Durante la siguiente hora, me aseguré de coquetear constantemente con Lex, provocando que Autumn ardiera de celos. Claro que tampoco era mala; fue bastante interesante ver a mi hija, la mojigata, transformarse en una zorrita sexy mientras Lex la guiaba en diversas poses seductoras.
Sin embargo, Autumn no era nada comparada conmigo. Al fin y al cabo, ¡había perdido la virginidad ayer y aún tenía mucho que aprender a provocar y seducir a los hombres! Puse en práctica toda mi experiencia, coqueteando descaradamente con Lex y presumiendo de mi cuerpo curvilíneo frente a su cámara.
"¿Qué tal unas fotos madre-hija?", preguntó mientras terminaba de tomarme otra. "Las dos serían perfectas para una temática de ángel y demonio... Autumn, tengo unas horquillas blancas y esponjosas con halo, e Isis,
