[LEO]
Al día siguiente: 23 de diciembre
Me tiemblan las manos y las piernas aún más que el día que di mi primer concierto de piano como solista. Respiro profundo, me coloco la americana color negra y volteo a verla, se ve preciosa, su cabello rubio cae en ondas por encima de sus hombros y ese vestido ajustado color champagne hace justicia a su increíble figura. —Realmente soy un hombre con mucha suerte. — Le digo acercándome a ella y la sujeto por la cintura para pegarla a mi —En seis meses serás completamente mi Roció Miranda. — Le digo de manera sugerente y la beso dulcemente.
—Yo tampoco puedo esperar. — Me dice y quita los rastros que han quedado de su labial en mis labios —Bajemos mejor, ya tu hermana nos ha dicho que todos los invitados están en el jardín esperándonos. — Propone y asiento.
—Vamos. — Afirmo y tomo su mano para bajar e ir hacia el jardín de la casa de mis padres.
Terminamos de bajar la escalera, caminamos por el salón hasta llegar a las puertas dobles que dan al jardín y respiramos profundo —¿Nerviosa? — Pregunto antes de salir y sus ojos cafés me miran con ilusión.
—Bastante. — Responde con los mismos nervios y le sonrió.
—Yo también, pero vamos, están aquí por nosotros. — Aliento y finalmente abrimos la puerta y salimos al jardín para encontrarnos con nuestras familias y amigos.
Uno a uno nuestros padres y mis hermanos se acercan a nosotros para saludarnos y lo mismo hacen nuestros primos, abuelos, y por último comenzamos a saludar a todos nuestros amigos. Roció ha ido a saludar a sus amigas del trabajo y yo me he ido por el otro lado a saludar a mis amigos, y para mi sorpresa me encuentro con alguien a quien definitivamente yo no esperaba en absoluto.
Con demasiadas dudas a Jordan y Michelle, y los saludo con este cariño infinito que siento hacia ellos, para mí son como mi segunda familia y eso no hay nada que lo haya hecho cambiar, me conocen desde que era un niño y muchísimas veces me han ayudado en situaciones que han sido muy difíciles para mí. —Felicitaciones hijo— Me dice Jordan mientras me abraza, llamándome como lo hace siempre.
—Muchas gracias de verdad. — Digo y luego me quedo sin saber cómo reaccionar al verla a ella «¿Qué es lo que hace aquí?» esa es la pregunta que da vueltas en mi cabeza mientras intento recordar cómo hablar.
—¡Felicidades Leo!— Irrumpe Rodrigo y me abraza eufóricamente haciendo que ría a pesar de lo nervioso que me ha puesto la presencia de ella.
—¡Gracias! — le digo sonriente — ¡Pero mira lo grande que están estos niños! — Comento observando a Luciano y Fernando quienes están completamente dormidos en su carriola.
—Y ya cumplirán un año pronto. — Intercede Celina y también me abraza para felicitarme mientras que lo hace.
Me alejo un poco de todos ellos y me quedo en blanco al ver a Génesis. No sé ni siquiera cómo reaccionar, hace demasiado tiempo que no sabía nada de ella. Ni yo he intentado buscarla, ni ella a mí, era parte de nuestro acuerdo y ahora está aquí… no entiendo.
—Genesis ha llegado ayer de New York para pasar las fiestas en familia. — Intercede su padre mientras lleva una de sus manos sobre mi hombro —¿Puedes creer que no quería venir a tu fiesta? Con lo buenos amigos que eran ustedes dos. Le prohibí quedarse en casa. — Se explica entre risas y luego le hace un gesto a ella para que se acerque. —Princesa, ven salúdalo no te quedes allí parada como una estatua, ni que no lo conocieras. — Bromea, pero Jordan desconoce completamente los motivos por los que dos estamos actuando de esta manera.
—Papá, ya por favor. — Le pide ella y es casi una súplica, pero luego se acerca para saludarme.
Han pasado exactamente 11 años desde el día que la he visto por última vez, y los cambios en ella son más que notorios. Aquella chica que fue mi novia durante tres años se ha convertido en una mujer que increíblemente está más bella de lo que ya lo era cuando la tuve entre mis brazos en aquella época donde apenas teníamos 17 años. Su cabello castaño esta muchísimo más claro por el efecto de su nuevo estilo, su figura sigue siendo perfecta y ese vestido largo color n***o y escotado le hace justicia maravillosamente. Definitivamente los años le han sentado increíblemente… ella me mira con esos ojos verdes que solían mirarme cada noche cuando nos escapábamos a la playa y ya pierdo la noción de que es lo que debo hacer en estos momentos.
—Felicitaciones Leo— Me dice y debo sacudir de mi cabeza los recuerdos de su voz diciendo mi nombre.
—Muchas gracias Genesis, es un placer verte de nuevo. — Es lo único que se me ocurre decirle y la saludo con dos besos en sus mejillas lo cual hace que pueda apreciar el aroma de su fragancia e intoxicarme de la manera más dulce.
—Leo, ¿puedes creer que mi hija también se nos casa? — Comenta su padre y al parecer ella no estaba lista para que esta información me fuera revelada, ya que mira a Jordan como diciéndole que no lo debió haber dicho.
—¿De verdad? — Pregunto con un nudo en mi garganta y asiente.
—Si, mira el anillo que le ha dado su novio. — Comenta Celina bastante emocionada por la situación y toma la mano de su cuñada para mostrarme el extravagante anillo de diamante que lleva en su dedo anular.
Esta situación es definitivamente muy incómoda para los dos —¡Qué bueno! ¡Felicidades! ¿Y porque no has venido con tu novio? — Pregunto y no sé si es por compromiso o porque realmente me interese saber quién es el hombre que está en su vida ahora.
—Es empresario, representante y promotor musical, y bueno ya sabes cómo es esa industria… a veces le toca estar en algunos eventos y no puede viajar— Me explica y en estos momentos todo parece mucho más claro.
—Imagino que lo has conocido trabajando. — Comento y es más una corazonada que otra cosa.
Ella asiente —En realidad lo he conocido en Berklee cuando fue a acompañar a uno de sus talents— Me explica y a pesar de que nuestro adiós me ha dejado roto por dentro y de que definitivamente mi vida no fue igual después de su partida, no puedo más que sentirme orgulloso de ella. Cumplió su sueño, y yo cumplí el mío. Hicimos aquel pacto donde dijimos que el amor que sentíamos no nos haría ser egoístas con los sueños del otro, y creo que lo hemos cumplido.
—Pues te felicito, lo último que tus padres me habían dicho de ti es que te habías graduado con honores.— Comento y sonríe.
—Si, fueron años de mucho esfuerzo, pero creo que han valido la pena. Bueno, y tú, es que no tienes que decirme nada, las noticias hablan solas, te convertiste en uno de los mejores músicos del país. — Comenta haciéndome sonreír.
—Si, todo ha sido una locura hermosa. — Respondo y tengo la intención de añadir algo más, pero de repente, Roció me llama desde el otro lado del jardín y solo le sonrió para que sepa que ya iré con ella —Es mejor que me vaya antes de que me regañen, hablamos luego, ¿sí? — le dejo saber y me alejo de ella sintiendo que el pasado ha vuelto a hacerse presente en mi vida.
Génesis, su nombre significa el inicio de todo, y eso fue lo que ella fue para mí. Con ella conocí el amor más profundo, puro, y desinteresado de todos, pero también conocí lo difícil que es decir adiós. ¿Cómo no iba a decirle adiós cuando sabía muy bien el significado que aquella beca en Berklee tenía para ella? ¿Cómo podía enfadarme cuando ella también ha comprendido que no podía acompañarla porque mis sueños estaban aquí? Nos costó mucho trabajo entenderlo, pero nuestra historia no ha podido ser porque interpusimos nuestros sueños antes que nuestro amor. Quizás eso es la vida, crecer y comprender que velar por felicidad del otro también es una forma de amar, ¿no?