De nada a prada

957 Words
 Nunca he sido una persona de mucho dinero, ni siquiera sé que es tener más que unos cuantos billetes en mi cartera, así que encontrarme en la enorme casa de mi abuelo en Madrid me causa un poco de impacto, sobre todo porque donde yo vivo es un piso de cuatro por cuatro donde apenas cabemos mi perro Rex y yo. Me encuentro sentado en una de las tantas sillas que hay en el pasillo, moviendo la pierna nervioso. Tengo más de 15 años que no veo a mi abuelo y de pronto ser llamado a su presencia como último deseo es algo que no me esperaba. —¿Señor Sanz? — escucho una voz en la parte de arriba de la escalera. Volteo de inmediato y sonrío — Está listo para verle. Me pongo de pie y camino escaleras arriba con timidez sin embargo, la casa se me hace aún conocida porque no ha cambiado nada en absoluto, es como si el tiempo se hubiera detenido y he vuelto a recordar mi infancia. Mi madre, Isabella Montemayor,  fue la única hija de mi abuelo, una rebelde que se casó con mi padre Arturo Sanz, el chofer de mi abuelo, lo que evidentemente provocó que la corrieran de la casa y basicamente sólo lo conociera antes de que mi madre muriera, así que parce que mi familia materna sólo se une en momentos drásticos, algo que no a conmigo. Entro a la habitación y lo veo postrado sobre la cama  y al acercarme me sonríe — Sebastian, tanto tiempo. —Hola abuelo — murmuro. Nos quedamos un rato en silencio ¿qué se puede conversar con una persona que no se ha visto en años? ¿sobre el clima? ¿sobre el día a día? —Sé por tu cara que no tienes idea de por qué estás aquí — continua — y más vale que yo te lo diga rápido porque no tengo mucho tiempo. Con la mano le pide a la otra persona que se encuentra dentro de la habitación y se acerca. Él me muestra unos papeles y luego me da una Pluma — Eres rico Sebastian — murmura mi abuelo. —¿Qué? ¿yo? ¿rico? — es lo único que se me escapa de los labios. —Sí, eres el único nieto que tengo, el único lazo, asi que antes de morir, heredas todo. Mi cuerpo no reacciona, creo que es demasiada información por el momento ¿cómo pasé de ser un Barman a un heredero en unas horas? Todavía me siento desvelado de cerrar el bar ayer y ahora ¿soy rico?. —¿Cómo? No tienes a nadie más. —No, soy una persona solitaria, tu madre murió, mi esposa también, sólo te tengo a ti, y te lo quiero dar  todo, quiero que disfrutes lo que yo le negué a tu madre por tanto tiempo.— —Pero, yo no sé que negocios llevas, no sé qué hacer … —Simón te va a ayudar, te explicará todo, ahora firma el maldito documento para que yo pueda hacer lo mismo. Como si una hilo controlara mi cuerpo, tomo la pluma y firmo pactando mi destino. Simón toma los mismos documentos y hace que mi abuelo, a duras penas, lo firme. —Bien, oficialmente eres rico, y heredero de mis empresas — dice él con un poco de orgullo y alivio, sólo espero que sepas manejar lo que por años me costó construir— sentencia y luego guarda silencio. —¿Es todo? — comento — ¿Ni un te amo? O ¿Qué te vaya bien? Simplemente entonces soy tu única opción — le reclamo. —Básicamente sí. Siento mucha lástima por él, de pronto le da todo a una persona que no conoce, mi abuelo no sabe si estoy en malas compañías o no, sí tengo problemas de algún tipo, si estoy soltero o casado, sólo por ser el único de su familia me lo da todo ciegamente. —Entonces creo que no hay más que decir — contesto frío, aunque yo en verdad traía miles de preguntas para él. —No, sólo un último consejo. Mantén a Simón a tu lado, él será tu guía y tu compañero — y vuelvo a acomodarse sobre la almohada — heredarás todo cuando yo deje este plano. Puedes irte.— Cierra los ojos para volver a dormir y de pronto me quedo como idiota viéndolo. Simón me toma del brazo y me dice al oído — vamos, tu abuelo necesita descansar — y comenzamos a caminar juntos, para salir de ahí. Después de que cierra la puerta lo veo a los ojos  y él sonríe — Felicidades Sebastian, eres dueño de las empresas "Montemayor" y la herencia total de la familia. —¿Qué hacen las empresas Montemayor? — es mi primera pregunta y el esboza una sonrisa. —Te harán más rico de lo que crees, ahora si me disculpas debo ir a arreglar los papales, yo te llamaré cuando puedas mudarte a la casa. —¿A la casa? ¿También entra? — pero Simón me ha dejado en medio del pasillo. Veo a mi alrededor y de pronto sonrío. De la noche a la mañana soy rico y soy dueño de unas empresas que no tengo ni idea de lo que hacen pero, son mías. ¿Cómo pasé de nada a poder usar un esmoquin de Prada? No lo sé, pero mi abuelo ha tomado la decisión de heredármelo todo, a un simple desconocido que sólo por el hecho de llevar su apellido es el indicado. De pronto el futuro de Sebastian Sanz se ve prominente, de pronto, soy rico y puedo hacer lo que quiera.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD