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Daniel McGregor
Insolente, presuntuosa, altanera, y por sobre todo una entrometida.
¿Cómo es posible que me haya estafado una mocosa? Nunca nadie había sido capaz de doblegarme y mucho menos lograr que bajara la cabeza como un perro cualquiera. Ni siquiera los empelados más importantes del mundo pudieron manipularme como para que ella, teniendo menos edad y experiencia, pudiera hacerlo en cuestión de minutos.
Me gano, si me gano en el primer encuentro de nuestro juego. Pero yo me encargaría que eso no volviera a suceder.
Aunque hay algo que le debía reconocer, y es que verla actuar con esa actitud petulante me encendió. Era la primera mujer que me dejo sin palabras.
Esa boca santurrona junto a su lengua viperina me traería muchos problemas.
La había pintado como un
