Al regresar del viaje de luna de miel, a Gwen le esperaba otra tormenta, pues su prestigio estaba por el suelo ante su suegra Leya Graham.
Sin saber, al llegar a la enorme mansión, los esperaba su Padre Ralph, a quien en cuanto lo viera ahí, Eros supo la razón de porque lo esperaba su suegro.
Igual para Gwen, la madre de Eros la esperaba, viendo llegar desde la ventana, ella apretó los dientes, pues su único objetivo era, separar a su hijo de esta mujer.
—¿Señor Maena, está aquí para ver si su hija está entera? —dijo Eros en tono burlón, él ya había investigado la vida de Gwen de pies a cabeza y sabía que no fue criada con tanta contemplación.
—Yo, yo solo vine a esperar su llegada señor Graham —Eros frunció el ceño mirando al hombre que era su suegro y por quién no sentía agrado algun
