—Señora Laura, los señores la esperan para desayunar —me indica y asiento dándole las gracias con una sonrisa. —Buenos días, señores —saludo entrando al comedor. —Buenos días por favor siéntate con nosotros a desayunar — me invita abriendo la silla para sentarme. En la mesa había un exquisito desayuno, desde fruta cereal, jugo, leche, hasta unos ricos chilaquiles y otros platillos que se veían deliciosos, me serví un poco de todo. Después de desayunar fuimos al despacho, me senté frente al señor Walter. —Aquí, está todo lo que por derechos te pertenece, todo lo que tu papá hizo y dejó para tu mamá y al ella no estar es tuyo —me entrega un sobre amarillo y en eso entraron unos hombres detrás de una señora muy elegante. —Hola buenos días —saluda la mujer y se acerca al señor Walter, l

