Entre la espada y la pared

1392 Words
Eran las diez de la noche cuando una joven universitaria se estaba alistando para salir de fiesta con sus dos mejores amigas. Decidió colocarse un vestido rojo con un escote en V por el busto y sin mangas. Ella vive solo con su madre de avanzada edad debido a que su padre las abandonó cuando tenía doce años quedando ella como el pilar de la familia. Se encuentra estudiando Medicina Forense y trabaja en un supermercado al norte de la ciudad de Miami de los Estados Unidos. Sin embargo, es de nacionalidad Colombiana de la ciudad de Boyacá con 21 años, soltera. —MELISSA YA LLEGARON TUS AMIGAS — grita su madre desde la puerta principal. — Ya voy madre — Le responde terminando de arreglarse. Se levanta, se coloca sus tacones negros y el bolso rojo con franjas negras para finalmente salir con sus amigas. Una de ellas es Luisa quien va con un vestido morado corto hasta los muslos y unos tacones negros mientras que Angélica lleva un vestido blanco con un escote en la espalda y tacones negros con diamantes blancos. — Adiós madre, te amo — le decía mientras le daba un beso en la mejilla. — Cuídate mi amor, suerte a las tres — decía su madre mientras salían hacia la adorada fiesta. Se montaron en el carro de Angélica que era un Chevrolet spark n***o y se dirigían hacia la fiesta. Llegaron media hora después de que inició y esa casa estaba que explotaba de la cantidad de gente que había. El dueño de la fiesta era precisamente el novio de Angélica un chico multimillonario que le complacía todos sus caprichos llamado Juan. — Bienvenidas a la fiesta — les decía mientras entraban y le daba un beso apasionado a Angélica. Entró Luisa con Melissa; ya que Angélica se fue con su novio. Se sentaron en el sofá que había libre y pidieron un par de cervezas para empezar la noche donde bailaron y tomaron hasta donde mas no poder. Cuando Melissa se sintió muy mal salió de la casa y se dirigió hacia la piscina, pero para su mala suerte fue arrojada a la piscina por un chico sin darse cuenta, cuando logró reaccionar ese mismo chico estaba besándola. — ¿Qué haces?, ¡te volviste loco! — le gritaba de la impresión que todavía no salía. — Lo siento, es que venían por mí y sin querer tropecé contigo y te boté a la piscina conmigo y el beso fue sin querer— decía el chico mientras se sonrojaba. — Ayúdame a salir de aquí, ¿sí? — Susurraba Melissa todavía con rabia porque le había arruinado lo bonita que se había puesto. Cuando le ayudo a salir pudo detallarlo mejor dándose cuenta que era un chico de su estatura, con piel bastante blanca, cabello color n***o brillante y se veía que tenía un buen cuerpo. Se quedó tan boba detallando que no se dio cuenta cuando se había ido. Decidió devolverse para su casa así que tomo un taxi. Cuando llego saludo a su madre tomando un vaso de jugo y empijamandose para poder irse a dormir, pero no podía sacar de la cabeza quién era ese chico. En el otro lado del mundo se encontraba Néstor donde han pasado 120 años desde que nació y 94 años desde que le dieron una pócima que le impide envejecer. Actualmente, se encuentra obligado a buscar una mujer humana con características especiales para entregarla a cambio de su familia, por culpa de las ángeles guardianes gemelas que decidieron mezclarse con la r**a vampírica siendo las más temidas del mundo y teniendo como compañera fiel a la prima de Néstor que es medio ángel medio loba que más que un ángel es un demonio completo. Néstor decidió ir a buscar esa mujer en los Estados Unidos iniciando por la ciudad de Nueva York, Chicago y finalmente Miami donde actualmente es amigo de Juan por medio de la universidad; ya que tenía que fingir una vida normal mientras encontraba a la chica ideal, ante la sociedad tengo 26 años. Al ser un ángel guardián tiene la capacidad de ocultar sus alas en mundos paralelos pareciendo un humano común y corriente para poder encontrarse en medio de la sociedad sin ser descubierto. Cuando Juan invitó a su fiesta a Néstor se sintió emocionado porque cada vez que hacía una fiesta, él aprovechaba para buscar a una chica en especial para que fuera la carnada, pero también para poder deshacer de sus necesidades personales; ya que estaba un poco olvidado en el tema. Cuando llegaron a la fiesta estaba menos llena de lo habitual así que decidió Néstor  sentarse y tomar un poco hasta que visualizo la llegada de tres particulares damas donde una vestía un vestido blanco que le detallaba bien sus curvas y su cola con unos tacones negros mientras que la otra tenía un vestido morado normalito donde se notaba que ella tenía un cuerpo plano pero una cara muy bonita pero en especial la que iba en la mitad tenía un vestido rojo con escote en los bustos que los tenía bastante firmes y una buena cola. Sin embargo, esa cara, esos ojos negros que se veían llenos de oscuridad y tentación. — acabo de encontrarla! — Grito Néstor en su interior. Decidió mirarla por un buen tiempo hasta que encontrara la forma correcta de acercarse sin que huyera de él. Cuando la vio dirigirse a la piscina y estar de pie en un borde de ella observando a la dama de vestido rojo quien se veía tan hermosa de esa forma. Finalmente, decidió correr hacia ella como si estuviera escapando de algo y botarla a la piscina podría llegar a insultarlo, pero bueno — hay que empezar de alguna forma, ¿no? — pensó Néstor. Su plan funcionó; ya que terminaron los dos botados en la piscina apenas la vio salir a tomar aire vio esos labios rojos, carnosos que lo provocaron y por impulso le robó un beso. Melissa en ese momento gritó histérica que había hecho y no se le ocurrió mejor idea a Néstor que decirle que lo estaban persiguiendo. Cuando salieron de la piscina Melissa se quedó mirando hacia algún lado en específico por lo cual hizo que Néstor se sintiera incomodo y prefirió irse porque pensó que tal vez ella no era la chica que estaba buscando. Pasaron varios días y no se volvieron a encontrar en ningún lado hasta que llegó el domingo y decidió Néstor ir al bar de siempre a buscar una conquista para una gran noche de placer. Cuando llego con su gran traje n***o que las volvía locas a todas miro hacia la barra y ahí estaba ella con el mismo vestido de esa vez e igual de hermosa que esa vez. Decidió acercarse y hablarle donde al principio se sorprendió, pero le siguió la conversación hasta que terminaron bailando. Melissa sabía moverse muy bien ocasionando mayor interés en Néstor en conocerla así que decidió acompañarla hasta su casa quería convencerse que era la carnada perfecta. Cuando supo donde vivía decidió devolverse a su apartamento donde estaba Elia la ángel guardián vampírica que tenía su familia. Sintió un escalofrío al verla; ya que no la veía hacía mucho tiempo cuando quería comunicarse con él lo hacía por medio de llamada nunca se había atrevido a venir a buscarlo. Ella era el ángel guardián más hermoso que existía en su país; ya que su cabello n***o con azul y sus ojos vidriosos que parecieran un diamante, cualquier a primera vista diría que es el ángel guardián correcto por su cara angelical hasta que conoces su lado malvado desde que se mezcló con los vampiros destacando su deseo de ambición, dominio y de placer al sufrimiento ajeno. — ¿Qué quieres Elia? — le preguntó Néstor mientras se sentaba al lado de ella. — Se te está acabando el tiempo Néstor, tienes seis meses más para traerme a esa mujer o si no toda tu familia sufrirá las consecuencias — decía mientras se acercó a darle un beso en los labios e irse del apartamento. Néstor sentía que odiaba a esta mujer, pero a la vez lo atraía como nunca le había atraído nadie hasta que conoció a Melissa, una simple humana común y corriente. .
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD