Sofía Después de la videollamada que tuve con Gaby, donde conocí a su "amiguita", decidí no llamarle más. Sentía que lo estaba asfixiando y no quería que me olvidara tan pronto. Quería que me extrañara como yo lo hacía. Me estaba llevando el demonio por hablar con él, pero tenía que darle su espacio. Tenía tantas cosas en mi cabeza. El día después de que Mandy fue a buscar a Román, llegó a mi casa una mujer diferente a mi hermana. Su expresión era de dolor, pero no quería meterme en sus problemas. Pero era mi hermana y tenía que apoyarla. Voy hacia su recámara y toco. —Adelante. —Hola, ¿cómo te fue? ¿Hablaron? Ella suspira y una lágrima derrama por su mejilla, pero de inmediato la limpia. —Sí, ya todo quedó aclarado. —¿Estás segura? —Yo sí, él no lo sé, pero para mí todo está más

