Punto de vista de Aleron
Llegó el momento del torneo de rastreo, y aunque llevaba semanas entrenando, no me sentía listo. Mi plan era simple: pasar desapercibido y hacer lo necesario sin destacar demasiado. Pero, como siempre, la vida tenía otros planes.
Estaba revisando la lista de participantes cuando el entrenador soltó una bomba que no vi venir.
“Aleron, te he transferido a la lista del club de batalla”.
Lo miré fijamente, incapaz de procesar lo que acababa de decir.
—¿Qué? Pero si estoy en el rastreo —respondí, intentando controlar el tono, aunque el corazón me latía con fuerza.
El entrenador no parecía interesado en mis protestas.
Ya lo he decidido. Tienes más entrenamiento de combate que el resto de tus compañeros, y necesitamos ventaja en las batallas. Baltimore, Tobias y Jo
