Prólogo

347 Words
—Buenas noches Tomás. —Buenas noches oficial. —He hemos llamado porque queremos saber un poco sobre ti. Al escuchar las palabras del policía tan solo bajé la mirada y le respondí. —No creo que sea de mucha ayuda. —No lo sabremos hasta que terminemos de hablar. —Me indicó el hombre. Claramente sentía la duda en la mirada del oficial, pero quién no la tendría, al fin de cuentas yo era alguien cercano a la víctima, o bueno así indicaron los demás testigos. —¡El joven no tiene porqué contestar ninguna de sus preguntas! De repente, se abrió la puerta de la sala de interrogatorio y por ella entró mi padre. —Señor Walter no puede entrar así a este sitio. —le dijo el oficial colocándose de pie. —Y ustedes no pueden retener a mi hijo sin explicación alguna, así que al parecer nadie está haciendo las cosas bien en estos momentos. Siempre había estado orgulloso de papá, bueno casi siempre, excepto aquel día, pero del resto lo consideraba un gran abogado. —No tenemos al joven Tomás retenido, el puede irse cuando guste, además tengo entendido que cumplió dieciocho años hace dos días exactamente, así que como mayor de edad no es necesaria su presencia como tutor. El policía intentó intimidar a mi padre con sus palabras, pero creo que no lo conocía muy bien. —Señor oficial, Kendy, que es lo que está escrito en su placa, creo que no me entendió, yo no estoy acá parado diciéndole que suelte a mi hijo, estoy acá diciendole que mi cliente no tiene porqué responder a ninguna pregunta sin una orden, ¡Tomás, agarra tus cosas y vamos! Al terminar de escuchar, me levanté del asiento, tomé mi sudadera y camine hacia la puerta, el oficial me miró de re ojo y dijo. —El chico debe venir a dar su testimonio, el que murió era su amigo. —Has llegar tu orden a la puerta de mi casa y hablaremos. Las palabras de mi padre dieron por finalizada conversación…
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