Llego de almorzar y tomo asiento en mi escritorio, ya más repuesta de ese incidente con los dibujos de James.
Me sumerjo en el trabajo, la única constante en mi vida, lo más satisfactorio, aunque el s3xo últimamente ha sido bastante bueno.
Llaman a la puerta, indico que pasen sin levantar la vista, porque hay cosas bastante importantes que atender.
-James, esta noche… – alguien se aclara la garganta, levanto la mirada y veo al idiota de Portman -. Tú. Habla.
-Quería invitarte a cenar, para celebrar el nuevo proyecto que desarrollaremos juntos.
-No – le digo seca, vuelvo a mirar mi trabajo y él suspira -.
-Elizabeth, no te cuesta nada aceptar la invitación de un posible amigo. Es solo por cortesía.
-No. Yo no tengo amigos, estorban – le digo sin mirar -.
-No puedes vivir tan solitar
