—Joder Theo, ¿Qué demonios crees que estás haciendo? No se supone que deberías mantenerte alejado de tu secretaria. Pero no, vienes y la invitas a quedarse en tu apartamento a pasar la noche ¡Eres tan imbécil!—Se reprocha mientras busca el número de algún restaurante. Solo le faltaba que ambos hicieran el amor esa noche, era el colmo que se follara a su secretaria… mientras la llamada repicaba se decía una y otra vez que no debía ponerle un solo dedo encima. Después de su desastroso romance amoroso algunos años atrás, se recordaba que no debía volver a cometer las mismas idioteces. Sería un completo pendejo si tan solo cayera nuevamente en esa fosa. —Sácate esos absurdos pensamientos lujuriosos de la cabeza Theo, y sobre todo ese trasero por el que no has dejado de suspirar todo el m@ld

