Estoy sentada en el sofá del living con mis manos temblorosas envolviendo una taza de té, Andrew carga en sus brazos a un pequeño, creo su nombre es Austin, mientras su esposa carga a la pequeña Nathalie, ya han llamado a George para decirle lo que sucedió y estoy demasiado ansiosa —Oye, Cassidy, debes estar tranquila, todo saldrá bien, nos hemos metido en cosas peores, ¿Cierto, ovejita? Le pregunta a su mujer, ella me da una sonrisa cálida asintiendo —Cierto, no hay de qué preocuparse, un esbirro infernal no es nada comparado a los malditos arcángeles, ¿Sabes? Querían destruir el equilibrio del mundo, estaba embarazada de Austin cuando tuvimos que enfrentarlos y yo ni siquiera tenía idea de mis habilidades al cien por ciento, tú has sido una súcubo toda tu vida, te entrenaron, tuviste

