CAPITULO 01

2954 Palabras
En la actualidad... POV : ASTAROTH. Dara acaba de entrar a mí despacho, la he citado aquí porqué necesito que firme unos documentos de la empresa, la observo mientras se acerca a mí escritorio y me parece tan desagradable, no entiendo cómo he podido aguantar cuatro años de matrimonio. Claro, estoy consciente que todo éste tiempo, rara vez hemos cruzado palabras, sólo lo hacemos para discutir asuntos importantes como ahora. «La verdad es que me incomoda mucho mirarla, por eso prefiero mantener distancia.» —¿Para que me llamaste querido... esposito?. — Dice y yo ruedo los ojos. «Que voz tan horrorosa tiene» a veces hasta pienso que lo hace a propósito. —Te he pedido de mil maneras que no me llames así... Necesito que firmes ésto, es de la empresa de tu padre. —Sus labios se curvan simulando una sonrisa, lo que hace que se le forme unos pequeños hoyuelos en sus mejillas. ¿Que? «agité fuerte mi cabeza» Pero que diablos estoy pensando. —¿Y, de que otra forma podría llamarte? «Esposito» — Se apresuró a firmar, luego se dió media vuelta para marcharse. «La miré con total desagrado». —Deberías tratar de arreglarte un poco más. ¡te ves espantosa! —Ella no se tomó el tiempo de mirarme, cómo era su costumbre me sacó el dedo medio y luego se perdió por el pasillo. «¿Por qué carajos es tan horrible?» Llevaba puesto unos pantalones deportivos anchos y una sudadera casi cinco tallas más grandes, nunca mostraba ni un centímetro de su piel, era tan conservadora... De seguro, tampoco, sé sentía cómoda con las imperfecciones de su cuerpo y por eso no las mostraba, o era algo regordeta y no estaba conforme con su peso. La verdad, no me imaginaba que podría haber debajo de esa ropa de indigente que siempre cargaba encima. Otra cosa espantosa, era su cabello, éste era un completo desastre, peor que un nido de pájaros, siempre andaba con el cabello atado y esas gafas de pasta negra,eran tan gruesas que sus ojos se veían enormes a través del cristal. — suspiré— «Nada me vendría mejor que un divorcio en realidad.» Cuándo me casé con ella, acepté por qué su padre es dueño de GroupHarper's. La empresa automotriz más importante del país, el se veía bastante interesado en una fusión, por eso no podía perder la oportunidad de cerrar éste trato. Sino lo hacía yo, tarde o temprano lo haría otro y eso me pondría en desventaja delante de la competencia. Necesitaba el poder, hacerme camino está industria me había costado, digamos que el capital financiero de mi familia no estaba en su mejor punto y éste era el medio más rápido para obtener dinero y librarnos de la quiebra. Hoy en día somos la empresa número uno y todo eso es gracias a mi sacrificio, estar con una mujer tan horrible no es nada fácil y más cuándo se es un hombre cómo yo, que tengo mis necesidades. Nunca he tenido contacto con ella, de sólo imaginarlo mi estómago se retuerce, la única noche qué dormímos juntos en la misma cama, fue en nuestra noche de bodas y eso pasó porque estaba tan ebrio, que no podía moverme. Tampoco recuerdo absolutamente nada de lo que pasó, aúnque no creo que haya pasado mucho, ni con todo el licor del mundo podría hacerle algo, es qué sólo tienen que mirar al adefecio y se darán cuenta de lo que hablo. Nuestro matrimonio es sólo un contrato, más no hay amor de por medio, en nuestra casa cada quién está por su lado casi ni nos vemos por qué siempre estoy de viaje y cuándo regreso de mis viajes pues muy poco tenemos contacto. Incluso su habitación está lejos de la mía, no tenemos nada que ver el uno con el otro. A mi tampoco es que me interesa su vida en lo más mínimo, no se lo que hace a diario, con quién se relaciona, las cosas que le gustan... En conclusión ; no se nada sobre mi esposa fea, sólo sé su nombre y los muchos millones que representa ser su esposo. Pero una vez por mes, tenemos la obligación de vernos la cara y pasar un día entero juntos, eso sólo sucede el último domingo de cada mes. ya que, sus padres y los míos se reúnen, según ellos para compartir tiempo juntos cómo familia, del resto hacemos cómo si ninguno de los dos existiera. «Lo hemos hecho así por cuatro años y ya nos acostumbramos a ello, así que todos felices.» Una llamada entra en mi móvil: —¿Hola cariño, dónde estas? —De inmediato se dibujó una sonrisa en mi rostro. —Clara mi vida, estoy en la oficina.. «Mentí» Clara es... digamos qué mi pareja del momento, pero sabe qué estoy casado y toda la historia que hay detrás. —Ven a la casa cariño, me haces mucha falta, estoy muy solita, necesito tu compañía. — Su tono de voz es mimado pero provocativo. De inmediato mi cuerpo empieza a reaccionar solo de imaginarla y la polla se me pone dura. —Espérame en la tina, qué en unos minutos estoy allá.. Fin de la llamada. Colgué y miré a mi alrededor, no es que me importe que la fea sepa que tengo una aventura, porqué creo que ya lo sabe desde hace tiempo, pero soy un tipo reservado, por eso cuido mucho mis pasos. Antes de irme subí para cambiarme y darme una ducha rápida, cuándo estuve listo bajé y escuché unas risas en el salón. Me asomé con cuidado y era la fea que hablaba muy entretenida con su chofer. «Pobre de ella, me imagino que no le queda de otra que hablar con la servidumbre.» Tampoco creo que alguien le llegue a prestar atención, tal vez si cambiara un poco, pero es tan... « Aburrida» Eso que es una mujer joven, apenas tiene 27 años, como puede llevar una vida tan desabrida.. «es todo un patito feo de verdad no la entiendo» di media vuelta y salí de esa casa no quería seguir pensando en mi esposa fea. Llegué al departamento qué compartía con clara, había música y el aroma de la esencia de vainilla inundaba el lugar, subí de inmediato a la habitación y encontré a clara tal como se lo había pedido «en la tina» Era una mujer bellísima, no la amaba pero si me gustaba estar con ella, sabía cómo complacerme y en esa parte estábamos en la misma sintonía. Quité mi ropa y me metí con ella lentamente, quería hacerla mía, mis necesidades eran más fuertes que yo... Pienso que ya es hora de relajarme un Poco, me coloqué detrás de ella y comencé a besar su cuello. —Te habías tardado cariño. — Susurra echando su cabeza hacía atrás para pegarla en mi pecho. —Bueno cielo tenía trabajo llegue lo mas rápido que pude. — Bajé mi mano acariciando su cuerpo hasta que llegue a su zona íntima Gimió cuándo sintió el contacto y aproveché de meter mis dedos en su coño. No quise esperar más tiempo y comencé a estimularla con dos de mis dedos en un ritmo tortuoso, el movimiento de mi brazo hacia salpicar el agua y sin importar todo el desastre que estába haciendo, la levante para sentarla sobre mi polla. Las paredes internas de su coño me recibían adaptandose a mí y fue el momento para desconectar mi mente de todo y comenzar a penetrarla. Disfruté de su cuerpo durante todo el encuentro pero después de alcanzar el climax, pasaba lo mismo de siempre, terminaba sintiéndome, solo y vacío por dentro. Luego de pasar tiempo juntos le pedí a clara que saliéramos a un club, era viernes y no pasaban de las diez, ella no muy contenta aceptó ir, pues allí me encontraría con mi primo Enzo y estos dos se detestaban. [...] Llegamos al «Inccubus» éste club era sensacional, era excéntrico con un estilo extravagante y además tenían buena ambientación. Desde bailarines Semi desnudos en jaulas colgantes hasta salas de castigos privadas, aquí se reunía la crema y nata de la sociedad era un sitio muy exclusivo, al cual no todos podían tener acceso y dónde la identidad de cada m*****o era confidencial. Es por ello que el uso de antifaz era totalmente obligatorio. Además contaban con una atracción principal por la cuál hombres y mujeres enloquecían, incluyéndome, en ese grupo de seres desesperados por tener aúnque sea un minuto junto a la reina Perséfone... Era la mujer más hermosa que mis ojos habían visto, tan llena de misterio cómo de sensualidad, su cuerpo era escultural y curvilíneo, su piel era adornada por una serie de tatuajes artísticos que la hacían ver ruda, moría por tenerla cerca aúnque sea un segundo, cosa qué era realmente difícil por qué Perséfone era la dueña del club y llegar hasta su trono era totalmente imposible... La seguridad que la rodeaba era impenetrable, nadie se acercara a ella, sólo un hombre tenía ese privilegio; «Sagitario» su guardaespaldas personal y sumiso favorito, el carbrón con más suerte de este país. —Esta noche hay nuevo entretenimiento creo qué me voy a divertír mucho primito... —Me dice Enzo muy entusiasmado, el tiene una debilidad por las mujeres y pienso que eso será su mayor perdición.. —Si, hay nuevos miembros pero a mí me interesa sólo una persona. —le dije mientras veía atónito a la majestuosa mujer llegar con ese atuendo de diosa del inframundo tan sexy.. Lo que más me intrigaba era su rostro, siempre estaba cubierto por un antifaz, de verdad deseaba con todas mis fuerzas conocer los secretos de esa mujer, que para mí era una tentación andante, en su honor uno de los miembros ofreció una exhibición con una de sus sumisas. La chica hacía una felación a su amo mientras una segunda mujer la castigaba con un látigo, todos mirábamos el espectáculo, esa clase de comportamiento en este club era muy común así qué la mayoría sólo disfrutábamos de la vista. —Estas loco, si crees que algún día tendrás la mínima oportunidad de acercarte, si me lo preguntas sólo estás perdiendo tu tiempo.. — Dice Enzo. Bebí mi trago con amargura al saber que es cierto, pero de igual manera toda la noche mis ojos estuvieron puestos en ella. hasta que clara me reclamó y me exigió llevarla de vuelta al departamento.. Debo reconocer que cada noche soñaba con ese cuerpo sin rostro y mi mayor anhelo era estar con esa mujer tan misteriosa, pero por ahora me conformaría con verla de lejos. Casi siempre me quedaba a dormir con clara, pero está vez decidí ir a la casa de la fea, no me sentía cómodo con los reclamos y celos de clara, por lo menos en la otra casa se que nadie va a molestarme. Llegué a la casa y todo está en completo silencio, hasta pareciera que no hubiese nadie, subí a mi habitación me duche y cambié mi ropa, luego me acosté en mi cama para dejar que llegara el sueño estaba muy cansado. Aquí podría descansar y estar tranquilo... De repente me pregunté si la fea se daría cuenta de qué llegué a nuestra casa, ¿Cómo puede ser tan descuidada? Así cómo yo entré pudo haber entrado un ladrón, sin darme cuenta me levanté de la cama y ya estába cruzando el pasillo, me paré frente a su habitación, pero aún no decidía si tocaba o no a su puerta. Lo pienso mejor y regreso a mi habitación, no quiero que se vaya a ilusionar conmigo, pensando que me importa cuándo no es así. Pasé el resto del fin de semana en la casa del terror, nunca me encontré con la fea. ¿Que tanto hace que no le queda tiempo de estar en su casa? Por un instante se me pasa por la mente qué la razón es por qué tiene un amante. Pero de inmediato la risa me invade, ahora sí qué me volví loco, no estoy seguro de que tan valiente sería el tipo que se meta con la patito feo.. Estoy exagerando, lo más probable es que este encerrada en su habitación y por eso no la ví. En la tarde salí de mi despacho y ví a la patito en la cocina, tarareaba una canción mientras preparaba algo de comida. —Dichosos los ojos que te ven.. — Dije y despues me arrepentí. « ¿Diablos por qué dije eso?» — Quiero decir, que por fin te veo. —Ella arqueó una de sus cejas y se quedó mirándome. —¿Y, ahora, a ti que te pasa.? ¿por qué estás hablándome? — Fruncí mi ceño, para ser un patito feo es demasiado obstinada. —No me pasa nada, sólo se me hace extraño verte en casa, pensé que habías salido.. —Ella se rió y en ese instante recordé la vez que la vi riendo con Marcus el chófer. Me quedé en silencio observandola, allí estaba otra vez esa sensación extraña, era la segunda vez que me pasaba y me estába inquietando. — Pues... aquí he estado todo este tiempo, sólo que no quería tener que hablar con alguien tan desagradable como tú. —Auch.— — Me dolió, no sabía que la fea me odiara tanto.. —Esta bien patito no te enojes, quería ser cortéz contigo. — Ella rodó sus ojos, tomó su comida y subió por las escaleras. Me pregunto cómo es que no se tropieza con esos harapos tan grandes. —¡Oye! — Le grité. — Esos son muchos carbohidratos juntos vas a terminar rodando, si no haces ejercicio... — Añadí. — Ella otra vez sacó su dedo medio y sin darme cuenta yo le estaba sonriendo. Agite mi cabeza, de seguro estos dos días encerrado me estában volviendo loco. * * * * * * * * * * * * Dos semanas después... El lunes llegué a mí oficina había mucho trabajo pendiente, teníamos varios proyectos que se estaban desarrollando y debían pasar por revisión, mi secretaria Doris me esperaba con una montaña de documentos que habían quedado desde el viernes pasado. «hoy tendría un día cargado, eso sin contar que por la tarde estaría ocupado con varias reuniones.» [...] Salí en horas de la noche de mi oficina me voy directo al departamento de clara necesitaba distraer mi mente, ella ya estaba lista para mí, así que fuí directo hasta su cama dejando salir toda mi frustración del día, por suerte clara siempre estaba dispuesta a todo y no me imponía ninguna condición, simplemente se ocupaba de mí sin joderme tanto, además me hacía sentir bien, cosa que agradecía.. — Cariño debo irme, ya es un poco tarde. — Le comenté y frunció el ceño. —¿Porque no te quedas?. No veo cuál es la prisa por irte. — No quería entrar en discusión con ella pero ahí íbamos de nuevo. —No es prisa cariño pero Dara está sola en casa y por eso me voy. — Su boca se abrió ligeramente, no podía creer lo que había dicho y para ser sincero yo tampoco lo creía. —¿¡Desde cuándo te preocupas por esa maldita «Fea» Astaroth!? — Clara estaba a punto de un colapso y a mí ya me estaba cansando esa situación con ella. —No se, es sólo por ser solidario, está siempre encerrada en esa casa, no tengo otras intenciones con la patito estás loca... Además su padre me mataría si le sucede algo. Salí del complejo residencial enojado, no se que es lo que le sucede a Clara últimamente. Mientras iba en camino pensaba en la verdadera razón por la cuál me estaba regresando a esa casa, no compartía ni una sola palabra con la patito feo. ¿Entonces, por qué la necesidad de ir hasta allá? —¡Estoy enloqueciendo! —Exclamé y comencé a reír cómo un desquiciado. La casa estaba a oscuras y en silencio cómo siempre, de seguro la fea ya está dormida , las ganas de ir hasta su habitación me superaban no entiendo por qué, pero me contuve como siempre y me fuí hasta mi recámara. A la mañana siguiente bajé temprano para desayunar, pero igual que todos los días la patito no estába, creo que nunca me había fijado. Pero... ¿Qué es lo qué hace? ¿A qué se dedica? No puede ser que esté encerrada todo el tiempo en la habitación.. Entonces hice algo que jamás imaginé haría, le pregunté a nuestra ama de llaves Susan, por mi esposa.. —Susan.. ¿podría hacerte una pregunta?. —Ella se giró un poco confundida, yo nunca le dirigía la palabra a mis empleados. — Dígame señor que desea saber. — Verás, Susan, deseo saber sobre mí esposa.. Ya que nunca la veo en el desayuno y cuándo regreso tampoco se de ella.. — Hice una pausa. — Imagino que ahora está dormida, pero me gustaría saber su rutina. ¿Que hace ella normalmente? —veo como Susan frunce el ceño. —Señor Astaroth, me sorprende mucho su pregunta, la señora Dara no se encuentra dormida ella se fue cómo siempre muy temprano a su trabajo. — Fue mi turno de fruncir el ceño. ¿La fea trabaja? — ¿A su trabajo? Y de que trabaja la patito.. La señora Dara. — Negué. — ¿ Cómo es posible que yo no sepa nada? —La señora Dara tiene una Editorial que es muy reconocida en la ciudad señor. «Ésto sí no me lo esperaba, que otros secretos me ocultas patito feo»
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