LÍA
El viaje de regreso a su casa está lleno de silencio como antes, pero esta vez no me molesta. Estoy demasiado ocupada pensando en mi imposible situación. Ahora mismo, soy una muerta caminando. Según todas las reglas de la mafia, ya debería estar sangrando en una cuneta en algún lugar. Mi padre traiciono a los Morelli, y esa es una deuda que debe pagarse, no solo como venganza contra mi familia, sino como un mensaje para todos los demás: “Jode con los Morelli y sufre las consecuencias”
Pensé que podría razonar con Nero, convencerlo para que nos dejara ir a mi hermano y a mí. Pero claramente, ese plan no va a funcionar. Así que necesito un nuevo plan. Uno que me mantenga respirando y que tambien proteja a mi hermano. ¿Pero cómo?
La ciudad se difumina fuera de las ventanas mientras le doy vueltas a cada posibilidad en mi mente. Necesito ser inteligente si quiero salir de este lío. Improvisar no es suficiente, como demostró estar noche sin lugar a dudas. Ser imprudente e impulsiva no me ayudara a escapar de Nero, y, además, incluso si escapo del él de nuevo, ¿A dónde iría? Necesito dinero, un lugar seguro donde esconderme, amigos que me ayuden… Y no tengo precisamente nada de eso.
No hay escapatoria: por ahora, soy una prisionera. Su prisionera. Y si voy a escapar de mi cautiverio, necesito hacerlo con la bendición de Nero. Porque sé en el fondo de mi corazón que, si vuelvo a escapar…Nunca dejará de cazarme
¿Entonces cómo puedo convencerlo de que me deje ir? ¿De qué me mantenga con vida un día más para pensarlo?
—Fuera—
Levanto la vista y veo que estamos de vuelta en su casa, en un estacionamiento. Salgo de la limusina y lo sigo escaleras arriba hasta su loft. Ya no tengo esposas en las muñecas, pero ambos sabemos que no las necesito. No tengo más remedio que quedarme.
Nero me lleva de vuelta a la misma habitación en la que estaba antes. —Esto será tuyo— dice con voz seca. Su rostro no muestra expresión alguna. —Si hay algo que necesites, haz una lista. Alguien te lo traerá—
—¿Cuánto tiempo me quedo? — pregunto mirando a mi alrededor con nuevos ojos.
—Hasta que decida que has terminado aquí—
Sale, dejándome sola con mis preguntas. Casi espero oír girar una cerradura en la puerta, pero eso no sucede. La gélida promesa de Nero de cazarme y mantenerme es suficiente candado para mantenerme en mi lugar. Quiero quitarme este vestido, así que me dirijo directamente al armario, lo abro y lo encuentro lleno de ropa de mi talla. Todo es nuevo, y me pregunto quién lo compró. Debe haber sido comprado en las últimas horas.
Agarro un par de pantalones de yoga cómodos y una camiseta holgada y me cambio de ropa. Cuando me quito el collar y los pendientes, tengo la sensación de tirarlos a la basura, solo para fastidiar a Nero, pero sé que probablemente ya he tentado a la suerte lo suficiente por ahora. Provocar a la bestia no me llevará a ninguna parte.
¿Pero que lo hará?
Camino descalza por la habitación, pienso en lo que dijo en su oficina anterior mente. Todo el mundo tiene un precio. Lo que realmente quiere decir es que todo el mundo tiene algo que quiere. Algo por lo que están dispuestos a negociar. Incluso Nero.
No tengo ni idea del funcionamiento interno del sindicato de criminales Morelli, pero por todo lo que he visto desde que llegué aquí, sé que lo que Nero quiere debe tener que ver con ese tal McComark, y lo desea con todas sus fuerzas. Nero Morelli no se habría vestido con esmoquin ni habría hecho el viaje al centro si no fuera importante para él. ¿Lo suficientemente importante como para superar su sed de venganza contra mí? Solo hay una manera de encontrar la respuesta.
Saliendo del dormitorio, me aventuro a la sala. El apartamento está oscuro, pero puedo ver la luz que viene del área de la cocina. Nero está de pie junto al resplandor del refrigerador abierto, sin camisa en un par de pantalones de chándal grises, bebiendo un vaso de agua.
Se que mirar es una mala idea, pero parece que esta noche estoy llena de ellas, así que dejo que mis ojos recorran su cuerpo tonificado, disfrutando de la increíble vista. Su pecho, es más ancho de lo que recuerdo, y sus abdominales no siempre estuvieron tan bien definidos, ni salpicados de tantos tatuajes. Es puro poder masculino, y mi cuerpo se estremece al recordar la sensación de todo ese musculo presionado contra mi esta noche.
Pero ahora que está medio desnudo…quiero tocar la obra de arte, trazar las líneas con los dedos. O con la lengua…
—¿Necesitas algo, princesa? —
La voz cortante de Nero me hace levantar la mirada para encontrarme con su rostro. Parece presumido, como si supiera exactamente lo que estoy pensando.
Trago saliva. —Quiero hablar contigo— digo, sosteniendo su mirada. Siento como si estuviera mirando a un depredador, tratando de no mostrar debilidad. —Para llegar a algún acuerdo. Creo que podemos ayudarnos mutuamente—
—¿Podemos ahora? — La mirada de Nero se vuelve más ardiente, llena de sugerencias. —¿Y cómo, exactamente, planeas ayudarme? —
—¡Así no! — espeto, incluso cuando mis pezones tensos y doloridos me informan que sí, que estarían dispuestos. Respiro hondo otra vez. —Se que quieres algo de McComark. Para conseguirlo, necesitas acercarte a él. Él no es incorruptible, nadie lo es. Pero tienes que encontrar una debilidad, entrar en su círculo. Y nunca dejarán entrar a un Morelli.
Nero frunce el ceño. —¿Cuál es tu punto? —
Coloco las palmas de mis manos sobre la isla de la cocina y me inclino hacia adelante.
—Puedo ayudarte. Conozco a esa gente; crecí en ese mundo. Puedo acercarte a McComark. Lo suficiente cerca como para hacer cualquier trato que necesites—
—¿Y cómo propones hacer eso? —
De nuevo, el rostro de Nero es gélido. Inexpresivo. Sigo adelante. —Haciéndome pasar por tu prometida. Trabajaré con mis viejos contactos sociales y conseguiré las invitaciones a los evento adecuados. Presentarte conmigo del brazo te dará una respetabilidad que nunca podrías tener solo, al menos lo suficiente como para acercarte a McComark—
Los ojos de Nero se abren de par en par, y siento un pequeño placer al saber que lo sorprendí
—¿Quieres comprometerte? — pregunta.
—Quiero fingir que estoy comprometida— lo corrijo. —Parecerás más legitimo. El tipo de persona con el que un hombre de familia como McComark puede hacer negocios. Obtendrás cualquier trato que busques, pero quiero algo a cambio—
Nero resopla. —Por supuesto que lo quieres—
—Quiero protección para mí y para Jack— digo claramente, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. No ha callado o mandado lejos todavía, lo que significa que esto es posible. Tengo una oportunidad. —Te ayudo a cerrar este trato con McComark, y me das tu palabra de que los dos estaremos a salvo. De ti y de todos en la organización—
—No estás en posición de hacer exigencias, princesa— Nero se acerca, enroscando su poder, como una pantera lista para atacar. —Por si lo has olvidado, me debes una. Una deuda que solo se puede saldar con sangre—
—La traición de mi padre fue hace diez años— señalo. —Y murió hace mucho tiempo—
—No fue el único que nos traicionó— dice Nero crípticamente, —Una deuda es una deuda—
Mierda. Lo intento una última vez, rezando con todas mis fuerzas para que alguna parte de Nero siga pensativa. El hombre que evalúa las probabilidades antes de atacar.
—¿De verdad estás dispuesto a tirar por la borda aquello por lo que has estado trabajando? — lo desafío. —Porque si esta noche demostró algo, soy tu única esperanza. Nunca volverás a acercarte a ese tipo. No tienes ni idea de cómo funciona ese mundo. Así que dime esto, Nero: ¿Quieres venganza o quieres a McComark? —
Mi pregunta flota en el aire, y Nero mantiene su rostro estoico, sin revelar sus pensamientos ni su ápice. Se siente como una eternidad mientras espero a que lo reflexione; mi miedo se aprieta cada vez más en mi pecho con cada segundo, hasta que puedo respirar. Cuando llega la respuesta de Nero, es un gruñido bajo y reticente.
—Trato hecho—
Oh, Dios mío. Asiento con la cabeza y luego huyo de vuelta a mi habitación, poniendo la mayor distancia posible entre nosotros antes de que cambie de opinión. Giro la cerradura una vez dentro y me derrumbo en la cama, todo mi cuerpo temblando por la fuerza de lo que acabo de lograr. Una salida. Una oportunidad para mantener a mi hermano a salvo y a mí con vida para verlo.
Esto no va a estar fácil, pero haré que esto funcione, pase lo que pase. Lo único de lo que no estoy segura es si podré lograr esto…Sin volver a caer en los brazos de Nero Morelli.