Un nuevo día está por comenzar, suena mi despertador, me levanto y hago todo mi ritual de limpieza personal, ya arreglada bajo a la cocina a preparar el desayuno, me apuro ya que tengo que ir a la escuela a inscribir a Natalia, no quiero que pierda clases.
Desayuno, dejo el de Natalia y me despido de
Nora, quien se queda limpiando la cocina, y terminando de acomodar algunas cosas que faltaron.
Me pasó todo el día de un lugar a otro, lo más importante es que Natalia podrá ir a la escuela mañana mismo, el local lo están arreglando para empezar a trabajar, llegó a casa, no veo a mi hija, ni a Nora, las busco en su habitación y no las encuentro, empiezo a preocuparme por qué no conocen y no se dónde pueden estar, estoy a punto de llamar a la policía, veo mi teléfono sin carga, ¡No puede ser, no me di cuenta a qué hora se me descargo! corro en busca de un cargador, escucho que la puerta se abre y risas bajo rápido por las escaleras y abrazo a mi hija revisando que este bien.
—Donde estaban, me tenían preocupada —le digo dándole muchos besos y abrazándola fuerte.
—Mami me lastimas, fuimos al parque, te mandé mensaje y Nora te marco pero no contestaste —me dice separándose de mi y sonriendo.
—Si señora, le marqué Pero me mandó directo a buzón, fuimos solo un rato, no volverá a pasar —contesta Nora y le hago señas que no hay problema.
—No me di cuenta que mi teléfono se quedó sin batería, —les digo justificando el por qué no ví los mensajes —me alegra que estén de vuelta, me había asustado al no encontrarlas.
—¿Ya ceno? —pregunta Nora, trajimos algo para cenar —dice mostrando una bolsa de plástico en sus manos.
—Vamos a cenar —les digo y camino hacia la cocina y ellas van detrás de mí.
Después de la cena en dónde platicamos de los planes para el siguiente día, preparo todo para la escuela de Natalia y la acompaño a su habitación.
—Mi niña, mañana comienzas tu nueva escuela —le digo ayudándola a acostarse, —no es igual a la que ibas allá, Pero te va a gustar, conocerás nuevas amigas y lo mejor es que está cerca de la galería que me dará la oportunidad de ir por tí y pasar la tarde juntas —le comento con una sonrisa y Natalia me abraza.
—Mamá, no quiero que estés preocupada, se que la escuela me va a encantar —me dice dejando un beso en mi mejilla —La que debería estar nerviosa soy yo y no tu, no hay problema si me recoges tú o mi Nana —me dice cubriéndose con sus cobijas, la cubro bien y dejo un beso en su frente.
—Descansa mi amor, hasta mañana —me despido apagando las luces y saliendo de la habitación.
—Señora Laura —me habla Nora —se me olvidaba darle esto, llegó esta tarde —me dice dándome un sobre y la miro extrañada, no esperaba correspondencia.
—Gracias Nora, y ya deja de decirme señora, somos amigas —le digo abriendo la puerta de mi habitación —descansa, buenas noches —le digo entrando y dándole una sonrisa, la cual devuelve y se va a su habitación.
Ya adentro de mi habitación, dejo el sobre en la cama,voy a darme un baño y ponerme mi pijama, cuando salgo me siento a la orilla de la cama, tomo el sobre y lo miro, no quiero abrirlo , no se pero siento que no es nada bueno, mis manos tiemblan al abrirlo, saco lo que hay adentro y llevo mi mano a la boca, no puedo creer lo que mis ojos ven, he perdido en su totalidad la empresa, esos papeles son ma disolución de la empresa a nombre del hermano de mi esposo, como pudo haber pasado, mis lágrimas caen como lluvia torrencial, es cierto que no me quieran a mi, pero porque se empeñan en hacerle daño a su única nieta, su única sobrina.
No más, voy a recuperar la empresa de mi esposo cueste lo que cueste, ella es mi todo y por ella vendo hasta mi alma al diablo si es posible, aviento los papeles contra la pared, a partir de hoy van a conocer a la nueva Laura De los Santos.
Me acuesto a dormir cosa que no puedo hacer, doy vueltas en la cama, no logro conciliar el sueño, me levanto y tomo los papeles que antes había tirado, salgo de la habitación y entro a un pequeño cuarto que está abajo, que será una oficina o despacho, me pongo a leerlos con calma, necesito encontrar algo que me diga que esos documentos son falsos.
La luz del sol entra por la ventana, me levanto de la silla, salgo a preparar el desayuno, cuando entro a la cocina Nora está preparándolo.
—Se ve que no dormiste —me dice Nora sirviendo una taza de café —no se que te preocupa, pero dale tiempo al tiempo, el río siempre vuelve a su cause —me dice y yo río por sus dichos.
—Espero que cuando vuelva a su cause no esté seco, —le digo con sarcasmo y ella niega con la cabeza —en serio me llegaron los papeles del traspaso de la empresa a nombre de ese hombre —le digo dando un suspiro largo de frustración.
—Para Dios nada hay oculto —me dice tomando mis manos —Desde que llegué a trabajar a tu casa como niñera de mi niña, conocí a tu esposo que te amó hasta su último suspiro y no lo creo capaz de haber regalado lo que era el sustento de su familia —dice mirándome a los ojos —ese hombre supo el momento preciso para que el señor Flavio firmará y en ese momento no estabas a su lado —sigue hablando y recuerdo el día que deje solo a Flavio y fui a una reunión con mi amiga y Luis se quedó con el a cuidarlo.