Mike y Tink se adentraron más en la habitación mientras Cecilia se deslizaba por las paredes, con sus gritos cada vez más fuertes. Mike se tapó los oídos, con la mirada fija en el furioso lagarto rojo del techo. Parecía de lava; el aire a su alrededor brillaba por el calor puro de su piel. Sus ojos ardían como brasas, silbando a Cecilia. Saltó del techo, atravesando a la banshee y chocando contra la alfombra. Girando en el mismo sitio, dejando marcas de quemaduras en la madera, localizó a Mike.
"¡Mierda!", gritó Mike, levantando la toalla cuando el lagarto se abalanzó sobre él. Dejó un rastro de fuego en el suelo, y la madera noble ardió bajo él. Se lanzó hacia él, y Mike lo esquivó, dejándolo chocar contra un mueble que tenía detrás. La sábana blanca ardió bajo ella, y la silla que estab
