Los siguientes minutos transcurrieron aturdidos mientras la observábamos lamer y sorber todo el semen de su cara y sus tetas. Lo recogía con los dedos y luego los lamía hasta dejarlos limpios de la forma más sensual posible.
"Ella es tan jodidamente sexy, hombre..." Sam me susurró al oído, "No sé qué decir".
"Simplemente disfruta del espectáculo..." Me reí entre dientes y di un paso hacia Erika, que había terminado de limpiarse y estaba sentada en el borde de mi cama, con los labios separados y el cuerpo temblando de lujuria.
"Amo... Por favor, no hagas esperar más a tu zorra..." Hizo un puchero y abrió las piernas. Incluso con el diminuto bikini cubriendo su coño, pude distinguir la mancha oscura y húmeda de su coño goteante. "Dijiste que me follarías hasta dejarme sin aliento... Neces
