Se encogió de hombros con desdén. —Después de dar suficientes vueltas a esa pista, pensé: “¿Qué demonios?” y me dejé llevar por mi destino. Este es el cuarto estudio de producción en el que trabajo. En cada uno, intento ayudar a tantas artistas como puedo a mejorar tanto como a sus carreras antes de que me echen cuando al director de la compañía se le mete en la cabeza que no voy a cambiar de opinión sobre la actuación. La verdad es que no entiendo por qué están tan obsesionadas. No es que sea de esas mujeres que ignoran su aspecto. Me esfuerzo muchísimo para verme como estoy. Pero tienen una docena de chicas que me han ganado a diestro y siniestro, dispuestas a hacer cualquier cosa, en pantalla o en cualquier otro lugar, solo por la esperanza de un futuro mejor. Simplemente no entiendo p

