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1143 Palabras
Luego de una larga noche de lágrimas, no podía soportar el solo hecho de imaginar que su padre los pudiera encontrar. No tenía intenciones de ir a la universidad pero luego de haber faltado el día anterior para agilizar sus documentos no podía tomarse otro día. Estaba agradecido que el compañero molesto que siempre golpeaba su silla no lo hiciera en el día, eso le ayudó a que pudiera mantener la calma, por lo menos el tiempo que se encontraba en la clase. No tenía ganas de nada, solo sentarse en el banco bajo ese viejo árbol pero mientras se encontraba allí fue alcanzado por la encantadora compañera de clase con una pequeña cajita en manos que le había ofrecido.    - Marie, ¿Qué es esto? - Lo hice para ti Adam. - ¡Oh! Es muy bonito, gracias… siéntate, no te quedes allí de pie. - A qué se debe el presente, hoy no es mi cumpleaños, que yo recuerde. - Adam intenta sonreír, mirando una cajita en forma de corazón que le había entregado Marie, esta toma las manos de Adam. - Adam, me gustas, el regalo lo hice para demostrártelo, ¿aceptarías mi corazón?- Adam mira la cajita y suspira con algo de tristeza, para levantar la vista fijando sus ojos en los de Marie. - Marie, debo ser sincero contigo, me gustas, pero no como tu esperas, sino como amiga, me agrada compartir contigo, eres una chica muy divertida, amable… lo siento, si en algún momento hice que mal interpretaras mis sentimientos.- Marie le muestra una sonrisa con esfuerzo - Adam, no te preocupes, yo solo quería que tuvieras conocimiento de lo que siento, eso no te obliga a corresponderlo, sigamos siendo amigos, espero que esto no cambie eso.   - Por mi encantado, gracias por entenderlo… - Adam le hace una caricia en la mejilla con los dedos y le entrega nuevamente la cajita de corazón. - Necesito ir al salón.- Se levanta Adam para despedirse. - ¿No comerás nada?- Pregunta Marie. - Hmmmm no tengo apetito. - Está bien, nos vemos en un rato. - se despide y va hacia el comedor.   * * * * * * * * *   Adam va al salón y se encuentra con su tío, este lo mira y nota por en su semblante que algo estaba pasando. - Adam ¿qué sucede? - ¡Tío!- se lanza para abrazarlo y romper en llanto. - Tranquilo Adam, siéntate, cuéntame que sucede. - Toma el cuerpo de Adam y lo ayuda a sentarse en la silla a su lado. - Es papá…- Dice poniendo su rostro entre sus manos. - ¿Tu papá? ¿Está aquí? - No, pero está molestando a mamá en su trabajo, estuvo haciendo llamadas para hacerla quedar mal y que perdiera el trabajo. - ¡Maldito! - El Sr. Connor hace un puño es sus manos. - No sé qué hacer tío, con mamá hemos pasado por una y mil cosas para venir hasta este lugar, siento impotencia no poder ayudarla. -Más lágrimas caían de sus ojos.   Su tío lo abraza con un brazo y con el otra mano acaricia suavemente su cabeza.   - Adam tranquilízate, no permitiremos que les haga daño nuevamente, ya no están solos, aquí no solo yo les protegeremos. De repente sienten que alguien los separa con rudeza. Iam toma del brazo a Adam alejando del cuerpo del Sr. Connor levantándolo.   - ¿¡Que estás haciendo Iam!? - ¡Usted no se meta! ¡Si no quiere perder su trabajo! - Apunta con el dedo al rostro del Sr. Connor.   Adam no podía reaccionar, no entiende que está pasando solo siente que es arrastrado hasta los sanitarios y arrojado con fuerza a la pared haciendo un quejido de dolor por el impacto.   Iam lo mira con enojo y lo vuelve a tomar de la muñeca. - ¿¡Qué haces Adam!?- Le grita, este aun no puede articular palabra, sus ojos seguían empapados con sus lágrimas y no entendía cuál sería la razón de que este lo estuviera reclamando. Con el ceño fruncido intentaba pensar en la pregunta que le había hecho.   - ¡No hagas como que no entiendes! ¡Estas con el Sr. Connor! - ¿¡Qué!? ¿¡Estás enfermo!? - ¡Rechazaste a Marie por un hombre! - ¿¡Quién te dio el derecho para que te metieras en mi vida!?   A Iam no se le ocurrió otra cosa para reclamarle del por qué estaba abrazado con el sr. Connor, era obvio que no diría que es porque le estaba matando los celos.   - ¡No te metas en donde no te llaman! - intenta quitar el agarre de este. - Marie es mi amiga y ¡la voy a defender! - ¡No me hagas reír Iam a ti no te importa nadie! - Si me importa, ¡mis amigos! Y no dejaré en vano ¡que la hayas ilusionado! - ¡¡Ya déjame en paz!! -Grita Adam dándole un golpe al rostro tan fuerte que Iam cae al suelo.- ¡¡Me tienes podrido maldito niño malcriado!! No vuelvas a molestarme o de verdad te demostraré de lo que soy capaz de hacerte ¡¡para que te detengas!! - ¡Iam! ¡Iam! ¿¡Estás bien!?- Brendan entra al baño corriendo viendo a su amigo en el suelo cubriendo su mentón. Lo toma para apoyarlo por el hombro mirando a Adam.   Adam se encontraba furioso con las manos a su costado hechas en puño ajustado.   - ¡No permitas que este vuelva a molestarme, porque de verdad la próxima vez le irá peor! - Se retira del sanitario en dirección al salón. - ¡Iam! ¿¡Qué  hiciste esta vez!?- Pregunta Brendan sacándolo de ese lugar. - ¡No quiero hablar! Solo  ayúdame a traer mis cosas del salón. - ¿Ya te vas a ir? - ¡No pienso quedarme ni un rato más! - Ok está bien quédate aquí, iré por tus cosas. - Lo hace sentar en un banco en el pasillo para ir rápidamente en busca de sus pertenencias. - Que idiota, esta mierda que siento debe morir, ¡maldita sea la hora que llegué a fijarme en ese torpe! Estaba tan furioso que ni siquiera se había percatado que Adam estaba con lágrimas en sus ojos, cegado por sus celos solo quería reclamar de por qué estaba con un hombre, y mayor. O tal vez su celo era más de por qué no era él a quien estaba abrazando de esa manera. Era la primera vez que tenía estos tipos de sentimientos que no sabía cómo manejarlos. Pero luego de esa pelea lo último que deseaba era volver a ver el rostro de Adam y más la del señor Connor.
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