Miguel se desplomó sobre mí, respirando con dificultad al bajar del clímax. Giró la cabeza y me dio un beso en la mejilla, antes de susurrarme con cariño al oído: "¡Guau... Estuviste increíble, cariño!"
"Gracias cariño..." murmuré mientras besaba su hombro y acariciaba su cabello, "Tú también estuviste increíble..." añadí, obligándome a sonar convincente.
Mientras nos levantábamos y nos vestíamos de nuevo, intenté dejar de pensar en lo que acababa de pasar. Amaba a Miguel, lo amaba profunda y sinceramente, pero... ¡no podía dejar de compararlo con Duane!
"Avy... ¿qué quisiste decir cuando dijiste que volverías a ser mía?" Miguel me miró con una sonrisa. "O sea, fue excitante, pero ¿por qué lo dices? Llevamos años casados; ¡sabes que eres mía!", dijo Miguel, riendo levemente.
—¡Oh, mier
