Me observa con ira en sus ojos, sus pupilas se han dilatado, estoy aterrada, creo que hasta aquí llego mi historia, no supe organizar mi vida y me voy dejándola hecha un desastre. —Chi diavolo sei? E cosa stavi facendo nella stanza di André? —(¿Quién demonios eres? Y ¿Qué hacías en la habitación de André?) su voz se escucha molesta, su arma está en mi mentón, por lo que, aunque intento hablar para responder, ni siquiera se que acaba de decir, estoy congelada. —Yo —digo y pongo una mano en su pecho para detenerlo, estoy en pijama y ni siquiera tengo un arma, ¿Cómo puedo representar una amenaza?, el quita el seguro de su arma y afianza la fuerza de su arma en mi mentón. —Suelta a esa chica, Alessandro por Dios santo —Enzo aparece y me hace pensar que no es tan malo como yo pensaba. —¿Qu

