"¿Malas damas?", pensó Mike en el correo electrónico. "Ah, la sociedad histórica. Sí, al parecer hay que tener cuidado al hacer reparaciones. Este lugar está en un registro nacional, y tenemos que seguir las normas o..."
¿O qué? Esa era una pregunta para Beth, obviamente. ¿Qué le impedía hacer lo que quisiera en la casa? Algunas cosas de la lista eran bastante sencillas, y no le parecía mal dejar que Tink se encargara de ellas.
—Oye, Tink. —Tink, con la boca llena de rollos de pizza, inclinó la cabeza hacia él—. Esto de aquí. Voy a encargarme de eso.
Campanilla asintió, tragando los rollitos de pizza. "Hazlo bien, o Campanilla se enojará".
—Sí. —No necesitaba que más gente se enojara con él—. ¿Tenemos los suministros para esto?
"Tink te lo mostraré." El duende lo condujo al garaje, do
