Han pasado unos días luego de mi triunfo en el tribunal, veo con gusto el diario, donde hay una nota extensa de lo sucedido, de la sospecha sobre Sanders Inc. y las consecuencias que podría enfrentar ese infeliz. Por supuesto, ya le echó todo el barro encima a Baxter, quien fue despedido de su empresa de mi3rda y de la universidad. -Señorita Bosch – James me saca de mi regocijo, pero no me borra la sonrisa -. Le traigo los informes que me pidió. -¿Tan rápido? – son unos estados financieros que debían tardar al menos unos días -. -Bueno, está dada la orden de actualizarse cada quince días – su sonrisa me hace entender que él ha dado esa orden, me gusta su faceta de jefe -. -James, pobre gente, eres un tirano – le digo coqueta, mientras recibo los informes -. Has aprendido bien estos me

