Narra do Jennifer
Había pasado un año, un año desde que nuestro corazón se rompió y no había día en el que no me lamentara de todo, no entendía que hicimos mal o que pudimos hacer mejor para seguir felices con ellos.
Cuando sucedió eso, Lisi no lo dudo, llamo a su padre y le obligo a que nos dejará hacer nuestro ultimo año en Los Ángeles, con nuestras familias maternas y el enorme apoyo de Alex, la mejor amiga de nuestros padres y sin olvidar a los cuadrillazos que sin ellos, esto se hubiera hecho aún más duro.
Tras graduarnos con buenas notas, hoy nos adentrábamos en las calles de New York para ir a el que sería nuestro hogar por cuatro años, yo en psicología y Lisi en traducción.
Habíamos tomado caminos diferentes pero íbamos a seguir juntas hasta que la muerte nos separara.
Este año nos había servido para cambiar, Lisi se había vuelto más tranquila y abierta mientras que yo había escondido mi corazón bajo tierra y en un lago rodeado de tiburones.
Y si alguien se lo pregunta, no, no hemos estado con otros chicos porque en cierta forma aún les tenemos a ellos presentes.
—Jenny—dijo Lisi entrando a mi habitación.
Estábamos viviendo en un piso que nos habían comprado nuestros padres, y era perfecto para estar tranquilas. Mire a Lisi que iba con una falda negra y una camisa blanca, pareciendo una señora de negocios.
—¿Que pasa?—le pregunte aún metida en la cama.
—Es hora—me dijo y asentí.
Me levante de la cama, y me metí en el baño.
Diez minutos después estaba vestida con unos vaqueros y una camiseta, me puse mis zapatillas y cogí mi mochila. Fui a la cocina y Lisi me dio un termo con café.
—¿Conduces tú?—me pregunto y asentí.
Por cuestiones de autonomía , tuvimos que sacarnos el carnet de conducir, Lisi odiaba conducir por lo que era yo mayormente quien conducía.
Salimos de casa y fuimos al coche para conducir a la universidad, mire atenta la carretera, la casa estaba bastante alejada de la universidad y la mayor parte del tiempo nos íbamos a quedar en una residencia gratuita pero nuestros padres creyeron importante que tuviéramos un lugar seguro al que huir si las cosas se ponían mal, ya que quizás volver a casa era lo ultimo que queríamos.
Lisi iba mirando el móvil y la mire.
—¿Con quien hablas?—le pregunte y ella me miro.
No la mire por ver la carretera pero vi que su cara no era feliz.
—Mi madre—dijo y suspiro.
—¿Que pasa?—le pregunte.
—Ya sabes, nos echan de menos y sienten pena de no vivir este día con nosotras—explico y la mire un segundo.
—No es solo eso ¿Verdad?—le dije y ella suspiro.
—No te enfades—me dijo y suspire.
—¿Que has hecho Lisi?—le pregunte.
—Preguntar por los chicos—confeso y frene el coche de golpe.
Los coches de alrededor me pitaron y yo tuve que seguir conduciendo como pude.
—¿Por que has hecho eso?—le pregunte molesta.
—Tenía curiosidad—se quejo—¿No quieres saber que me han dicho?—me pregunto y la mire.
—Vale, cuenta—dije y aparque enfrente de la universidad.
—Este verano han sido los teloneros de nuestros padres y su disco—dijo y la mire.
—¿Cuando han sacado disco?—le pregunte.
—En Noviembre—me dijo y la mire.
—¿Por que no me lo has dicho?—le pregunte molesta.
—Lo siento—dijo.
Cuando nos mudamos, todo fue muy complicado, perdimos un año entero por lo que nos retrasamos bastante, pero conseguimos el graduado y ahora estábamos en la universidad. Pero no importaba como habíamos llegado a aquí, lo que importaba era el ahora.
Salimos del coche y caminamos por el campus viendo con tranquilidad.
—Que bonito—le dije y la agarré del brazo.
—¿Lista para esta nueva etapa?—me pregunto y la mire.
—Tanto como al coger el avión hacía aquí—dije y ella rio.
Narrado Elizabeth
Camine agarrada a Jenny para ir a la presentación de la universidad. Debíamos llevar ya muchos meses en las clases, pero el cambiarnos de una punta a otro del mundo, provoco problemas en nuestra educación pero no importaba.
—No me vuelvas a ocultar nada—me dijo Jenny y asentí.
—Bueno pues debo contarte todo—le dije y ella me miro.
—Lisi, dime que no has vuelto con él—me dijo y la mire.
—Llevo sin hablar con él—le avise.
—Bueno, cuéntame—me dijo y le mire.
—Nuestros padres les han obligado ha hacer una carrera universitaria para ayudarles—dije y ella me miro.
—¿Y eso en que nos afecta?—me pregunto y la mire.
—Por la gira, no han podido coger la universidad de Sydney—le dije y ella me miro.
—¿Donde van a ir?—me pregunto y le mire.
—No se la universidad, pero se que es este país—le dije y ella se paro en seco y la mire.
—¿Puede que estén aquí?—me pregunto y asentí.
—No lo se—le dije y ella me miro.
—Lisi ¿Que sabes?—me pregunto molesta.
—Nada—dije y ella me miro—No me han dado mucha información—le dije y ella me miro.
—No quiero verles—dijo y la mire.
—Yo tampoco—le confesé.
Las dos suspiramos, pero dejamos el tema y caminamos a la sala de presentaciones.
Entramos al enorme auditorio y nos sentamos lo más cerca de la puerta posible, esperando a que la gente llegara porque aun estaba vació el lugar.