Daniel Los días fueron pasando y todo fue mejorando en nuestras familias, mi hermana había sido dada de alta y ahora estaba en aquella hermosa casa que Esteban le había comprado, me daba gusto que ella por fin tuviera esa felicidad que tanto había buscado y que mejor que al lado de un gran hombre como Esteban. Perla seguía en sus terapias, podía notarla más feliz y mucho más cambiada, me gustaba verla así porque realmente ella brillaba aún más, se veía más preciosa que de costumbre, sus pesadillas habían terminado, lo cual indicaba que ella iba sanando gran parte de su pasado y no había nada que me hiciera más feliz que eso. -Buenos dias señor Santos- mencione cuando la puerta de mi oficina se abrió dejando ver a mi cliente, no nos habíamos podído reunir debido a lo que habia pasado con

