CAP. 45 - UNA PRUEBA DE FUEGO
La verdadera prueba. Grazia ha demostrado mesura, instinto y honradez en silencio, pero ahora la reclusa necesita una ratificación absoluta, un acto que demuestre que puede confiar en ella cuando realmente importe.
¿Ágata sabía que hasta ahora todo habían sido señales, gestos mínimos que sugerían que la hermana podría ser confiable? Pero en el mundo real, en el mundo donde la traición era el canon, las palabras no bastaban. Se requería acción.
La oportunidad llegó cuando la enfermera que Grazia había señalado como una amenaza entró con algo distinto esa noche. Un papel. Un recado.
—Lo dejaron para ti —dijo la enfermera, con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos.
La reclusa no tocó el papel enseguida.
Grazia estaba en la esquina del receptáculo, observa
