Narrado Jennifer
Lisi se había equivocado de auditorio, ¿Que persona confunde un cuatro y un dos? Mi amiga, y ahora estábamos corriendo de una punta a la otra de la universidad para encontrar el lugar correcto, obviamente íbamos a llegar con el tiempo justo sino llegábamos tarde.
—¡Elizabeth mueve el culo o llegaremos tarde! —le grito a mi amiga que va andando tranquilamente por las calles.
—No me llames así—me grito ella tranquila.
—¡Lisi!—le grite mirándola.
—Tenemos tiempo ¿Puedes relajarte?—me dijo y deje de correr, y ella en menos de diez paso me alcanzo.
—Odio dar mala imagen—le dije.
—No se van a acordar ni de nuestro nombre—me dijo—Solo es una fachada, para que creamos que están para nosotros—dijo.
—Y lo están—le dije y ella me miro.
—Están para ponernos exámenes y torturarnos—se quejo y me reí.
Al llegar al auditorio, la presentación aún no había empezado, no era una presentación por facultades, eso sería en unos días, era una presentación general para que supiéramos las cosas que ofrecía la universidad a todos sus alumnos, desde psicólogos hasta cosas que se iban a inventar.
La gente a diferencia de en Australia, ni nos miraba, eramos como personas normales que no importaban, cosa que amábamos.
Entramos al auditorio y Lisi se quedo quieta mientras buscaba sitio.
—Ayudame—le dije y ella me agarro haciendo que mirara a dos personas.
—Son ellos—dijo y la mire.
—Estas loca—dije y me fije para quedarme igual de petrificada que ella.
—No puede ser—dijo y la mire—El mundo es demasiado grande como para que nos pase esto—se quejo y la mire.
—¿Crees que lo han hecho queriendo?—.
—¿Meterse en la universidad?—.
—A esta—.
—Con nosotras—dijo y nos miramos,
—Los voy a matar—dijo y fue a acercarse a ellos pero la agarre.
—No nos han visto, les podemos evitar—le dije y ella asintío.
Lisi dio un vistazo al auditorio y me arrastro a donde dos chicos que estaban con sus móviles.
—¿Podéis moveros un asiento?—les pegunto Lisi y estos sin mirarla, se movieron.
—¿Estamos a tiempo de dejar la universidad?—me pregunta.
—No podemos dejarla por ellos—le dije y ella suspiro—Mucho hemos hecho al dejar Australia por su culpa—.
Lisi miro al frente pensativa, habíamos conseguido mucho estos meses sin ellos, quizás no musicalmente pero si de forma personal, habíamos forjado con hierro nuestros corazones y ahora no íbamos a dejar que volvieran a entrar.
Narrado Elizabeth
Los chicos de alado nuestro no nos miraron, era como si el móvil fuera más importante que dos chicas sentadas a su lado, que quizás no iban a ser sus parejas pero podían ser su próxima aventura. ¿Que persona en su sano juicio no hace amigos el primer día de clase? Aunque quizás yo no soy el mejor ejemplo porque no tengo muchos amigos.
Mire a Jenny e intente llamar la atención lo menos posible, pero no se porque una chica nos vio y nos reconoció haciendo que la histeria saltara, y hizo que los chicos nos miraran.
Sin dudarlo los dos se levantaron y se acercaron a nosotras.
—Gracias por hacer compañía a nuestras novias pero ya os podéis ir—dijo Connor.
Les miramos, sin saber que hacer.
—No sabemos quien son ellas—dijo el chico mirándonos por primera vez.
—Pues mejor—dijo Connor.
Y antes de que empezara la presentación, los chicos nos agarraron de los brazos, nos levantaron un poco y sin apenas esfuerzo, nos sacaron de ahí.
—¿Que mierda hacéis?—les pregunto Jenny.
Ellos nos dejaron en el suelo cuando estábamos algo alejadas y nos miraron.
—¿Podemos hablar?—pregunto Dylan.
—No—dije.
—¿Que hacéis aquí?—pregunto Jenny.
—Estudiar—dijo Dylan.
—¿Y no os podéis quedar en Australia?—pregunte molesta.
—No—dijo Connor y le mire—Hemos estado un año buscando os y ahora que os hemos encontrados, no nos vamos a alegar—.
—¿Quien os ha pedido que nos busquéis?—pregunto Jenny.
—Jenny—dijo Dylan y Jenny y la mira.
—Callate—dijo mi amiga.
—Os dejamos, y nos fuimos, y no os hemos buscado por alguna razón—dije y todos los miramos.
—Lisi por favor—me dijo Connor y le mire mal.
—Sois unos malditos imbéciles—les grite—¿Que os creéis?—.
—Vuestros novios—dijo Dylan y reímos.
—No sois nada—dijo Jenny molesta.
—Os hemos estado buscando para explicaros lo, escucharnos—dijo Dylan y nos miramos, para después mirarles a ellos.
—¿Creéis que un beso y un perdón va solucionar todo?—pregunte molesta.
—No, nada va solucionar lo que nos habéis hecho y no queremos oíros más—dijo mi amiga.
Las dos nos giramos para caminar y volver al auditorio.
—Si creéis que nos vamos a rendir, estáis locas—grito Connor.
Le ignoramos y seguimos nuestro camino.