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1217 Palabras
Hora de ducharse Sam, sólo podía escuchar en mi mente. Hasta que al fin mi cuerpo tomo fuerzas para levantarse e ir al baño. Me cambié y entró la curiosidad de saber que había en la habitación de James, así que entre. Todo es azul con n***o, cosa que me gustó mucho. Todo muy ordenado y limpió, no encontré nada interesante. Cuando iba a salir escuché como subían las escaleras y me dije mierda, ya morí. No podía salir, porque si lo hacía me vería cruzar a mi cuarto, me escondo debajo de la cama lo típico. Entra al cuarto y dice - Donde se habrá metido esa niña, no puede ser que haya salido y dejado la casa sin seguro. - Escuché que se quitaba los zapatos y vi como dejaba caer su camiseta en una cesta que tiene al lado de la cama. - Y esa perra de Alexa me deja plantado, pero que se cree, idiota. Estoy tan loco por dejarla y mandarla a la mierda, pero no, aguanta James, ella va a cambiar, tu la quieres. - ¿El se convence a su mismo de querer a alguien? Eso es que no la quiere en verdad. Se sienta en la cama y se saca los calcetines que para mi suerte no tenían mal olor, entra al baño y era mi oportunidad de salir, saqué mi cabeza para poder sacar todo mi cuerpo y ahí sale del baño, me quedé paralizada cuando se quedó viéndome, sólo pensé la cague, la cagaste Samantha, cruzó sus brazos y puso una sonrisa placentera mientras me veía, no hay que decir que no traía camiseta y que pecado estoy pagando. - Termina de salir. - Respire profundo y salí, me quedé parada enfrente de el con la cabeza abajo. - ¿Y? - Dijo con una sonrisa. - No diré nada. - Y me largue lo más rápido que pude, me encerré en mi cuarto. Golpeé mi cabeza varias veces con la almohada mientras me maldecía una y otra vez. Esto era para escribirlo en mi libro. "Como se me ocurre entrar a su cuarto, es que soy imbécil, y mas encima me descubre, que vergüenza. Y sin camiseta, todo su cuerpo desnudo ante mis ojos, no, no, no, ¿que es lo que tengo que pagar Dios?. Creo que estará pensando lo peor de mi, que soy una idiota, una intrusa por entrar sin permiso. Que estúpida." Mientras guardaba mi libro escuché la voz de James detrás de la puerta, mi corazón empezó a latir tan fuerte que pensé que se iba a salir de mi pecho. - Te perdonó por ser una intrusa en mi habitación. - ¡Ahí lo tienes, te lo dije! Dijo mi subconsciente. - Esta bien... Lo siento, no debí - Aún me debes una explicación de que hacías en mi cuarto. - Me entró curiosidad. - Entonces cuando me de a mi puedo hacer lo mismo ¿No? - ¿Me esta tomando el pelo no?. Ahora se que tratará de hacer lo mismo. - Como sea, el punto es que lo siento - Okey. - No escuché nada más de su parte, se que en algún momento tenía que salir de la habitación, pero por ahora no. Pasó al rededor de una hora y tocan mi puerta. - Señorita necesitó sacar la sopa sucia. - Un momento - Respondí. Me levanté de la cama y abrí la puerta, aproveché para bajar y beber agua, baje casi que en silencio para no encontrarme a James. - ¡Hey! - Dijo detrás de mi y después se puso a mi lado con una gran sonrisa. Es que no se de que se ríe todo el tiempo, me dan ganas de borrarsela de un golpe. - ¿De que te ríes? - Dije para evitar de que me hablará de lo sucedido en su cuarto. - De ti - ¿Por? - Tome el agua y cerré el refrigerador. - Tu nerviosismo me da risa, te ves chistosa - No estoy nerviosa - Dije después de tomar un poco de agua. - Como digas niña, Alexa mañana en el Instituto dará una invitaciones para una fiesta en su casa, ¿irás? - Si me invita, puede ser, no me gustan esas cosas. - Te la vas a pasar bien, yo voy a a estar ahí. - Claro, con tu novia - Te echaré un ojo por si necesitas algo, o te quieres ir. - ¡Obvio! Si me quiero ir dejarás a tu novia la caliente para llevarme, me la creí por un momento - Dije con una sonrisa falsa. - Podría llamar a Carlos, el te pasa a buscar, es un amigo mío, es buena onda. - ¿Y el chofer de la casa? - Tomó unas vacaciones por problemas de salud. ¿entonces que dices? - Esta bien, iré. - ¡Eso, vamos a socializar! - ¿Me estás llamando antisocial? - No de esa forma... - ¿O sea que me estás dando indirectas?. Sabes que olvídalo, pudrete. - Le di la espalda sonreí victoriosa, antes de subir un escalón entran mi madre y Daniel. - Hola mi amor - Me dice mi madre besando mi mejilla. - Hola ma' ¿Qué tal la pasaron? - De maravilla, tu madre es una belleza. - Sonreí a su respuesta. - Ay no es para tanto - Dijo mi madre sonriente. - Papá Alexa hará una fiesta mañana así que pensé en llevar a Samantha. - Oh si, claro. ¿que dices amor? - Dirigí mi mirada de asesina a James quien Sonríe sin mas. - Si va con James no hay problema - Dijo mientras arreglaba un poco mi cabello, le sonreí para disimular mi odio hacia el. - Estaremos aquí a las 12 - Perfecto. - Dijeron, subieron a su cuarto. Le saqué la lengua mientras le enseñó mi dedo mayor, este abre los ojos fingiendo estar sorprendido. - Estúpido - Susurre mientras subía y este dice. - Niña. - Lo maldecí en mi mente por si lo escuchaba y me decía algo más. (...) Me encontré con sara en los pasillos y comenzamos a hablar, cuando a lo lejos vemos a alexa entregando boletas, seguro es lo de su fiesta. - Ahí viene la exagerada. - Me susurro Sara. Y si, vienen justo a nosotras. - Sara aquí tienes tu invitación para la mejor fiesta del Instituto. - Su amiga le pasó dos por lo que vi, pero sólo a Sara. Iba a decir algo pero vi a James caminando por detrás de Alexa, la toma de la cintura y besa su cuello mientras ella traía una sonrisa de estúpida. - ¿Ya invitaste a Sam? - Ehh... no. - James la miró medio raro, le quitó una de las manos de su amiga y me la paso. - Gracias... - Agg, ya que, vámonos laurita. - Y se fueron. Dejándonos a los tres en silencio. - ¿Irán? - Preguntó James - Sí - Dijo Sara. - Ahora no me quedaré sola. - nos fuimos juntos a nuestro salón ya que vamos al mismo nivel. Tiempo de la fiesta. Me vestí con algo decente, bonito y sexy a la vez. No se si esa combinación exista pero yo la cree. No sabía que James tenía auto hasta que nos subimos a el. - Lindo carro - Quiero otro - Dijo acelerando. - Suerte la tuya. - Si me lo cambian, puedo dejarte este. - No se conducir. - Te puedo enseñar, no hay problema. - Le sonreí agradecida. En unos minutos ya estábamos al frente de la casa de Alexa, y claramente, una familia con mucho dinero, tal para cual.
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