LA HORA DE LA SIESTA

391 Words
Llegué a las dos de la tarde al hotel de nuevo, tras haber visto un poco Londres. Inmediatamente me dirigí al restaurante del hotel a comer. Tras terminar de comer, subí a mi habitación. Me tumbé en la cama y me puse a ver la tele; estaba casi dormida cuando llamaron a la puerta, lo que hizo que me despertara por completo. Fui hasta la puerta que separaba mi habitación de un largo pasillo y la abrí. Allí delante estaba mi padre. -Papá: Lucía, tu madre y yo vamos a tener cenas de negocios durante toda esta semana. Nos iremos del hotel a las cuatro de la tarde todos los días. -Yo: Está bien. -Cerré la puerta y apagué la televisión, para, después, tras coger el móvil y la tarjeta que abría la puerta de la habitación, salir de allí y comenzar a dar vueltas por el hotel para conocerlo, ya que disponía de varios salones de juego, salones de actos, restaurantes... Dando vueltas por todo el hotel, estuve un rato, hasta que dieron las seis de la tarde, y, ya, cansada de dar vueltas, fui hacia mi habitación de nuevo. Mi habitación se encontraba en la novena planta, y, en esos momentos yo estaba en la duodécima, así que tomé el ascensor.  Llamé al ascensor y estuve esperando un par de minutos hasta que por fin llegó. Las puertas se abrieron y ahí estaba Daniel. -Yo: ¡Hola! -Dije entrando en el ascensor y dándole al botón que marcaba el número de la planta en la que se encontraba mi habitación. -Daniel: ¿Qué tal la vista por Londres? -Yo: Genial, ¿tú? -Daniel: Bien, ¿a dónde vas ahora? -Yo: Ni idea, no iba a ningún lugar concreto. -Daniel: ¿Damos una vuelta? Ah no, que se me olvidaba que tus padres... -Yo: No, tranquilo, no están, están de cena de negocios. -Daniel: Ah bueno, entonces podríamos ir a dar una vuelta si te apetece. -Yo: Claro, me encantaría montarme en el London Eye. -Daniel: Bueno, pues perfecto. -Yo: Debería ir a cambiarme. -Daniel: ¿En qué planta está tu habitación? -Yo: En la novena. Te puedes venir si quieres a hacer tiempo mientras me cambio, no me costará mucho. -Daniel: Vale. Llegamos a mi planta y nos bajamos. Fuimos hasta mi habitación, abrí con la tarjeta y pasamos. -Yo: Te puedes sentar en la cama y esperarme. -Dije, para coger mi ropa y meterme al baño a cambiarme. Tras cambiarme, me aseé y salí.
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