— ¿Hace mucho que está aquí? — inquiero, apenas llego al bar del hotel.
— Acabo de llegar — responde sin perder su sonrisa.
Víctor Länder, se pone de pie con educación y me corre la silla.
El hombre tiene unos treinta y cinco años. Es alto, de ojos y cabellos claros. Además de ser educado, es guapo.
— Bien, en realidad debo ser sincero y pedir disculpas.
— ¿Por qué?
La camarera llega con dos copas de vino.
— Pues, no hay nada que aclarar, respecto al diseño exactamente — me da una sonrisa de dientes algo nerviosa.
— ¿Entonces? — frunzo el ceño.
— Quería quedar contigo — dice, sin más. Lo miro sorprendida ante tal confesión— Sé que no es profesional lo que he hecho. Pero, sabía que si te invitaba a tomar una copa o a cenar me dirías que no.
— Por supuesto— replico— Eres mi client
