- ¿Que le has dicho? - Dije molesto cruzado de brazos. - Yo nada. - Por algo se fue, Carter - Quizás se arrepintió - levanté los hombros como si no supiera nada. Me levanté a beber agua, abrí el refrigerador y sentí sus manos en mi cintura. Que hago. ¡demonios! Estoy muy nerviosa. ¿Por que me pongo así? ¡quizás porque no es una posición para dos hermanstros! ¡MALDITA SEA! - Si me dices que le dijiste te compraré toda la comida que desees. - es un buen trato, pero no quita que me tenga sujeta de la cintura y hablando tan cerca de mi oído. Aunque se siente bien. ¡No! No se siente bien Sam. Me hice a un lado y lo miré. - Le deje las cosas claras. - ¿Cómo que? - Que no soy tu maldita sirvienta y que quizás sea una de las cuantas con las que te has acostado. Se lo merecía. - Dije

