Santa caminaba algo perdida de un lugar a otro. A pesar de que había crecido con todos nosotros le octava ser amigos y siempre su círculo había sido el de nosotras. Era desgarrador mirarla sola o tratando de fingir que entendía lo que decían los muchachos, su forma peculiar de ser no encajaba con los demás compañeros y verla en una banca solitaria masticando su almuerzo me dio en el corazón.
- ¿vas a ir dónde ella?-Patrick interrumpe mi silencio.
-¿Qué?-resople-Claro que no-estaba divida en dos nuevamente. Quería dejarla sufrir, que ella entendiera por lo que había pasado, pero de nuevo estaba mi recuerdo de nuestra amistad. Las amigas por siempre que se había distanciado.
-No vas a durar mucho sin hablarle-profetizó.
-¿Qué dices?-gruño poco molesta.
-vamos, eres demasiado buena-hace
