—¡Mami mira! ¿Cómo me veo con el vestido que me trajo mi madrina? —me pregunta mi niña dando vueltas y modelando —en mi recámara tengo todos los regalos que me trajeron mis padrinos —habla emocionada jugando con Matías en la sala.
—Te ves muy hermosa como una princesa —le contesto llegando a ella y me siento a su lado.
—Gracias, chicos, la consienten demasiado —les agradezco y Soria me pasa una taza con café, lo huelo y siento ese rico olor entrar en mis pulmones —lo necesito, gracias —le digo a mi amiga con una sonrisa.
—Amiga, ¿mañana se puede quedar contigo Naty? —le pregunto y ella me sonríe —no quiero molestar y darte una carga —le digo.
—Mi ahijada no es ninguna carga, me gusta pasar el rato con ella, mientras ustedes arreglan los asuntos, nosotras vamos a ir de paseo con Matías
