello requería. Su hermano gemelo, -A Paxton siempre le gusto resaltar que era mas grande que el, por una diferencia de cinco minutos- Astyrian encontraba la pérdida de tensión en los labios de las chiquillas mojigatas de la secundaria, pero para Paxton su cuerpo era un templo sagrado y cualquier veneno era bienvenido mientras sea en su opinión, digno de su tiempo y paciencia. Con torso al aire, que evidenciaba las largas jornadas de entrenamiento y tan solo unos jeans negros colgando de sus caderas caminó hacia la ventana que daba al gran jardín trasero de la mansión, donde nadie podía verlo. Dejó que él humo se disipe en el aire frío con cada calada que daba. Dirigió su mirada en las acciones de su hermano. Afuera, en pleno mediodía donde apenas el sol brillaba gracias a la temperatura baja, estaba Astyrian Brycer leyendo un libro recostado en una incomoda posición menos para el sobre su moto. Paxton puso los ojos en blanco al verlo, tantos asientos a su alrededor, pero el decidía en optar por la lectura sobre una máquina incómoda. Paxton estaba sentía que las cosas se estaban saliendo de su control, Breyson Bikerson había quedado bajó libertad condicional luego de que las pruebas no fuera suficientes para que sea mandado a prisión por la desaparición de Madison Mervey. Sabía que debía dejar su sucio secreto enterrado por un tiempo, parar sus acciones hasta que Mervey deje de aparecer en todos los carteles del pueblo. Las clases comenzaban en apenas dos semanas y debía preparar su postura. ¿Triste? Mmmm ¿Enojado por la injusticia tal vez? ¿Completamente desentendido por qué pasó unas dulces vacaciones en la casa de su nana? Solo que su nana había muerto hace dos años. En algún rincón de Inglaterra. -Serás mí nueva chica durante las próximas semanas -le habló al porro. El sonido de un auto estacionado llamó la atención de Paxton, su madre no venía hasta las doce del mediodía y apenas eran las diez. Acercándose a la ventana que daba a la entrada de su casa, notó que su madre bajaba del auto. Pero no estaba sola. En ese momento Paxton recordó que una intrusa no bienvenida iba a vivir en su casa, ni el ni Astyrian estaban feliz por ello, una cualidad que los gemelos compartían era la calma de su espacio. Pero ese espacio iba a ser invadido. Paxton había pensado en todas las formas de deshacerse de una pequeña adolescente que probablemente apenas sabía lo que era su periodo. Pero Astyrian había decidido echarse atrás, acordando que estaría tan lejos de esa persona como si fuera la peste, así que Paxton había decidido olvidar el tema por completo. Lo que Paxton no esperaba era ver algo completamente diferente al tipo de chica que se esperaba, sus grandes ojos azul pálidos se iluminaron de deseó al ver a la pequeña chica que bajo del auto. Él había encontrado a un nuevo entretenimiento. Volvió hacia la ventana donde estaba Astyrian, con un silbido y una seña, le dio a entender que la chica había llegado. Astyrian apretó sus labios y asintió, volviendo a meterse a su casa probablemente para no lidiar con la gente. Como siempre. Paxton sonrió triunfante, por primera vez en mucho tiempo se sentía feliz de la decisión de su gemelo. Ahora, solo uno de ellos iba a poder jugar con ella.
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