Capìtulo 2

2416 Palabras
Capítulo 2 ―Mamá, hay algo que tengo que decirte ―dijo Katy, solo mirando por la ventanilla como desaparecía la mansión de la vista―.Mira desde que el capitán Oxford me conoció me molesta la forma en que me mira, no se cada que llego a una tertulia o reunión, solo no aparta su mirada de mí, que me molesta ya que no sé cómo interpretar su forma de dirigirse a mí. De hecho, en el cumpleaños de Alondra no dejo que nadie se me acercara, el hermano de Alondra siempre va a saludarme y cuando vio al capitán solo no pudo acercarse. ≥Mamá, no permitas que ese señor se me acerque, menos cuando vayamos alguna reunión, me molesta muchísimo.―comento muy afligida. ―No hija, hablare con tu padre al respecto, una cosa es que tenga negocios con él y otra que se te acerque con malas intenciones, además tu padre y yo tenemos muy claro lo que queremos para ti, así que no te preocupes, que de eso yo me encargo.―dijo abrazándola. ―Final de la retrospectiva― ―Katy, no me ha dicho nada de esto, si lo hubiera hecho yo mismo le hubiera prohibido acercarse a ella ¡Dios es un viejo que no se da cuenta de la edad que tiene! Digo casi le lleva 40 años, que se piensa que solo puede venir y querer comprar una jovencita como mi Katy, eso jamás.―comento levantándose para abrazar a su mujer. ―Gracias amor por entenderlo, sé que tu podrás poner las cosas en orden, la verdad es que se lo que es sufrir al casarte con un hombre mayor que tú.―comento Catalina, posando su cara en el pecho de Damián. ―Oye que fue eso, si yo no te llevo tantos años ― mirándola con sorpresa. ―No por ti, sino, por mi amiga Karen, ella sufrió mucho con su esposo que la casaron a la fuerza con un hombre muchísimo mayor que ella, al grado que en su noche de bodas, el bueno la tomo a la fuerza. La verdad que cuando me lo conto sentí muchísima tristeza por ella, después como la mantenía vigilada ya que al ser joven y hermosa, bueno pues no faltaba que se le pudiera acercar alguien más joven y enamorarla. ≥Su esposo estaba al tanto de todos sus movimientos, siempre le decían que cuando enviudara seria millonaria, si y lo fue, pero 10 años después, fueron años de tolerar el asco a su esposo, sus groserías y hasta golpes, ya que no se quiso embarazar que solo la golpeaba al no poder engendrar.―comento con mucha tristeza. ≥La verdad, cuando enviudo comprendí su sonrisa cuando enterró a su esposo, sus carcajadas cuando la fui a visitar, diciendo que por fin era libre de todo y de todos, se fue del país a vivir la vida a su conveniencia, en su última carta me cuenta de su último amante y que es muy feliz. ―Vaya, eso sí que fue feo no, ahora que me cuentas eso; me siento mal de que yo te hice lo mis… ―Sssshhh – No, yo soy muy feliz contigo, más de lo que imagine; en verdad no deseo nada más que estar contigo, pero para mí Katy no quiero eso, quiero que se case feliz, que cuando la entregues en la iglesia su sonrisa sea de felicidad y cuando sea su primera vez… Tú ya sabes, de que lo haga porque ella quiera, no sea obligada como Karen.―comento Catalina, levantando el rostro para mirar a los ojos de Damián. ―Así será mi amor, te lo prometo, así será ya lo veras ―dijo posando su frente con la de Catalina. ―҉―҉―҉ Katy era una joven que heredo de sus padre la belleza de ambos, la cual estaba consciente de que los jóvenes que se acercaban a ella, casi siempre lo hacían porque eran atraídos a ella por su encanto, pero aparte de eso ella era una chica muy extrovertida, que no tenía miedo a decir lo que pensaba, ese era lo que más gustaba de ella. Katy, había sido invitada a una tertulia a la casa de su amiga Alondra Mitren, ellas se hicieron amigas en el colegio ya que estudiaron juntas y se veían como hermanas, aunque el interés de Alondra de ser amiga de Katy era por Alonso el primo de Katy, hijo de Cathleen y Gabe. ―Ay Katy, que bueno que viniste sino me iba aburrir muchísimo en esta tertulia, ya sabes mamá ya comenzó a buscarme marido, dice que ya estoy en la edad para hacerlo, pero yo no quiero sabes, yo quisiera ir a la universidad estudiar para ser científica, además ¿Quién se va a fijar en mí? Digo si fuera bonita como tú, pero en mi caso.―comento suspirando, sintiendo que ella no poseía la belleza de su amiga Katy. ―Alondra, no digas eso, además eres muy bonita, el hecho, que Alonso no te lo diga no quiere decir que no lo seas, además él está estudiando ni siquiera piensa en casarse ni nada, está centrado en sus estudios. ―dijo Katy, caminando junto con Alondra para entrar al jardín. ―Sí, pero si él me dijera algo, sé que yo lo esperaría y mis padres no estarían tan ansiosos por buscarme marido.―comento Alondra, tomando una rosa de los arreglos para comenzar a desgajarlas. ―Sí, pero él no va a regresar hasta después de que se gradué y mi hermano igual, para eso falta mucho.―comento Katy, haciéndole saber que no debía poner sus esperanzas en su primo. ―¿Por qué no se me declaro? Con un “me esperaras” sería suficiente para mí.―dijo un tanto triste. En eso ambas damas estaban en el jardín en su charla, que no se percataron que un joven alto de ojos azules llegaba a la tertulia, con su madre del brazo la cual estaba orgullosa de su hijo… ―Buenas tardes, señora Rybak sea bienvenida ―saludo la madre de Alondra. ―Muchas Gracias señora Mitre, le presento a mi querido hijo ―dijo la mujer mirando muy orgullosa a su hijo que para ella, era el hombre más guapo del mundo y sobre todo un buen partido para cualquier mujer casadera de esa época. ―Hola señora a sus pies, soy Gael Alejandro Rybak ―saludo haciendo una reverencia. ―Señor Rybak, sea bienvenido lamento la pérdida de su padre, sé que usted es su único hijo el cual heredo toda su fortuna. ―Sí, así es señora, fue una perdida irremplazable ―dijo, Rybak un tanto triste. ―Lo sé, pero pasen ya mi hija está en jardín se las voy a presentar para que la conozcan.―comento la mamá de Alondra, un tanto entusiasmada pensando en que ojala se fijara en su hija Alondra. ―Hija, hija, Alondra, Alondra ―hablo llamando a su hija, muy entusiasmada―. Ay ella es como un pajarito. Cuando las chicas se dan cuenta de que Alondra ha sido llamada, Katy solo se quedó entre los rosales de aquella propiedad, ya que estaba muy pensativa sobre lo que su amiga le acababa de decir que solo pensó. ≤≤ Y si mis padres me comprometen sin que yo esté de acuerdo, no Dios no podría tolerar eso, cuando de repente escucho una voz grave que se le acerco.≥≥ ―Buenas tardes no hemos sido presentados verdad ―dijo aquel joven, sonriendo saludando muy gallardamente a Katy. ―Katy, volteo a ver al joven que se le acercó, un joven alto gallardo ojos color miel, pelo castaño muy pero muy guapo, hijo de un cónsul Británico que había llegado a radicar a Chicago de muy buena familia. ―No, creo que no. ―Bien me presento Michael Wells, a sus pies señorita, espero que un poco de compañía no la incomode ―comento muy sonriente―. Puedo tomándola del brazo ―dijo muy educadamente. ―Katy Rhodes, no claro que no, un poco de compañía siempre es bueno ―contesto Katy, muy educadamente tomando el brazo del joven ―A mire ahí viene mi primo ―saludándolo con la cabeza―. Hola Gael que bueno que pudiste llegar, pensé que tardarías en tu viaje a este mundo, se bienvenido al nuevo mundo.―dijo saludándolo con la mano que no tenía ocupada. ―Hombre, que gusto verte pensé que estabas en otro estado, pero jamás pensé que te encontraría en Chicago.― Pero Gael, no pasó desapercibida para Katherine que solo permaneció parada, viendo como los jóvenes se saludaban con entusiasmo. ―Oh primo, déjame presentarte a la señorita Katherine Rhodes, amiga de mi prima Alondra a la cual ya conociste supongo.―comento Michael, que sabía que presentarle a Katy a su primo era un arma de doble filo. Gael, estaba embelesado viendo a Katy, que ni siquiera podía pronunciar palabras… ―Primo, hey primo, te comió la lengua el ratón ―dijo, como juego Michael. ―Eh si, señorita a sus pies realmente usted es encantadora y de belleza espectacular.―comento, ―Muchas gracias, el gusto es mío ―contesto Katy, muy ruborizada. Las damas en una esquina del jardín estaban conversando sobre las chicas que estaban en la fiesta, una de las damas comento.―Bueno querida, tal pareciera que la chica a la que quieres casar es a la amiga de Alondra y no a tu hija, mira como aquella joven la persiguen los chicos. ―Si, como no, si es hija de los Rhodes, ella es muy bonita y millonaria, que no me preocupa que los chicos la persigan, esa señorita lo más seguro es que ya no tardan en pedirla en matrimonio, el capitán Oxford está muy interesado.―dijo con una mueca―. Sé de muy buena fuente que ya no tardara en pedirla, es natural, joven, hermosa y millonaria. ―Katy Rhodes, dijiste ¿No es así? ―pregunto una de las damas interesada. ―Sí, así es, no me digas que te gusta para tu hijo, porque si es así mira que tiene competencia. ―comento la madre de Alondra. ―Bueno que pueden tener los otros jóvenes que mi hijo no tenga, digo es de buena familia y millonario de las dos partes, ya que yo lo heredare, así que porque no pensar en una joven así para mi hijo.―contesto la señora Rybak, mirando a lo lejos a Katy que platicaba muy amenamente con los chicos. ―La señora Miltre, solo se incomodaba ante la sinceridad de aquella dama, la cual ponía los ojos en Katy; pero no en su hija a la cual quería lucir, pero desde que invitaba a Katy Rhodes pasaba lo mismo, todas las atenciones de los jóvenes eran para ella y no para su hija. Pero sabía que muy pronto la sacarían de su camino, ya que al comprometerse ya los jóvenes no se pudieran acercar. El capitán Oxford, haciendo su aparición, sabía que Katy estaría ahí, así que no dejaba pasar cualquier pretexto para verla, ya que sus intenciones eran de casarse con Katy o en su defecto tenerla a como diera lugar. Pero al buscarla con la mirada la observo, que era asediada por los jóvenes que solo se acercó sabiendo que, cuando él hacia acto presencia notoria los jóvenes huían para cederle el lugar. En cuanto Michael lo vio, se disculpó pero el otro joven no lo hizo… ―Así, que Katherine dime; una mujer tan bonita como tú, aún no está comprometida ¿O me equivoco? ―No, no se equivoca, aun no estoy preparada para casarme, bueno al menos no me he enamorado.―comento muy sonriente y un poco ruborizada por la pregunta del joven. ―Vaya es la primer mujer que habla del amor ante un matrimonio, casi siempre son concertados por conveniencia.―comento Rybak un poco sorprendido. ―Bueno en mi caso espero que no sea así, que llegue el hombre con el cual yo desee casarme porque así lo deseo y no porque me obliguen.―dijo Katy, un tanto preocupada por esa situación. ―Eso sí que me suena hermoso, es usted diferente a las chicas a las que conozco ―Comento Rybak sin apartar sus ojos en ella. ―Enserio vaya eso es nuevo ―contesto, haciendo una sonrisa con un poco de rubor. El capitán, en cuanto los vio se abalanzo hacia ellos para hacerle saber al joven que debía retirarse, - buenas tardes. ―Señorita Rhodes, creo que no está bien que este platicando con un joven que no conozca tan abiertamente. ―Bueno, no es conocido para usted, pero para mí sí ¿No es así?―dijo, mirando a Gael, tratando de hacerle saber que le incomodaba lo que acababa de decir el capitán Oxford. ―Eh si, así es señor… ―Oxford, Capitán Oxford ―contesto fulminando a Rybak tratando de intimidarlo. ―Bueno señor Oxford, nos disculpamos la señorita Rhodes y yo deseamos caminar un poco, tenemos tanto que conversar, que créame tenemos que ponerlos al día de tanto tiempo de no vernos. ―¿No es así querida? ―pregunto, mirando a Katy, para que le siguiera la conversación. ―Sí, así es – tomando el brazo de Gael, para caminar por los jardines. Ya cuando habían dejado al capitán Oxford atrás. ―Gracias de verdad, es que casi nadie se le impone al rabo verde ese, que desde que llega no deja que nadie se me acerque, pensé espero y no me deje en ridículo diciendo esas sartas de mentiras. ―No bueno, digo podríamos conocernos ¿No crees? ―pregunto llevando muy gallardamente a Katy del brazo. ―Pues no me parece mala idea ―contesto una Katy muy sonriente, que era escoltada por aquel joven para sentarse en una de las bancas para platicar. Los ojos del capitán Oxford, estaban que se le salían de orbita el hecho de que aquel joven no haya retrocedido, era algo que no lo dejaba tranquilo ― pesando≤≤ ¿Qué se cree? Que se la llevara así de fácil, nooooo esa mujer debe ser mía a como dé lugar, así tenga que robármela pero de que la hago mía. Eso no me queda la menor duda.≥≥ Continuarà…
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