"¡De verdad gané mi primer partido!", pensé, sonriendo feliz mientras el pequeño público en las gradas nos animaba. Isis y Kayla corrieron hacia mí, sonriéndome, y dijeron que teníamos que salir a celebrar. Y, para ser sincera, después de un partido tan genial, tenía muchísimas ganas de ir a emborracharme esta noche, pero primero tenía que ponerme al día con el equipo. "Chicas, ¿por qué no van al bar? Tengo que felicitar al equipo primero, y luego me uno a ustedes...", les dije y les pedí que se fueran sin mí y me dirigí a los vestuarios de chicos. Las seguiría en el coche poco después. Al llegar a los vestuarios de chicos, oí fuertes ovaciones desde adentro. Respirando hondo, abrí la puerta y miré dentro. "Chicos... ¿Puedo entrar?", grité, para comprobar si estaban decentes. Unas manos

