PRÁCTICAS.
La habían llamado a dirección, hasta el momento había evitado problemas, no entendía porque de pronto el director se había puesto histérico cuando la vio salir del gimnasio.
- No quiero problemas señorita Cardew - le dijo apenas entró - Si fue aceptada de nuevo en la institución es por su alto puntaje académico y las excelentes referencias del Instituto japonés, pero usted tiene un historial negativo con algunos alumnos de esta institución.
Claro que sabía perfectamente a quien se refería, Ashley Miller no era cualquier alumna más en esta institución y más cuando los Miller daban una cantidad exagerada de dinero para que ella siempre fuera la preferida sobre cualquier otro alumno.
- Lo entiendo perfectamente - concordó con él.
- Sin embargo, habíamos quedado en que solamente vendría a presentar los evaluativos de la institución japonesa.
- Prometo no llamar la atención, pero en casa no hay Internet y necesitó utilizar sus laboratorio - él hombre asintió.
- Entonces, si es así, ¿qué hacía en clases el día de hoy?
- Curiosidad, tengo entendido que el currículo académico cambió y quería saber.
- Mientras los profesores no se quejen, no tenemos problemas, pero... - el viejo director coloco ambas manos en el escritorio - le permitiré entras a las clases que deseé, siempre y cuando también me haga un favor - ella frunció el ceño - estoy enterado de los campeonatos ganados en artes marciales - eso no le gustaba, sabía por dónde iba.
- Lo siento, pero por las tardes estoy ocupada...
- En un par de días se estará realizando las pruebas a nuestro equipo, necesito que ayudes al profesor y por supuesto compitas para nosotros - él director Harrison sonrió - Piénsalo, sí tu nos necesitas, nosotros a ti, Cardew, el consejo de padres no te hubiera aceptado si no es por eso, así que, si quieres permanecer en la institución, debes cumplir con ese requisito.
- ¿Si me niego?
- Entonces debería retirarse de la institución.
(...)
Habían pasado alrededor de una semana desde que vio a la chica nueva, sí, le había impresionado bastante la actitud altanera que mostró, pero no la había vuelto a ver hasta el día jueves en el laboratorio de computación concentrada.
Converso con el director sobre ella, pero él le había respondido vagamente su estado en la institución.
Halo una de las colchonetas, ordenándolas en una arena de pelea para seleccionar a los nuevos miembros del equipo de karate.
Antes de entrar, la secretaria del director le había dado la noticia de que este año tendría una asistente con bastante experiencia y una trayectoria parecida a la de él.
Se percató de la entrada de varios alumnos, estos tomaron asiento en las gradas, mientras conversaban animadamente sobre su jornada de clases.
Unos peculiares ojos se encontraron con los de él, Serena se encontraba recostada cerca de la puerta, se veía molesta. Esta vestía unas licras negras y una camiseta de tirantes, su cabello en una cola de caballo. La vio suspirar para acercarse a él como si nada.
- ¿Qué haces aquí?
- Pensé que ya le habían informado de mi status en el equipo - Nathan frunció el ceño.
- ¿Cuál es?
- Obligatoriamente seré su asistente en el equipo.
- Necesitas hacer una prueba para corroborar si eres apta para el puesto
- Da igual - se encogió de hombros - créeme, me harías un favor si no entro - caminó a las gradas.
- Vuelve aquí Cardew - él miro al alumnado buscando algún contrincante que sí perteneciera al equipo.
Una chica un poco más robusta que Serena estaba sentada en las primeras gradas, parecía tan ruda como Serena.
- Carla - la llamó, esta se levantó caminando hasta él - te enfrentaras a la chica nueva.
Ambas caminaron hasta la colchonetas, se saludaron para luego tomar posiciones, la primera en atacar fue Carla, la delgada Serena lo esquivó fácilmente, luego siguió ella, la morena dio una patada en el estómago de Carla, esta última cayó al suelo fácilmente.
- Punto para Serena - dijo atónito.
Carla volvió a levantarse para atacarla pero al igual que la primera vez Serena lo esquivó, aprovechó el descuido de su contrincante llevando su brazo a su cuello tirándola al piso fácilmente de nuevo, aprovechó el aturdimiento de su contrincante para golpearla en el pecho dejándola inconsciente.
- ¿Qué le hiciste?
- Nada
Los alumnos comenzaron a acercarse rodeando el lugar e incluso las animadoras quienes salían de su práctica estaban llegando. Él examinó a la chica, no tenía nada fracturado o algún golpe físicamente.
- Supongo que se desmayó - agregó - duele pasarme cuando la persona me conoce - Sonrió con malicia para luego encogerse de hombros.
- ¿De qué hablas?
El teléfono de la morena sonó y la observó fruncir el ceño cuando vio su teléfono, se alejó del grupo para tener más privacidad.
- Encárgate de Carla un momento por favor - le dijo a Daniela, otra chica que pertenecía al club.
Cuando se acercó pudo escuchar vagamente que hablaba.
- La práctica no ha terminado - escucho un suspiro de parte de ella - en 15 minutos estoy allá.
La vio suspirar pesadamente y se encontró con su mirada, pero esta se desvió, la siguió, miraba a Ashley, luego siguió su camino para marcharse.
- La práctica no ha terminado
- Para mí, sí, no necesito practicar con personas tan poco profesionales, además tengo muchas cosas que hacer.
- Sales por esa puerta y quedas suspendida por 3 días - ella le dio una sonrisa.
- No me importa - soltó su cabello y este cayó en ondas alrededor de su rostro dándole una apariencia delicada.
- Ni te moleste en regresar.
- Adiós Prof.
Se marchó, caminaba tranquilamente mientras metía sus manos dentro de su cabello y lo alborotaba. Nathan la observaba furioso, Serena podía parecer delicada pero en realidad era lo que aparentaba.
- Profesor Laine, Carla despertó - la voz de Daniela lo trajo de vuelta a la realidad volviendo a acercarse al grupo.
- ¿Te encuentras Bien? - la chica asintió - ¿por qué te desmayaste?
- Serena Cardew es conocida en j***n por ser despiadada en su forma de pelear, creo que me asusté - se encogió de hombros - además está loca por su culpa casi meten a Austin preso, también hay rumores donde dicen que regresó por que asesinó a su madre y ahora vive como la mujer de su padrastro.
Luego de eso dio por terminada la práctica quedando solamente Ashley y él.
- Hola - se acercó a él tímidamente – ciento mucho el mal rato que te hizo pasar Serena - confesó. - no es tu culpa - se encogió de hombros.
- Porque siento que si lo es - su voz se quebró - ella no era así - limpio una lágrima que se le escapaba.
Abrazó a Nathan y este le correspondió acariciando su cabeza.
- No es tu culpa.
- Ella cambió tan pronto comenzó a salir con mi hermano, tal fue el grado de su obsesión por él que dijo que la había violado - ella con una mano limpio su nariz toda mocosa por estar llorando - casi mi hermano va preso por sus mentiras y la corte lo demostró con una prueba de virginidad - volvió a llorar - tal vez si yo no la hubiera invitado a casa, ahora mismo ella y yo tal vez todavía seguiríamos siendo amigas.
- Tranquila - Nathan se separó para mirarla al rostro para limpiar las lágrimas.
- Gracias - le contestó.
Ella tomo la iniciativa y se acercó para besarlo, pero él lo esquivó, donde los labios de Ashley quedaron en su mejilla.
- Yo... - sus mejillas se tornaron de colores - lo siento.
- No confundas nuestra amistad, ¿de acuerdo? - ella asintió - todavía eres menor de edad, agregarle a eso que eres mi alumna.
- Yo... lo siento... Perdóname...
Se alejó de él, estaba furiosa, quien era Nathan Laine para rechazarla a ella, todo esto era culpa de Serena. Ella lo había notado, desde el momento que ella llegó Nathan no paraba de buscarla con la mirada, maldita sea el momento en que decidió regresar. Tomo su teléfono, conocía a alguien quien era capaz de quitarle la altanería a Serena y sus grandezas de chica mala.