Narrador
Llevando un vaso repleto de licor hasta sus labios para tomar un sorbo, Julián le dio una pequeña mirada a Lara, quien se hallaba a la distancia charlando con su amiga Nadia
La fiesta había finalizado, y por fortuna solo quedaban un par de personas en la mansión Fisher, lo cual simbolizaba que la farsa del matrimonio por amor había terminado, solo por ese día
—¿Listo para que la verdadera batalla inicie?
Tomando asiento a su lado en la extensa barra, James realizó la pregunta que tenía verdaderamente turbado a Hastings.
El verdadero reto aún no iniciaba, ya que Lara y él no convivían bajo el mismo techo, pero ahora, ella tendría que cambiar de casa para estar con él, lo cual significaba que la guerra iniciaría.
Que si bien, sus caminos luego de aquella noche no se cruzaron de nuevo, él siempre estuvo al pendiente de ella, y de su vida alocada.
—¿La verdad?... Aún no
Terminando de vaciar el contenido del vaso en su boca, Julián estampo este con fuerza sobre la superficie sólida de madera, y obteniendo como respuesta de James una enorme sonrisa burlona, como la de Cheshire. Este se reprendió por decir la verdad
—Lara es... Sofocante, estresante, rebelde... No sé qué puedo hacer para manejar esta situación
Masajeando sus sienes, tratando de aligerar la jaqueca que iniciaba en ese instante, este comentó algo que James, con simplemente verlo, sabía.
De algo tenía que servir ser su mejor amigo de toda la vida, uno, que conocía cada aspecto de esta y con el cual, Julián solía confesarse.
Aun con la sonrisa dibujada en su rostro, el hombre de ojos color ámbar llevo su mano al hombro de Julián, y tras palmear un par de veces, respondió.
—Deberías pensarlo rápido, recuerda que esta misma noche ella se mudará a tu casa, tendrán que dormir en la misma cama, comer en la misma mesa, ¿y por qué no? Consumar el matrimonio
Frunciendo sus labios al recordarle semejante detalle, Julián no supo qué decir
¿Vivir en la misma casa que Lara?
¿Dormir juntos?
¿Consumar su matrimonio?
Esto ni pensarlo... No aún
Eso era algo que él no podía evitar, era demasiado tarde, su vida de ahora en adelante se hallaba atada a la de Lara.
Lo único que podía hacer por ahora, era mantenerse alejado de ella, por lo que le pidió a su amigo ir a la mansión antes, para preparar todo.
—Necesito que le pidas a Margot que prepare la habitación junto a la mía, que trate de organizar mis cosas... No quiero que si ella merodea por la mansión, entre a mi despacho
En voz baja, le pidió esto a James, quien era lo más cercano a un hermano, y tras asentir, este se colocó de pie dispuesto a marcharse
—¡Espera un momento!
Antes de que el caballero pudiese dar un paso, Julián le llamó, en esta ocasión, observando a sus lados para cerciorarse de que nadie los escuchase.
—Recuerda preparar el contrato, si Antón quiere manejar la situación a su antojo... yo quiero cerciorarme de que ellos también cumplan su parte
Sin más, el caballero apuesto solo se despidió, dejando solo a Julián, quien, tomando el vaso recién servido de whisky frente a él, lo llevó de nuevo a sus labios, y después de tomar su contenido de un trago, se colocó de pie para ir por su esposa
—Ahora si Lara... Que inicie nuestro perfecto y falso matrimonio
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—Bienvenida a la mansión Hastings...
Ingresando a la amplia estancia de la mansión, Julián señaló esta mientras pasaba, por un lado, de su ahora esposa, quien se hallaba algo tensa.
El hecho de casarse así nada más con un hombre como Julián, que parecía ser un ogro andante, no era algo sencillo.
—¿Me puede mostrar mi habitación? Necesito quitarme esto
Señalando el vestido de novia que enfundaba su cuerpo en ese instante, Lara le preguntó a Julián de manera incómoda, quien se hallaba igual o más tenso que ella, intentando esconder su estado bajo un aspecto frío y distante.
—Sube las escaleras al ala este de la mansión, al final del pasillo, penúltima puerta.
Lara tomó un pequeño equipaje de mano que traía consigo, y sin mencionar nada más pretendió marcharse, por desgracia Julián la detuvo al mencionar su nombre.
—Mañana el desayuno será servido a las 7 am, te estaré esperando, debemos discutir un par de cosas sobre nuestro matrimonio, además de eso, tus cosas serán traídas.
Deteniendo su marcha sin mirarlo aún, Lara lleno sus pulmones de aire, con la esperanza también de colmarse de paciencia, y al no lograrlo, se giró para verlo
—¿Cómo qué cosas discutiremos, señor Hastings? ¿No le parece suficiente esto?
Elevando su mano para señalarle el anillo en su dedo, Lara pretendió echarle en cara, el obligarla a casarse, lo cual, sin ella saberlo, era lo más lejano a la realidad
—Un par de cosas Lara... de ahora en adelante seremos esposos y debemos ajustar parámetros.
Sus piernas dolían y por más que deseaba quedarse allí para molestar al hombre, no podía, por lo que, resignada, solo asintió.
—Perfecto, será como el señor Hastings diga... Que descanse
Entre dientes y odiándose a ella misma por ser tan dócil y tonta, Lara solo sonrió forzadamente, y retomando su marcha a la parte alta de la mansión, se dirigió a su habitación, la cual hallo con facilidad
—Necesito llamar a Gastón...
Soltando inmediatamente el equipaje en el suelo, al ingresar a la habitación que ni observo, Lara busco entre sus cosas su teléfono, y al hallarlo, empezó a buscar en este el número de la única persona que la podía ayudar a salir de allí.
Después de pensarlo y notar durante la fiesta, que ella y Julián eran como el agua y el aceite, Lara supo que no podía permanecer a su lado, eso sería un desastre.
Por lo que llevando el teléfono a su oreja con la esperanza de que en esta ocasión el sí respondiera a su llamada, sus esperanzas se esfumaron al escuchar el contestador
—¡¡Maldita seas Gastón!!
Desesperada, al borde del colapso y con su corazón martillando en sus oídos, al verse sola, Lara arrojo el artefacto al suelo, haciendo añicos su pantalla, y caminando de un lado al otro, la mujer intentaba apaciguar su mente.
Gastón después de lo sucedido en el accidente automovilístico solo se marchó, no la llamo, no la contacto más, lo cual la tenía demasiado preocupada, pensando que ella era la culpable de lo sucedido, en donde una persona había perdido la vida.
—Calma Lara... Debes pensar con cabeza fría
Regresando con pasos rápidos hasta su valija, Lara busco entre sus cosas, y sacando de allí una pijama ligera para dormir, que constaba solo de un short y una blusa de tiras de seda, fue hasta el baño para colocarse cómoda en su nueva casa
El peor defecto de Lara era que por lo general era impulsiva, actuaba sin medir consecuencias, y era esto lo que siempre le jugaba en contra; para su desgracia, en esta ocasión no estaba lidiando con su padre, quien solía ser muy tolerante, sino con Julián, el cual era todo lo opuesto
Así que una vez que noto que no tenía otra salida que dormir, se desplomó sobre su cama, cansada, ya que al otro día, al hablar con su ahora esposo, buscaría la forma de convencerlo de dejarla en paz
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—Buenos días, señora Hastings espero haya descansado
Ingresando a la habitación de Lara sin previo aviso, Margot empezó a abrir una a una las cortinas que mantenían el lugar sumergido en penumbras, y apretando sus parpados, la chica maldijo de nuevo a su esposo, por no dejarla descansar
—El señor la espera en el jardín, el desayuno ya fue servido, así que debe darse prisa
Sin más, la mujer, luego de decir estas cosas, solo salió de la habitación, y tomando asiento sobre la cama, Lara solo froto su rostro molesta por no poder dormir de nuevo
Por más que quisiera seguir descansando, esto ya no era posible, en primer lugar, su sueño se había esfumado, y en segundo, lo menos que deseaba era que Julián, al ver que aún seguía dormida, fuese por ella de manera poco educada.
Por lo que después de asearse, la mujer salió vestida tal cual durmió la noche anterior, lo cual molesto a su esposo
—Buenos días
Sonriendo como si nada fuese pasado, y con su cabello revuelto, Lara tomo asiento en la pequeña mesa que se hallaba en el jardín, cerca a la piscina, y recibiendo como bienvenida que su esposo cruzara sus brazos sobre su pecho, agrego
—¿Buenos días, Lara? ¿Te vistes en el espejo antes de salir de la habitación?
Realizando la pregunta de manera socarrona, y de mala gana, Lara supo que el hombre ya se hallaba de mal humor, y aclarando su garganta, tratando de buscar que excusa decir, esta finalmente respondió.
—Lo siento Señor Hastings, la señora de servicio me dijo que me estaba esperando, y como buena esposa quise ser obediente
Fingiendo pesar, y con la intensión de hacer molestar tanto a Hastings que esté la correría de su casa, Lara hizo esta travesura que colocó a su esposo más molesto de lo normal
—Creo que ser payasa no es lo tuyo, más bien mimada y berrinchuda si... Margot
Elevando su mano, Julián, con su rostro totalmente sonrojado molesto por lo que acababa de hacer Lara, llamó al ama de llaves, la cual llegó a su lado en cuestión de segundos
—Dile a Lorenzo que las lleve al centro comercial al finalizar el desayuno... Creo que tendrás que enseñarle a mi esposa como vestirse
Esto le causo mucha gracia a Lara, quien tratando de ocultar su risa, bajo su rostro.
—Ahora Lara hablando enserió... Necesito que leas esto, de ahora en adelante nuestro matrimonio se regirá por un contrato, mi deber como tu esposo es mantener la imagen de la nueva fusión Hastings-Fisher, debo respetarte por lo que queda prohibido ligarnos sentimentalmente con personas de afuera... Ya sabes para qué no digan que te soy infiel.
Esto último lo dijo muy incómodo, él no quería que Lara se alarmara y pensara que quería obligarla a algo con él, cuando esto aún no estaba en sus planes.
—Además de esto, siempre estarás escoltada, tendremos que asistir a eventos como pareja, esta demás decir que debemos fingir amor... Y por ningún motivo mencionar el contrato
Lara observó una carpeta que Julián le extendió mientras le aclaraba un par de puntos, y tras acercarla a su mano, ella la tomó, y la abrió enseguida muerta de la curiosidad.
—No sé si tu padre te contó, pero esto no es solo una unión en matrimonio, sino que muestras empresas también se unirán y seremos tú y yo quienes quedemos al frente.
Lara palideció por estas palabras
¿Acaso su padre había enloquecido?
Que si bien ella comprendía que se hallaban ahogados en deudas, tampoco la situación era tan grave como para fusionarla con Hastings.
—Lo que desees lo podemos agregar, quiero que todo quede claro, tanto a ustedes les importa su imagen, como a mí también, así que espero que entiendas.
Lara empezó a pasar su vista de línea en línea, verificando todo lo que Julián ya había mencionado, por supuesto, en términos profesionales.
—Quiero agregar una cosa... Estaremos en igualdad de acciones.
Separando su vista del papel, Lara agrego algo que Hastings ya se esperaba, y que era bastante ventajoso para él.
—Me lo imaginé... Si revisas la cláusula 6, renglón 4 esto esta detallado a la perfección, ¿algo más?
Un poco preocupada, sin saber que tan grave era lo que le proponía Julián, esta se quedó en silencio finalizando esa página.
—Algo más... No quiero que me toques, necesito que agregues una cláusula que especifique que tú y yo no tendremos intimidad
Por primera vez desde que ella llegó a la mansión, Julián soltó una media sonrisa, algo pequeña, una que se vio solo por unos segundos, y tras asentir, agrego.
—Revisa la próxima página, también lo imagine Lara
Sorprendida al ver que el hombre pensó en todo, de manera desesperada, Lara se dirigió a la próxima página, y al leer la cláusula que hacía unos segundos sugirió, respiro aliviada.
—Perfecto, creo que me quedo claro... No puedo ser vista con un amante, debo fingir un matrimonio real, amor real, dedicarme a trabajar
Asintiendo con sus ojos medio achinados, Julián confirmó lo que ella acababa de decir, y tomando el bolígrafo sobre la mesa, Lara no tuvo más opción que firmar.