XXII. Tu lealtad

1584 Palabras

Dos meses después Cuando ingreso a la casa los gritos de Ayame me alertan. De todas las chicas que viven aquí me llevo muy bien con ella. Kikyo solo me habla a veces y Sango me puso muy en claro que odia a los de mi especie. Muchas veces he intentado mejorar nuestra inexistente relación, pero cada vez que hablamos el nombre de Miroku sale a relucir, lo cual conlleva a que ella me de una mirada escalofriante y luego me amenzace con matarme, agradezco que Kagome sea mi mujer y eso la pare , de lo contrario creo que ya habría amanecido con la garganta destrozada. Hoy es sábado y le dije a mi madre que iba a amanecer en casa de un amigo, por lo cual accedió a dejarme ir. Nuestra relación está tensa desde que descubrió que me gusta Kagome, sin embargo, desde que se supo que Kagome desapareció

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