Capitulo 17

1945 Palabras
Narra Ryder. La vida es demasiado complicada. Se lo que soy. Se de donde vengo. Soy muy consiente de todo lo que implica cada cosa de mi vida, desde mi apellido hasta mi nombre, no es algo que pueda ocultar o negar, es algo que vive en mi, se lo que soy y lo que debo hacer con mi vida, mis padres siempre me han dejado clara unas cosas que tengo atadas a mi, unas responsabilidades que aunque no me gusten las tengo, no es algo que me de miedo, y mucho menos me intimidaba, me gustaba el tener algo por lo que luchar, por lo que vivir. Aunque lo que más me hacía luchar eran las personas de mi vida, que tanto amaba. Mis padres. Mis amigos. Y sin dudarlo Ethan. Dylan me llamo diciendo que Connor le había llamado diciendo que teníamos que llevar la cabra a su nuevo hogar. Las cosas estas ultimas semanas, las cosas no habían estado bien, las cosas se habían ido a la mierda, y necesitaba volver a tomar el control de mi vida entera. Ethan había salido del armario, conmigo, me molestaba en cierta forma que no hubiera dicho las cosas mucho antes, no hubiera dicho nada, no le hubiera tratado de forma diferente, sino que seguramente hubiera tenido todo mi apoyo y le hubiera ayudado en todo lo que hubiera podido. Pero no podía estar enfadado, no porque fuera Ethan y fuera quizás la persona que más amaba en el mundo, no se como se daba eso, no se como se hizo, no se como se podía dar querer tanto a una persona, pero no puedo odiarle, no porque le quisiera, sino porque comprendía lo que es salir del armario. Mis padres eran las personas más abiertas del mundo, eran amables y buenas, salir con ellas, decirles lo que soy no era nada complicado pero los padres de Ethan son quizás las personas más idiotas, y menos tolerantes del mundo. Me gustaba Ethan, no es un secreto que pueda aguantar, que pueda ocultar y mucho menos que quiera. Pero las cosas que están pasando este ultimo tiempo no es algo sencillo, es quizás una de las cosas más complicadas del mundo, quizás si las cosas fueran de otra forma, podríamos hacer todo de formas adecuadas pero no podíamos, la muerte de Nicolas era algo que debía ser secreto, y algo que debían superar ya para poder ser lo que sus padres querían de ellos, esos seres perfectos que nunca les decepcionarían pero ellos debían superar el duelo como pudieran, como necesitaran y se que no era algo que iban ha poder hacer, sino que iban a tener que comerse el dolor. Me daba pena. Quiero gritarlo a los cuatro vientos, quiero gritar lo mucho que quiero a Ethan pero no es una cosa tan sencilla, es demasiado complicada para que mentir. Baje de mi habitación y mire a mis padres que desayunaban en la cocina. —Me llevo la furgoneta—les dije agarrando las llaves. —¿A clase?—me pregunto mi padre preocupado. Me gire y les mire. Mis padres eran ese tipo de padres que cuando no querías comer, te daban la libertad de no comer o cuando no querías comer algo, te daban la opción de comer otra cosa, mis padres eran claros en la forma en la que me educaban para ellos era demasiado importante que yo me sintiera cómodo, mi madre siempre creyó que los niños conocíamos lo que debíamos y podíamos hacer por lo que siempre dejo que yo decidiera las cosas en mi vida, pero nunca dejo de cuidarme y amarme, me respetaba pero no estaba loca como para dejarme raparme con dos años. —No vamos a ir a clase—les dije. No tenía secretos con mis padres, y no voy a empezar a tener ahora secretos cuando siempre han sido parte demasiado importante de mi vida. Mis padres no eran esa clase de padres ricos que forzaban a sus hijos a ser perfectos y cuidadosos, sino que me dejaban buscar mi camino, lo que me gustaba y lo que no cuando y como yo lo necesitara, mi madre era una persona que se dedicaba a entender y saber de la vida, ella siempre estaba dispuesta a escuchar y amar, por lo que si sabía que no iba a ir a clase, ella lo entendía, no es que dijera "¡Ole! Libertad" pero si hacía una cosa que siempre me ayudaba, preguntar y entender, si estaba mal de animo, ella sabía que ir a clase no era buena idea, que no me iba a ayudar pero si era porque me daba miedo algo, me ayudaba a luchar con ello, a enfrentarme a las cosas de forma segura. Mi madre es mi persona favorita del mundo. —¿Me tengo que preocupar?—pregunto mi madre. Reí. No pude negar que ese comentario que mi madre me hizo demasiado gracia, era verdad que mis amigos y yo éramos unas personas demasiado tranquilas pero de la misma forma que estábamos tranquilos, nos podíamos meter en un problema en menos de diez minutos, no peleábamos, no discutíamos con los demás, no peleamos con los demás, pero si hacemos cosas que no son muy lógicas cuando nos aburrimos, somos personas que no se aburren demasiado, pero cuando lo hacemos quizás somos capaces de irnos a Paris un fin de semana, o ir a Roma a comer pizza. —Connor y Ethan van a superar el duelo de la muerte de Nicolas—comente. Mi madre me miro. La pobre mujer estaba intentando analizar la situación pero ni yo mismo comprendía las cosas. Mientras mi madre era comprensión y amabilidad, mi padre era la cara más dura de la educación quien en ocasiones decía no y me castigaba, siempre lo hacía cuando era necesario, al principio te enfadas, aunque luego entiendes que has sido un idiota, pero jamás me levanto la mano ni me grito porque si algo tiene claro los dos es que ser agresivo no les va ayudar en nada a que su hijo les respete y les quiera contar las cosas. —Es raro, no puedo explicarlo bien—. Mi padre me miro en silencio pero me regalo una sonrisa, se que era su forma de apoyarme y darme todo el amor que podían, no había algo lógico en lo que íbamos a hacer, creo que me daba demasiado miedo todo lo que pasaba, me estaba dando demasiado estrés todo, me da demasiado miedo que mis amigos no puedan superar el duelo y que esto sea un circulo de cosas que harán sin sentido alguno, sin razón alguna, solo con la cosa de honrar a su hermano pero sin ser algo consentido. —Tener cuidado—me pidió mi madre—¿Necesitas que haga algo para que comáis?—. Me sentí demasiado enternecido por el comentario y preocupación de mi madre. —Ya iremos a comer por ahí—le deje claro. Bese la mejilla de mi madre para subirme a la furgoneta e irme a por Dylan, la cabra estaba en casa de Dylan, por mucho que mis padres fueran las personas más comprensivas del mundo por no decir que del universo, eran buenas persona que no mecerían esa carga, se que si lo preguntase, dirían que si, se hubieran quedado con la cabrá si era necesario, solo porque saben que eso ayudaría a mucha gente pero no les puedo dar esa carga, ya que hacen demasiado por mi y por mis amigos, mientras que Dylan estaba solo en casa por lo que se podía quedar con el animal de la forma más tranquila del mundo. Llegue a la casa Dylan que en silencio subió a la cabra en la parte de atrás de la furgoneta y se subió en el asiento del copiloto. —Buenos días—me saludo mientras se limpiaba el sudor de la cara. —¿Día duro?—le pregunte demasiado sorprendido mientras conducía hacía la casa de los gemelos. —Semana dura—. Le mire de reojo. —Esa cabra esta loca—dejo claro. —Bueno, piensa que no tienes que estar más tiempo con ella—. Dylan me miro, no lo supe porque le mirase sino porque note su mirada en mi. —Necesito que me prometas algo—. Estaba demasiado extrañado por su petición. —Primero di el que y luego vemos—. No estaba muy seguro de que mi amigo me fuera a pedir cosas normales, no era algo normal, era la persona más rara del mundo, por lo que la petición podía ir desde dinero a esconder un cuerpo, seguramente le ayudaría en todo sin dudarlo pero no dejar todo de forma tan obvia, era algo que em gustaba demasiado. —No te enfrentes a Ethan y lo que sentís—. Me calle. Retiro lo de que si me pedí algo seguramente haría todo lo que necesitara, no haría todo por Dylan, lo que me estaba pidiendo era renunciar a poder hablar las cosas claras con la persona que más me importaba en el mundo con la persona que más necesitaba tener en mi vida y con la que necesita que las cosas fueran bien. —No puedo hacer eso—le deje claro—No puedo prometer eso—. —Esta de duelo—reclamo. Si, soy demasiado consciente de que no están bien, de que no lo están pasando del todo bien pero necesito decirle que le amo. —Quizás por eso necesite más que nunca saber lo que siento—le deje claro. Mi amigo me miro en silencio. —No sabes si Ethan siente lo mismo—me aviso. Conduje concentrado en la idea de que sabía muy bien que a Ethan le gustaba, no es que fuera una persona egocéntrica, no era una persona que se amara de forma desmesurada, me amaba lo suficiente como para tener autoestima pero no tanto como para ser un egocéntrico sin corazón, pero había algo en todo lo que vivimos que me hacía tener esa idea clara. Cuando estaba con Cameron, en muchas ocasiones Ethan se veía molesta por que estuviera ahí, pero no es una cosa que por mucho que quisiera no podía reclamarle, siempre tuve claro que debía, que Ethan tenía el derecho a hacer su proceso de amarse a si mismo como el quisiera, cuando quisiera y nadie podía odiarlo ni criticarlo por eso. —Hay algo que me dice que puede sentir algo por mi—le deje claro. Mi amigo me miro. —No hay nada que hacer para que te quedes quieto—se quejo. No dije nada. Nada me haría dejar mi idea de hablar con Ethan, claramente no era un idiota, infeliz que solo pensaba en si mismo, iba a tratar esta situación como si fuera la firma de un tratado, con cuidado y delicadeza, cuidando cada detalle, porque Ethan me importa, quiero a ese chico y por nada del mundo quiero hacer que se sienta mal, una de las personas que más quiero en el mundo por lo que le pueda decir, es de psicópatas emocionales eso. No soy la persona con el mayor nivel de empatía del mundo. No se elegir los momentos. Pero amo y me gusta ser amado, pero sobre todo me gusta amar, me gusta hacer sentir a las personas de mi al redor especiales e importantes, que sientan la misma magia que yo siento cuando les miro, lo mismo que yo siento cada vez que les hago sonreír, eso quiero.
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