Capítulo 1: Eira Invernalia, la heredera al trono de Hielo

3348 Words
En las tierras lejanas, hace cientos de años atrás en algún lugar del mundo donde los continentes estaban unidos, alguna realidad alterna a nuestro mundo, habían dos reinos poderosos reinando el planeta tierra.  El reino de fuego, era conocido por ser de tierras cálidas, algunos de sus lugares eran desiertos con oasis en medio de la nada, algunos otros eran tierras áridas, sorprendentemente con pedazos de tierras fértiles donde crecían árboles frutales y algunas hortalizas, en algunos otros lugares de la amplia tierra, daban al mar cálido y turquesa. Algo que los hacía poderosos era la posesión de minas de oro y diamante, con lo cual podían solventar la economía del lugar.  Por otro lado, el reino de hielo, era conocido por sus heladas temperaturas en invierno, sus bosques frondosos; algunas partes de la su extenso territorio estaba compuesto por algunas tierras más cálidas que otras (nunca tan cálidas como las del reino de fuego)  la carne de venado, así como su confección de telas y prendas preciosas en general. Lo que hacía poderoso a este reino en particular era la posesión de “Agua de sanación” (un líquido milagroso que ayudaba a curar las heridas de los soldados, o alguna enfermedad hemorrágica en general).   Era un otoño “cálido” en el veinteavo año del reinado del Rey Heladio Invernalia, cuando todo comenzó. La princesa heredera al trono estaba por cumplir dieciocho años, edad en la cual tenía la obligación real de al menos estar comprometida, lista para recibir la corona cuando el momento llegara, pues su padre no había sido bendecido con un hijo varón dentro de su matrimonio real pero sin con tres hijos varones bastardos con alguna criada, lo cual no hacía válido su ascensión al trono a cualquiera de ellos. Las leyes dictaban que para poder ser reina tenía que estar al menos comprometida.  Eira, espera, Eira, no puedes ir tan lejos cuando la fiesta de presentación es en dos horas- dijo la princesa Elena, una de sus hermanas menores  ¿A quién le importa esa estúpida presentación? Ah ya sé a mi padre quien piensa venderme al mejor postor a cambio de más poder - mientras se adentraba en el bosque en medio de las hojas caídas de los árboles, se encontraban solas y Eira caminaba de prisa a través del bosque silencioso Es decreto real que estes al menos comprometida con alguien para poder ascender al trono, y ese día llegará - dijo Elena diplomáticamente Eira echó a reír Si algún día se requiere, nuestro padre es inmortal, ha sido el monarca que se ha mantenido en el trono por más tiempo, dudo que ese día llegue - dijo con amargura y sarcasmo en su voz Lo hace por el bien de todos incluyendonos a la familia real, no deberías ser tan dura con él-  Elena, nunca he sido su predilecta, si él tuviera opción a elegir a un heredero por supuesto sería Fedra y a mi me terminaría desterrando mandándome a tierras lejanas- ambas suspiraron  Eira paró de repente al salir del laberinto de árboles con la vista perdida en el atardecer en medio del acantilado, ambas iban vestidas con abrigos de cuero y botas para protegerse del frío que empezaba a traer el clima al acercarse la noche, la luz tenue del sol le daba unos brillos dorados a los árboles que estaban a sus pies, las montañas a los lejos dejaban ver sus puntas plateadas brillar con todo intensidad a pesar de que era tarde, Eira suspiró profundamente. ¿Te has imaginado ir más allá de las montañas alguna vez? ¿Saber cómo son otras tierras o sentir un clima cálido? Le daría el trono a Fedra si pudiera y me iría muy gustosa lejos de la burocracia A veces no entiendo tu obsesión por saber que hay más allá cuando tú más que nadie lo tienes todo aquí, aún más que nosotras, y creo que serás definitivamente mejor gobernante que Fedra, incluso que papá, la gente te ama por como eres - le sonrió a su hermana tomándola de los hombros - tenemos que regresar, te ayudaré con el maquillaje y el peinado Espera un poco más, siempre que algo me abruma vengo aquí a tomar un poco de aire, es terapia - dijo Eira nerviosa tragando saliva, al mismo tiempo que le sobaba la cabellera dorada a su hermana, quien la vio con una mirada extrañada a través de sus ojos marrón  Se escucharon de pronto unos pasos detrás de ellas, el crujir de las hojas debajo de los pies de algún extraño acercándose se escuchaban cada vez más cerca; de pronto salió de entre los árboles, un muchacho relativamente alto con el cabello castaño enmarañado y la respiración entrecortada por tanto correr. Se paró repentinamente para recuperar la respiración al ver a las dos princesas. Llevaba traje de gala, y trataba en la medida de lo posible alisar las telas con sus manos apresuradas.  Eira, Elena - dijo haciendo una reverencia una vez recuperado su aliento Ni se te ocurra decir sus majestades, deja las formalidades para cuando estemos en público, creí que no llegarías ¿para que me citaste aquí? - dijo acercándose a él con una sonrisa nerviosa en los labios, ayudando al escuálido muchacho con su ropa  ¿Estás aquí por Rodrigo, por tu terapia, o la terapia es Rodrigo? - dijo Elena confundida con cierto tono pícaro Elena no seas estúpida jajajaja, las primeras dos opciones son las correctas- dijo Eira complacientemente divertida - ¿Para qué querías verme Rodri? Creí que vendrías sola como te lo había explicado en mi carta -  ¿y dejar a Eira venir sola cuando estamos a menos de una hora de que empiece el baile? Siempre termino peinandola - dijo Elena con cierta resignación por las pocas habilidades de su hermana mayor con el cabello Bueno, no importa que estés aquí, servirás de testigo - dijo el muchacho escuálido con nerviosismo- Eira, sé que hoy es el día de tu presentación en donde te comprometerás con alguien para compartir todos los días de tu vida al lado de esa persona a la que terminarás amando - el corazón del muchacho comenzó a subir su presión sanguínea, podía escuchar cada latido de su corazón sobre sus oídos como si lo tuviera al lado, las manos comenzaron a sudarle- Tú sabes que desde niños hemos compartido muchas aventuras juntos, hemos sido testigos de nuestras risas y preocupaciones, y no me gustaría perder esa conexión especial contigo, no me imagino la vida sin ti, con tus locuras y esa extraordinaria manera de pensar, eres la mujer de mi vida desde el momento en que te vi por primera vez lo supe, Eira Willermina Invernalia I ¿Aceptarías ser mi esposa? - dijo el muchacho con voz temblorosa, al mismo tiempo que se inclinaba para abrir una pequeña cajita de roble blanco donde le ofreció a Eira un anillo de jade en oro blanco. Eira no podía entender lo que estaba pasando ante sus ojos, estaba viendo a su mejor amigo inclinado frente a ella pidiéndole que fuera su esposa, lo meditó por un momento, por un lado Rodrigo era primogénito de la segunda casa más poderosa de todo el reino de Hielo, los Monteverde, era mejor pasar los días al lado de su amigo a quien conocía desde la infancia, que con un extraño, a quien terminaría muy probablemente aborreciendo como el resto de los burócratas, no sentía la emoción de una enamorada, porque ciertamente no lo amaba de la manera en como dos amantes lo hacen, pero verlo ahí hincado frente a ella le dio un sentimiento de mucha ternura. Elena por otro lado estaba en shock, inmovil sin saber cómo reaccionar a lo que estaba presenciando.  Rodrigo yo… ciertamente estoy sorprendida, pero tengo que serte honesta respecto a mis sentimientos ..-  No tienes que amarme de esa manera, solo quiero asegurarme de que tengas un futuro con la mejor persona posible que te apoye en tus decisiones - le sonrió el chico gentilmente a la muchacha Si ese es el caso, acepto, quien mejor que mi mejor amigo que me conoce mejor que nadie para que esté conmigo cuando el momento llegue - dijo Eira con una sonrisa al chico Rodrigo sacó torpemente el anillo de la caja, se incorporó torpemente, resbalándosele la cajita de madera, en un intento por resatarla, el anillo cayó al suelo, rodando audazmente al filo del acantilado, brillando por última vez ante la mirada de los muchachos, cayendo triunfalmente al abismo. Una brisa ligera sacudió sus cabelleras y guardaron unos segundos de silencio. ¿Él? ¿tu prometido? Ay no- dijo Elena quien cerró los ojos y puso una mano en la cara para cubrirse, mientra el muchacho sonreía tímidamente  Si esto es una broma Rodrigo es de muy mal gusto - dijo Eira con una mezcla de furia y risa, dándole un ligero zape a su amigo  Eira de verdad no es broma, la propuesta es encerio y el anillo pertenecía a mi tatara abuela, una reliquia familiar - dijo disculpándose con mucha pena - te entregaré el anillo más bonito de todo el reino de Hielo te lo prometo -  Vamos, vamos, ya acepté ser tu esposa, qué más da si tengo un pedazo de piedra y metal en el dedo o no, lo anunciaremos a mi padre, antes que nada ¿estas seguro de tomar el paso conmigo? - dijo Eira con el rostro un poco ensombrecido  Sé que no tendré derecho a buscar la felicidad con alguien más, pero es algo que jamás me ha interesado, así que descuida, si te propuse es porque estoy seguro del paso - dijo el muchacho, Eira lo abrazó. Dicho esto, los tres emprendieron la marcha, de regreso al palacio. Eira solía ser conocida como la princesa rebelde, pues era bien sabido que había muchas reglas con las cuales ella estaba en contra y tenía la obligación de acatar por ser la heredera al trono, en la historia del reino de hielo sería la primera reina oficial en gobernar, el historial familiar solo constaba de reyes como cabeza de la familia y supremo monarca; el hecho de que Eira sea mujer preocupaba a muchos cortesanos en la política, pues creían que una mujer en el poder los podría hacer ver como débiles ante los enemigos y ser susceptibles a ataques, se creía enormemente que las féminas estaban para atender la casa y criar niños, las creían incapaces de pensar por sí mismas, aunque la princesa heredera era una gran excepción muy al pesar del ego de la realeza.  Estaban sin aliento para cuando estaban llegando a las caballerizas, por donde estaban esquivando a los guardias, pues no querían alarmar a los reyes de que dos de las princesas, estaban fuera del castillo en alguna parte perdidas a punto de perderse la “gran fiesta” a la cual Eira muy a sus adentros estaba segura que no pasaría para nada una noche agradable. Estaban los tres escondidos dentro de una de las caballerizas mientras veía como uno de los soldados se aleja en dirección opuesta al castillo.  Entonces ¿piensas pedirle la mano de Eira a mi padre esta noche? - dijo Elena en voz baja Si, esta noche tendrá que ser, soy un Monverde después de todo y el rey ha necesitado a mi padre por mucho tiempo, no podemos dejar que tu hermana contraiga matrimonio con alguien más, es prácticamente indomable y dudo que alguien tolere su carácter, sería muy infeliz- dijo en voz baja, con un ligero tiemble en la voz  Elena estaba preocupada por la situación, pues Rodrigo no tenía muy buena reputación al igual que su hermana, se le notaba de complexión delgada como para ir a la guerra o incluso hacer algún esfuerzo, su estatura daba mucho que desear pues a comparación de los otros muchacho fortachones, este les llegaba poco más arriba del pecho, en su mayoría, de los tres jóvenes Monteverde, Rodrigo era el peor prospecto en matrimonio para la heredera al trono.  Sé cual es tu preocupación pero descuida, tengo argumentos suficientes para que no me nieguen la mano de Eira - dijo el muchacho sonrojado, mirando el enmarañado cabello rubio de su futura esposa ¿y qué demonios haces aquí escabulléndote con nosotras? Tú puedes pasar a la puerta principal sin necesidad de ir tal cual ladrón …. - Elena interrumpió su interrogatorio al ver a su hermana con su rostro pálido Eira estaba sin aliento al ver rastros de sangre en el suelo, y fuego en el salón principal donde se estaba llevando  a cabo su fiesta de presentación, sintió la adrenalina de terror pasar por cada una de sus venas, al notar una mezcla de sangre y fuego en el aire. Por primera vez sintió angustia por su familia, su primer impulso fue correr pero fue detenida en seco por las manos de Rodrigo, mientras Elena estaba en shock sin poder decir una sola palabra.  Necesitamos escondernos- tomó a las dos princesas de la mano y hechos  correr con ellas tratando de encontrar un lugar seguro en algún punto del castillo para ellas.  Echaron a correr a voluntad de Rodrigo quien las iba guiando y cuidando de los soldados enemigos. Eira pudo notar la marca Monteverde en la espalda de los soldados que estaban atacando el castillo, la reacción que tuvo al volver del shock fue un impulso de rabia cegada impactando a puño cerrado en la cara del muchacho quien lo tiró al suelo.  Dime que no sabías nada de esto, explicate - dijo yendo al suelo y tomarlo por el cuello de la camisa  Escuché a mi padre que intentarían asesinarte en la noche de tu presentación ya que siendo tú mujer, representas una imagen de debilidad, y es muy probable que el reino de fuego ataque - dijo cerrando los ojos Rodrigo quien esperaba recibir otro golpe Eira no podía creer lo que estaba escuchando, Elena estaba helada ante tal confesión que estaba escuchando.  Por favor, te diré todo pero ahora tenemos que irnos de aquí, por tu bienestar y tu vida - dijo incorporándose Mis padres… - dijo Eira queriendo avanzar y siendo detenida una vez más por Rodrigo- no, ellos están bien, te lo aseguro - sus ojos suplicantes hicieron que la princesa no opusiera resistencia  ¿Cómo lo sabes? ¿Por qué estás tan seguro? - dijo la muchacha al intuir lo que estaba a punto de decir, no quería escucharlo pero la verdad era la verdad y tenía que darse cuenta a lo que se estaba enfrentando  Mi padre y el rey lo planearon, la reina estuvo de acuerdo y aún está en edad de engendrar a un varón, de lo contrario Fedra engendrará a un Monteverde Invernalia, por favor tenemos que darnos prisa- dijo con voz quebrada ante la tristeza de las dos muchachas  Siguieron corriendo, hacia el bosque de nuevo donde un par de caballos negros los esperaban, con algunas provisiones para el viaje como abrigos, comida, agua, agua de sanación, entre otras cosas. El muchacho ayudó a subir a Eira de prisa, pues se escuchaban muchos pasos crujiendo las hojas secas de los árboles en el suelo, en la búsqueda de la princesa rebelde. Elena subió al otro caballo, sin pensarlo, en un impulso de no dejar atrás a su hermana.  Elena, no, tú no tienes que hacer esto, a quien están buscando es a mi, por favor no me sigas - dijo con lágrimas en los ojos a su pequeña hermana  Y vivir sin ti, eres la única persona en quien puedo confiar, no podría vivir sin ti, prefiero seguirte, tenías razón padre es vil - dijo con sollozos amargos, la respiración se le entrecorta, el corazón lo tenía acelerado, tenía miedo, pero era más su temor de no volver a ver a su hermana  Soy una idiota por no querer alejarme de ti Elena, vamos tenemos un largo camino por recorrer - dijo tomándole la mano a su hermana - ¿Cómo te puedo agradecer? Me has salvado la vida Quería tener la oportunidad de salvarte de la mejor manera, haciéndote mi esposa, fue un acierto el haberte atrasado a llegar a la ceremonia, en el fondo sabía que esto pasaría, y terminaría alejandote de mi, llegué tarde a nuestro encuentro por los caballos cuida a mi chico por mi - dijo con lágrimas en los ojos mientras acariciaba al caballo- se libre, vive y no dejes que mi sacrificio sea en vano, siempre te estaré recordando y que el universo nos vuelva a encontrar  Estaban a punto de avanzar cuando, una flecha alcanzó el hombro de su amigo, los habían descubierto y estaban empezando a llegar una lluvia de flechas hacia ellos.  Encontré a su majestad, tiren a matar, que no quede ningún sobreviviente - gritó uno de los soldados  Rodrigo en un impulso, corrió al costado derecho de Eira en un intento de que las muchachas no se preocuparan por él, pero era demasiado tarde, las princesas iban en su ayuda en medio de la oscuridad del bosque, del sentimiento de tener de cerca a la muerte y la incertidumbre de si podrían ver de nuevo el amanecer.  Es su señoría Monteverde, matenlos a los tres, tenemos órdenes de no dejar vivo a nadie, no queremos ningún testigo -  Eira finalmente encontró a Rodrigo en medio de la oscuridad, paró el caballo en seco y ayudó a subir a su amigo, avanzó a paso firme, Elena iba siguiéndolos por detrás.  Después de todo creo que el universo nos encontró cinco segundos después - dijo Eira mientras cabalgaba a toda prisa con el muchacho herido.  Habían pasado cinco minutos en completa ventaja en su huida cuando, a lo lejos vio como diez soldados en caballo les cerraban el paso, al ver eso a los tres se les puso el pelo aún más de puntas. Instintivamente desviaron los caballos a su derecha en un intento de zafarse de la situación sin ningún éxito a la vista, estaban comenzado a ser rodeados por los soldados.  Tengo una idea, regresa a donde empezamos - dijo Rodrigo - solo hazme caso y confíen las dos en mi Dieron marcha atrás galopando nuevamente en dirección al castillo, con el pequeño ejército de soldados detrás de ellos, estaban galopando en forma de zigzag para reducir el riesgo de que que alguna flecha pudiera darles. Llegaron más allá de las caballerizas, hasta que encontraron a otro tumulto de soldados esperandolos con sus espadas afiladas listas para degollarlos. No tuvieron más alternativa que dejar a los caballos abandonados y adentrarse en la oscuridad a un costado de una de las paredes del castillo, Eira ayudó a Rodrigo a bajar a toda prisa, echándose a correr los tres a la seguridad de la oscuridad.  Caminaron torpemente con el corazón acelerado y la presión del enemigo a sus espaldas, comenzaron a palpar con las manos en la rocosa pared mientras caminaban hasta que finalmente encontraron una alcantarilla debajo de sus pies, que daba al drenaje del castillo. Sin pensarlo se escabulleron al hediondo lugar, cayendo de nalgas al mismo tiempo que suprimian el dolor, para estar en silencio mientras los verdugos pasaban a toda prisa en su búsqueda. Después de unos minutos de espera, Elena fue la primera que rompió el silencio en forma de susurro.  ¿Qué demonios hacemos de vuelta en el castillo? -  Tenemos que llegar al salón de baile antes de la media noche - respondió el muchacho Venimos huyendo de ellos y estas herido de un brazo, estamos literalmente en la mierda, a mitad de la noche huyendo de los guardias de tu padre y del nuestro - dijo Elena furiosa, el muchacho le sonrió  Piensa de esta manera, el asesinato de tu hermana es una planeación secreta entre los más altos burócratas, vamos no hay tiempo que perder - dijo tomando a las dos chicas de las manos y adentrándose aún más en la oscuridad.  
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