Capítulo 1

755 Words
Liam  Hace unas semanas me mude con mi mejor amiga Saray que es una chica espectacular desde que le conté sobre mi atracción hacía los chicos nos volvimos inseparables.  No mudamos en un apartamento en Madrid porque nos cansamos de vivir en New York y porque a Saray le ofrecieron un trabajo como psicóloga en una universidad aquí mientras que yo conseguí un trabajo de enfermero en el hospital Central de Madrid. El mismo día que llegue aquí me inscribí en un gimnasio porque decidí cambiar mi estilo de vida y tener un cuerpo más a la medida, no soy gordo, ni delgado tengo buenas nalgas y unas piernas bonitas por así decirlo.  Aún no hemos podido organizar por completo el apartamento por lo tanto no e podido ir al gimnasio pero hoy al fin logre terminar de acomodar las últimas cosas por lo tanto me encuentro de camino para el gimnasio. Mi ropa deportiva me quedá ajustada al cuerpo, marcando la cintura que tengo que es un poco pequeña y con unas caderas ancha muchos dicen que es el cuerpo ideal para una mujer. Llego al gimnasio que me queda a varias cuadras del apartamento entro y dentro encuentro como a 7 chicos y como tres mujeres camino a la pequeña recepción.  —Buenas tardes mi nombre es Liam me registré el lunes vengo por la llaves de mi casillero—Le digo a un joven que hay atrás del mostrador y me fijo que no es el mismo del otro días. El chico sin levantar la vista me da la llave y yo la tomo, me doy la vuelta para ir a hacer lo que viene hacer >Pienso. Mientras voy metido en mis pensamientos tropiezo con algo y yo cierro los ojos por instinto porque se que voy a caer al suelo pero no llego a caer porque siento como unos fuerte brazos me toman antes de llegar a caer al piso, me acerca a su duro y caliente pecho.  —Ten más cuidado—Dice una voz roca atrás de mi, volteo y veo al chico que estaba pegando al saco de box el otro día.  Ahora que lo tengo cerca puedo ver mirarlo mejor: su cabello castaño casi rubio, unos increíbles ojos cafés que de lejos parecerían n***o pero son cafés oscuro el chico es hasta más alto que yo, me quedo embobado hasta que veo que el mira mis labios y es en ese momento cuando me separo de su cuerpo.  —Gra... Gracias—Digo tartamudeando, el se gira y se va pero antes de entrar entrar al área en donde están las máquinas me mira y me guiña un ojo.  > pienso porque pensé que me golpearía o algo por el estilo, ya a que cuando me dijeron sus reglas de que: no lo mires, no te acerques y no le hables porque es muy peligroso y veo que hace ese gesto creo que por eso es mejor conocer a las personas antes de juzgarlas. Dejo de pensar para no caer de nuevo, entro al área de máquinas y veo que esta levantado pesa. Observo cada músculo de su brazo contraerse cuando la levanta y el sudor que baja por su frente, Dios pasaria un día entero mirándolo ejercitarse y no me cansaría.  Dejo de observarlo para que no piense soy un acosador y voy a la caminadora.                                                                                        (...)  Después de una hora realizando una pequeña rutina de ejercicio que vi en YouTube, voy al baño y solo hay una ducha libre, voy hasta esa ducha me desnudo y dejo mi toalla colgada en la puerta.  Entro debajo de la ducha y comienzo a lavar mi cuerpo; estoy tan concentrado que cuando volteo casi me da un infarto. No me di cuenta que alguien entro a la ducha conmigo subo la mirada por sus tonificada piernas cubierta por una fina capa de vello y como todo chico perverso que soy doy una rápida mirada a su m*****o que cae con estilo hacía el lado izquierdo; su m*****o es grueso con pequeñas venas que se notan en el y a pesar de no estar erecto tiene un buen tamaño dejo de mirar su m*****o para subir la mirada a su marcado abdomen color canela sigo subiendo mi mira hasta su pecho y cuando llego a su rostro abro los ojos como plato al verlo a el metido en mi ducha.    
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD