Agotada llegué a casa, lo bueno es que la casa de la abuela de Enrique está enfrente, Natalia subió a su habitación mientras fui a mi estudio, abrí mi computadora para revisar algunos correos. —Hola, no pongas esa cara, te ves muy hermosa —le digo a mi amiga Soria que me acaba de hacer una videollamada. —Por que no, nos habías dicho que te irías, regresamos con Joaquín y nos encontramos con todo esto —me reclama molesta. —Lo se amiga, quise despejarme y pelear con mi dolor no es bueno, voy a regresar fuerte para recuperar lo que es mío y de mi hija, esa familia no se va a quedar con lo que tanto nos costó construir —le comento y Soria asiente, —Soria, se que sus padres están detrás de todo, David no es tan inteligente como para hacer todo eso —le cuento y respiro profundo. —Te quiero v

