¡Mierda! Mike se tensó y entonces se corrió. Con los ojos abiertos, lo sintió, un repentino cambio de energía entre ellos. Abella lo atrajo hacia sí, jadeando y murmurando en francés mientras él se relajaba en sus brazos. Pequeñas gotas de lluvia le caían en la cara. Estaba recostado entre sus pechos, con una sonrisa tonta en el rostro. Ella le pasaba los dedos por el pelo. "¿Funcionó?" Le preguntó, recuperando el aliento. "Solo hay una manera de averiguarlo", le dijo. Él se separó de ella, observando cómo su v****a se cerraba, atrapando todo su semen en su interior. Ella se quedó de pie, con las alas levantadas, desafiante, ante el viento tormentoso que los azotaba a lo lejos. Saltó de la cornisa, con las alas abiertas, describiendo círculos sobre el valle. Mike se movió torpemente co

