Yo soy greta.
No entendía qué pasaba, el por que estaba en un orfanato, temblaba de miedo en una esquina llorando por mis papás, solo tenía 5 años, la encargada del orfanato era una señora mayor muy estricta llamada Teresa .
-Deja de llorar niña, ellos no vendrán por ti, te han dejado aquí por qué ya no te quieren y eres un estorbo - dijo la teresa con dureza, me sujetó del brazo y a paso veloz me llevó a los dormitorios donde los demás niños estaban.
-Me duele mi brazo - dije con dolor y caminando rápido.
Al llegar me empuja para dentro de un cuarto de dos literas , dos en cada lado.
-”Desde ahora aquí dormirás”- aventó mi una maleta qué traje conmigo y cerró la puerta detrás de mí, el lugar estaba oscuro y fría, apestaba a húmedo, empecé a temblar de miedo y mirando a mi alrededor sin moverse, cuando de repente las camas se empezaron a mover y de él tres niños salieron, como de unos 8 o 9 años, me quedaron viendo y yo a ellos.
-Eres la nueva verdad -
-Les dije que era muy linda, parece una muñeca -
-No tengas miedo, no te haremos daños -
Dijo uno de los niños de los cuales salió de la cama.
-Deberían salir de la cama, vamos a presentarnos -
-Yo tengo frío, me quedaré aquí -
-Obvio hace frío pero no podemos quedarnos viendo a la niña parada hay, así que levanté -
-Ashhh, esta bien - al estar los tres juntos frente a mi se presentaron.
-Un gusto, yo me llamo Andrés, él es esteban y el Beltrán - los tres me dieron una sonrisa amigable, yo aun lloraba con sentimiento, extrañaba mi casa, mi cama y a mis padres.
-y tú, ¿cómo te llamas? -
-Yo soy greta - dije limpiando mis lágrimas con mis mangas de blusa.
-Un gusto greta, ven te diremos dónde dormirás, quieres arriba o abajo, escoge-
Me dijo Andrés, era lindo y muy amigable.
-Yo… me quiero ir a mi casa, extraño a mi mamá - dije con tristeza.
Se quedaron viendo con pena, yo no sabía que mis padres volverian por mí.
-Tranquila, un día ellos volverán por ti- dijo Esteban con una sonrisa falsa, los otros dos se lo quedaron viendo de manera fea.
-Enserio, cuando es ese día -
-Emmmm… ellos vendrán por ti de sorpresa, puede ser cualquier día- dijo Beltrán tomando mi pequeña mano.
-Entonces vendrán en mi cumpleaños - dije con emoción, mi inocencia era grande creyendo qué mis padres aún me amaban.
-Si, tal vez, bueno es hora de dormir, ven dormirás abajo nosotros te protegeremos -
Asentí feliz y me acomodé en mi nueva cama, era dura y no era nada cómoda pero me dormí rápido por tanto llorar.